La sombra del amor romántico

Jazmin Barraza
9 min readFeb 14, 2017

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La semana pasada fue el Eclipse de Luna Llena en Leo y estamos en plena semana de San Valentín. El eclipse me cayó a mí justamente en mis casas 1 y 7 respectivamente. Para los que no están tan familiarizados con la Astrología, estas casas con justamente el área de nuestra carta natal vinculado a las relaciones, ya sea con uno mismo como también con el otro, ya sean parejas, socios, amigos, etc. A todo esto le sumamos el hecho de que la semana pasada Júpiter comenzó a retrogradar por el signo Libra que es justamente el de las relaciones, y Venus por lo demás, está en su fase estacionaria prerretrógrada.

En lo personal, yo misma me he cuestionado muchísimo en este último tiempo sobre el amor y las relaciones: ¿Existen las almas gemelas? ¿Tenemos una sola alma gemela o por el contrario tenemos varias? ¿Cuál es la diferencia entre tener una pareja común y corriente de tener un alma gemela? Son muchas interrogantes que me he planteado.

Y aunque Mía Astral explica el asunto de las relaciones desde la Kabbalah concisamente en este video, aún no estoy del todo clara puesto que siento que me falta llevar todo este tema teorizado a un terreno más práctico y son cosas que apenas estoy descubriendo, debido a que el hecho de ser una workaholic empedernida —típica Capricornio— ha hecho que se merme mi área de las relaciones, especialmente en el plano amoroso.

Amor romántico vs. Amor maduro

Desde el inicio de los tiempos —y sobre todo a nosotras, las chicas— se nos enseña que para sentirnos realizadas en nuestra existencia sobre esta Tierra, debemos buscar a ese ser especial que está diseñado única y exclusivamente para nosotras. Esa media naranja, esa alma gemela que está atada a nosotras por un hilo rojo y que una vez que la encontremos, nuestra vida mágicamente cambiará, todo comenzará a marchar viento en popa y seremos cada vez más abundantes en nuestras vidas. Envidiamos y consideramos afortunadas a nuestras amigas que han dado con ese ser maravilloso y tratamos de «solteronas» y «fracasadas» a aquellas que por ABC motivo no han logrado encontrarlo.

Estos hechos hacen que sobrevaloremos de una manera categórica el amor romántico, al punto de que cuando le preguntamos a alguien «¿Cómo te ha ido en el amor?» o «¿Cómo está tu corazón?» hacemos alusión exclusivamente al amor de pareja, puesto que casi siempre respondemos con un: «estoy sola aún» en el caso de estar solteras o «está excelente» en el caso de ya estar emparejadas. Porque claro, por muy que exista el amor de madres, el amor de hijas, el amor de hermanas, el amor de amigas, el amor de sobrinas, el amor de profesionales o el amor propio, cuando hablamos del amor siempre lo asociamos única y exclusivamente al amor romántico o de pareja, dejando de lado todos los otros tipos de amor y sintiéndonos miserables si no lo tenemos.

Por lo tanto, muchas de nosotras asocian su propósito de vida única y exclusivamente a encontrar a ese ser perfecto que mágicamente nos resolverá la vida, cuando en realidad esta es sólo una parte de todo el propósito. Nada más lejos de la realidad…

Esto es algo que han alimentado los medios de comunicación y la cultura general desde hace añares. Desde Disney hasta Amelie. Desde las telenovelas latinoamericanas hasta Sex and the City. Desde Crepúsculo y las 50 sombras de Grey hasta las novelas de Anne Rice y desde Ricardo Arjona hasta Adele, etc. Durante un buen tiempo la cultura pop se ha encargado de mostrarnos sólo una forma de amor altamente idealista en donde el protagonista resuelve mágicamente sus problemas al encontrar al ser amado. El problema es que esto no aplica en la vida real por diferentes razones:

  • No somos totalmente buenos o totalmente malos. Somos un ente mixto de ciertas características psicológicas que son las que finalmente forman nuestra identidad y manera de ser. El amor romántico es exageradamente perfeccionista.
  • Las relaciones no siempre funcionan en base al sacrificio o en base al esfuerzo como se nos plantea en el amor romántico sino en base a la fluidez. No se trata de hacer que las cosas pasen, sino de que en base a que tan alineada —o alineado, digo alineada porque esto nos afecta más a las chicas— estés con tu propósito de vida encontrarás a alguien que al igual que tú lo estará y compartirán experiencias.
  • Lo importante no es encontrar al hombre perfecto —o a la mujer perfecta— sino encontrar a quien conecte mejor contigo. Para esto es muy importante que tengas bien en claro quien eres y que es lo que deseas en una relación.

La contraparte al amor romántico es el amor maduro. El amor maduro es libre y en él, ambos individuos están conscientes de que deben poner un cincuenta-cincuenta para que la relación marche a buen puerto, pero no buscan al otro con el objetivo de completar su identidad, porque así mismos ya se habían completado antes. Es mucho más fácil encontrar el amor verdadero si estás comprometida con una causa, porque son dos personas que luchan por algo más grande que el propio ego, con intereses en común y con vivencias similares.

En el amor maduro se da sin exigir, a diferencia del amor romántico donde constantemente se está pidiendo algo de la otra persona, muchas veces cayendo en el victimismo si no se nos concede.

Y para terminar este párrafo te cuento mi experiencia personal con respecto al tema: yo nací con Neptuno en la casa 5 y desde muy pequeñita siempre he sido dada a los amores platónicos o imposibles y siempre he tenido cierto romanticismo en mi vida. Por lo tanto, a la hora de elegir un hombre, este tenía que ser metalero, escandinavo y tallado a imagen y semejanza de Ville Valo, y fue así hasta hace poco tiempo. Fue cuando descubrí la onda de los nómadas digitales y me atreví a lanzar mi proyecto Miss Erinia que me di cuenta de que podía canalizar ese idealismo de manera más proactiva y positiva, cuando comencé a ver a Ville como una fuente de inspiración: si eres demasiado romántica y dada a los amores imposibles amiga, el arte y la creatividad pueden ser perfectamente la solución a tu problema. Tal vez no tengas bebés humanos con ese objeto del deseo, pero si bebés creativos. Es hora de mirar las cosas con otro lente y trabajar en nuestros propios talentos y curiosidad, recuperar nuestro poder en vez de cederlo a otro.

Las relaciones son un ‘loop’ constante de crisis

Ese cliché de «y vivieron felices para siempre» no pasa de ser más que eso…un cliché. Las relaciones —y no sólo las de pareja, sino que las relaciones en general— tienen un principio y un final. Uno nace y muere constantemente a través de las relaciones que tenemos dependiendo de que tanto espejo nos hagan —independientemente si conozcas a la persona en un plano real o virtual—, pero no son todas: la relación que tienes con la señora del almacén a la que le compras pan todos los días no es una relación espejo por ejemplo, ya que es una relación meramente transaccional.

Y dependiendo de que tanto espejo nos hagan es que marcan un impacto mayor o menor en tu vida: probablemente si tu vecina se vaya del barrio no te afecte tanto como si tu mejor amigo o amiga se muda al extranjero. Pero hay que entender también que esas relaciones llegaron a nuestra vida porque teníamos que aprender algo a través de nuestra experiencia con esa persona. Pero no retenerla como si ese alguien fuese parte de nuestras vidas. Con el paso del tiempo he aprendido que los verdaderos amigos no son los inseparables, sino los que están separados sin que su relación cambie.

Eso en el plano de la amistad, en el amor es algo diferente porque están la confianza y la amistad implicadas. Así que eso de que los amores a distancia funcionan, dependerá mucho de la voluntad de las personas pero sólo eso.

Esta teoría de que las relaciones son un loop de crisis continua está abiertamente expuesta en las canciones de HIM, en donde se representa el amor como un comienzo y la muerte como un final. Títulos de canciones como «When Love and Death Embrace» o «The Beginning of the End» son un gran ejemplo de ello. Incluso el mismísimo Heartagram, el símbolo característico de la banda. Y no, no te lo digo por ser fan de la banda, jajaja, de hecho esta teoría la exponen muchos autores desde el plano ya más intelectual, como el psiquiatra inglés Winnicott.

Y esto es por un sólo motivo: En la vida siempre se nos enseña a que las cosas son lineales: desde el trabajo hasta las relaciones, pero la verdad es que las cosas son cíclicas. Una vez que alcanzamos la meta anhelada o que encontramos la pareja «ideal» viene la espiral descendente y con ella, el desencanto. Entonces luchamos constantemente para que no se extinga la llama de la pasión y cuando esto ocurre. Volvemos a empezar y así, en cada una de las áreas de nuestra vida. Todo se mueve, todo cambia, todo se transforma.

¿Es natural la monogamia?

Últimamente he estado leyendo muchos artículos sobre el poliamor, y aunque aún me choca mucho este tema —principalmente debido a la educación cristiana que recibí en mi infancia y cuyos tabúes me encargado de romper ahora en mi adultez—. Respeto mucho la opción de quienes toman esta modalidad de entablar relaciones de pareja y no sólo eso, sino que es una de las cosas que me ha hecho cuestionarme a mí misma sobre si acaso tenemos sólo una o varias almas gemelas. No sólo lo siento, sino que nos han mentido bastante con respecto a asuntos amorosos.

Hace poquito también vi el video de un youtuber en el que él explicaba por qué la monogamia no era algo natural, sino más bien un constructo creado por la sociedad y —a mi juicio— ensalzado por instituciones como el cristianismo y el marketing. Todo esto considerando que somos una de las pocas especies humanas que no tiene sexo sólo para reproducirse, sino también por placer.

Es ahí entonces cuando encuentro contradictorio ambas cosas: que disfrutemos del sexo casual pero que al mismo tiempo se nos ensalce la fidelidad como máximo pilar para que una relación funcione. Y pobre de ti que seas infiel, porque te caerán las penas del infierno.

¿Acaso la fidelidad no puede ser una decisión tomada por más de una persona de forma madura y civilizada, lejos del deseo de poseer al otro como si fuera un bien material más? Eso se los dejo como interrogante, es una idea que debe ser redefinida.

Por otro lado, también se tiende a confundir mucho la idea de sexo con el amor. Esto debido a que no podemos distinguir entre el cuerpo material del espiritual. El sexo es una cosa netamente carnal, algo vinculado a la materia. Y la materia está hecha justamente para ser estimulada por los cinco sentidos: vivimos en una sociedad en la que todos se llenan la boca hablando de como el hacer ejercicio te libera endorfinas y lo mucho que se recomienda, pero anda tú a decir lo mismo sobre el sexo. Te tratan de promiscuo, pecaminoso o en el mejor de los casos, de indecente. He visto como muchas amigas que supuestamente se creen «liberales» o «abiertas de mente» se sonrojan a la hora de hablar del tema, porque simplemente aún se asocia el sexo al mundo espiritual.

En cambio, el amor es algo etéreo, ligado a la energía y al cuerpo espiritual que trabaja con nuestros sentimientos y emociones. El amor se basa en la confianza y se construye con el paso del tiempo, pero no necesariamente debe estar ligado a la parte sexual que es netamente animal. Porque aceptémoslo, por muy «civilizados» que nos creamos, todavía tenemos seguimos siendo animales, más complejos, pero animales.

Dicho esto, es posible tener una relación poliamorosa sin la necesidad de basar todo en el sexo, ya que el amor romántico es un constructo creado por la mente humana en base a nuestras reacciones químicas.

Así que amigo, amiga. Si amas a más de una persona siéntete libre de expresarlo sin que te importen los prejuicios, ya que el único amor verdadero e imperecedero es el amor incondicional, ese que se construye siendo siempre fiel a ti mismo.

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Jazmin Barraza

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