‘Heil Trump!’ o el nazismo de este lado
Además de la sospechosa intromisión electrónica de Rusia en las elecciones de los EE. UU. —tan propia de una película de espionaje—, la reciente impugnación del Partido Demócrata al nombramiento de Trump para pedir su destitución, y el apoyo de movimientos de extrema derecha como el liderado por Richard Spencer, al pronunciar Heil Trump!, conviene preguntarnos por el nazismo de este lado.
No es casual que en la reciente exposición del Museo de Cera en Roma aparezca el reciente presidente electo Donald Trump al lado de tiranos como Mao, Hitler y Mussolini.
En principio se pensaba colocar la estatua al lado de dignatarios del mundo, pero a última hora se decidió situarla al lado de los dictadores que soñaron en su momento con tener acceso al botón rojo (el temible conjunto de claves numéricas de la bomba).
Nada nuevo se agrega afirmando que preceptos discursivos de Trump corresponden a los de un líder populista, aclamado por masas semiignorantes que se sienten vulnerables y paradójicamente han sacado a flote la navaja sobre de la xenofobia, el odio racial y resabios de doctrinas supremacistas.
¿Sacó a flote Trump la verdadera cara de los EE. UU.? Me niego a creer que ese sea el rostro de un imperio al que debemos tanto en política, arte, ciencia. Empero, y eso es lo preocupante, el peligro real es un anciano rencoroso ante una cámara de televisión, una cuenta de Twitter en la que vierte tuits incendiarios, etc., sino esa bomba que es la masa agitada cuyo paladar saborea anticipadamente al ver casi legalizadas acciones violentas antes ilegales.
¿Nazismo de este lado? En la literatura tenemos alusiones diversas al nazismo, hay obras que pertenecen a lo que en un momento se consideró un género y hasta movimientos cuya temática era la nazi, el holocausto, etc.
Roberto Bolaño nos legó un libro de nombre La literatura nazi en América, obra donde reúne una bibliografía ficticia de autores que conspiraron desde la república de las letras para establecer ideas nazis en toda América, incluidos los Estados Unidos. El libro destila erudición e irreverencia en torno a libros literarios y nazis inventados.
Si de ironía se trata, tenemos a un autor estadounidense de raíces alemanas igual que Trump, Charles Bukowski, quien en su relato «Esvástica» narra de un modo absolutamente satírico la llegada al poder de Hitler a los EE. UU. El Führer posee una máquina ingeniosa, herencia de sus investigadores de la élite nazi, que hace posible la transmigración de la conciencia a un cuerpo ajeno. Así es como, al modo de las mejores entregas del cine de intriga internacional, Bukowski narra el secuestro (¿abducción?) del presidente de los EE. UU., traslado a un rancho donde conversa con el dictador (ya decrépito y enfermo), antes de ser tomado su cuerpo por la conciencia del tirano. De esa manera, Hitler se hace del poder en el país más poderoso del planeta y lo demás es silencio. Bukowski no requiere decir lo que ocurre después. Nos deja a nosotros la responsabilidad de imaginarlo o vivirlo.
Trump, insisto, no es un ingenuo. Sus discursos están calibrados de tal manera que inciden en un público particular, enardecido, molesto por sentirse despojado y víctima.
Una de las grandes virtudes de Trump ha sido, en efecto, insertar en el imaginario de sus votantes que son seres desprotegidos. Ni los mesías más retorcidos han recurrido a ello: te hago sentir víctima y luego te salvo.
Parece caricatura ver por internet el saludo nazi de Richard Spencer seguido del levantamiento del brazo de sus seguidores. No es una caricatura. Esos hombres se declaran soldados de Trump y «él los necesita». Él, el hombre que ya baraja bien sus cartas, colocando en los mandos estratégicos del poder —y del mundo— a hombres de mente conservadora, de racismo manifiesto, antimexicanos y lobos auténticos del pensamiento supremacista.
Por cierto, Hitler llegó a afirmar su intención hacer a Alemania grande otra vez: Make Germany Great Again. Por más estúpido que parezca alguien, por más torpe en su actuar, e ignorante, al ofrecérsele el poder tengamos por seguro que lo ejercerá.
Publicado originalmente en cubonoticiasmx.tumblr.com.
