De vuelta a lo básico

Cristina Juesas
3 min readSep 30, 2015

Hace poco he leído que la verdadera «brecha digital» no está entre las personas que saben o no cómo utilizar ciertas tecnologías, sino entre aquellas que son o no son capaces de concentrarse lo suficiente para leer textos largos o incluso libros.

Vale. Hay que hacer algo al respecto antes de que sea demasiado tarde. ¿Pero qué hacemos?

Podríamos empezar por ser conscientes del problema siempre que podamos, piensas que puedes hacer muchas cosas a la vez. Vale, quizá solo dos o tres, pero esto no es del todo cierto. ¿Qué nos está haciendo la multitarea? Parece que nos está convirtiendo en estúpidos. Literalmente. Irónicamente nos está haciendo menos eficientes en el trabajo y así tenemos menos tiempo para hacer otras cosas. En otras palabras, nos estamos convirtiendo en menos productivos.

La multitarea requiere mucha energía. La energía es un bien preciado. Centrarse no necesita tanta energía.

Debemos empezar a evitar la multitarea si queremos recuperar totalmente el control sobre nuestras vidas tanto on como offline.

Tener en cuenta el tiempo que pasamos yendo de una tarea a otra es un paso fundamental en nuestra rehabilitación digital. ¿Cuántas horas al día pasamos en redes sociales? ¿Cuánto de este tiempo es realmente interactuando con nuestros amigos o fans?

Otro problema que señalan los expertos es que nuestros cerebros están cambiando. Ya no leemos como si leyéramos sentados un libro de verdad, sino que ojeamos. La lectura profunda es una habilidad cuyo desarrollo requiere años. Parece que nuestro cerebro es dinámico y cambia a lo largo de nuestras vidas y, por lo tanto, debemos cuidarlo y ejercitarlo de cuando en cuando.

Leer online no es tan malo per se. La falta de concentración para hacer una única cosa al mismo tiempo sí. Así que deberíamos empezar solucionando esto. Concentrarnos poco a poco en una única tarea, no importa lo difícil que esta sea y cuando la hayamos terminado, hacer una pausa y volver a la multitarea o a lo que más nos apetezca.

«Me gusta», los RT y cualquier otra notificación que te perturbe debe ser silenciada en tu PC, Mac, teléfono móvil o cualquier otro dispositivo. Préstales atención solo cuando tú quieras. No te saltes tus propias reglas, al menos durante los primeros días de este experimento. Habilita estas notificaciones exclusivamente cuando hayas terminado tu trabajo o tu tarea principal y descubrirás cómo la concentración vuelve a ti. Esta habilidad, como con cualquier otra, requiere mucha práctica.

Las notificaciones perdidas se pueden contestar dos o tres veces al día. Depende de ti cómo fijar el mejor horario para realizar esta tarea.

Únicamente cuando la nueva rutina esté establecida y hayas reaprendido a concentrarte o a leer en profundidad o a organizar tus tareas diarias, puedes continuar hacia el siguiente paso.

Hacer ejercicios, estiramientos, no temas alejarte de tu silla. Todo esto te puede sacar de tu pesadilla de notificaciones.

Escuchar música también puede ayudarte a concentrarte o justo lo contrario, así que es más una cuestión de preferencias, pero recuerda que debes mantenerte alejado de los excesos.

¡Suerte!

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Cristina Juesas

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