Guayaquil pregunta: ¿Por qué Uber no y Cabify sí?

En una decisión curiosa, solo uno de los dos competidores fue permitido operar en Guayaquil

Ignacio Chavarria
Historias en español
3 min readOct 3, 2016

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Luego de leer Caso Uber en Guayaquil, me llamó la atención que Uber no haya sido permitido operar mientras que Cabify sí. Los dos son competidores directos y funcionan de una manera muy similar, entonces ¿por qué dos sentencias opuestas?

Sin conocer los detalles internos, hay suficiente información pública sobre Uber para especular que su fama controversial juega un rol importante en esta decisión, especialmente al considerar la cercanía de las elecciones.

Si las dos compañías funcionan de manera similar, ¿por qué Uber tiene «mala fama» y Cabify no?

La verdad es que ambas compañías tienen su pila de controversias, pero las escalas de estas son muy distintas. Aquí algunos motivos de esto (del lado de Uber):

  • Presupuesto incomparable que le permite crecer mucho más rápido
  • Tácticas agresivas de expansión geográfica
  • Huella digital muy superior (para bien y mal)

Con 8,71 mil millones de dólares en equity funding, Uber ha levantado casi 70 veces más dinero que Cabify, quién ha levantado 143 millones (1,6 %). Estas gigantes reservas en efectivo le han permitido a Uber literalmente «tratar de conquistar el mundo» en muy poco tiempo. Al tener una plataforma de tecnología que se puede adaptar fácilmente a diferentes mercados y la facilidad de gestionar el soporte técnico remotamente, las barreras más importantes de entrada para Uber han sido las relaciones con los gobiernos locales. Esto ha requerido que Uber gaste cifras muy importantes en lobbying y en estrategias de comunicación.

Lo controversial del asunto es que muchas veces mientras se llevan a cabo estas dos actividades, Uber rápidamente establece operaciones en estos mercados y trata de generar una base de usuarios lo antes posible, los mismos que eventualmente se vuelven sus más grandes aliados para presionar a los gobiernos locales. Esto es posible porque muchas veces las leyes locales aún no han sido actualizadas para regular este tipo de tecnologías, dejando una ventana abierta que Uber suele aprovechar para mostrarle a los ciudadanos el alto valor que esta plataforma le agrega a sus vidas, tanto a usuarios como a socios-conductores. Es común que gobiernos locales hagan consultas a sus ciudadanos para permitir/negar funcionamiento a Uber y que estos, al haber ya usado la plataforma exitosamente, voten a favor de la compañía.

Pero falta un pequeño detalle. En este período, mientras Uber entra a un nuevo mercado y genera una base de usuarios para que eventualmente presione al gobierno local, muchas veces ocurren huelgas (algunas muy violentas) por parte de los gremios de taxistas que temen ver su negocio afectado negativamente. Estas huelgas son bastante mediáticas y su cobertura muchas veces da la vuelta al mundo en medios tanto tradicionales como digitales. Ahí está la pieza fundamental para explicar los altos prejuicios que gobiernos locales suelen tener inicialmente contra Uber y no contra Cabify (o en un grado mucho menor).

Los siguientes gráficos pueden ayudar a mostrar las razones de la diferencia mediática entre Uber y Cabify:

En pocas palabras, las probabilidades de que un gobierno local haya escuchado malas noticias sobre Uber son mucho más altas que sobre Cabify. Esto de entrada puede crear un prejucio sobre la compañía americana contra el cual ésta tendrá que luchar desde el primer día. Cabify, en cambio, ha logrado exitosamente volar debajo del radar y así ha ganado tiempo muy valioso para solidificar su posición en el mercado antes de que entre Uber.

En una siguiente publicación exploraré posibles soluciones para que Uber logre entrar a Guayaquil.

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