Las 28 mentiras de ‘Narcos’ que no le importan a nadie
Excepto al hijo de Pablo Escobar, a él sí
El otro día terminé la segunda temporada de Narcos, la última hasta el momento y la más intensa de las dos. Una vez hecho eso, abrí Pocket en busca de un artículo que tenía guardado para el momento en el que ya no me pudiera «comer» ningún spoiler (aunque, como dicen desde Netflix, la historia es el mayor spoiler). Dicho artículo se encuentra bajo el título «Las 28 mentiras de Narcos, según el hijo de Pablo Escobar» y enumera, de forma previsible, veintiocho aspectos en los que Netflix erra de alguna forma en la historia original (o, al menos, en la versión del hijo de Pablo Escobar).
Este artículo ha causado cierto resquemor entre aquellos que se creían víctimas de un engaño, ultrajados porque una compañía dedicada al entretenimiento no les hubiese contado toda la verdad y nada más que la verdad. No seamos idiotas. Entendamos que Narcos es una serie y, como tal, su objetivo principal es entretener, no instruir. Parece obvio, pero que haya gente exigiendo que esta tenga el mismo rigor que un documental indica lo contrario.
Claro que en Narcos no se ha contado todo tal como sucedió, exactamente, como un calco. Claro que hay cosas que, directamente, están inventadas. Porque tiene que ser así. En primer lugar porque es posible que nadie conozca con certeza los hechos tal cual pasaron, ni siquiera el hijo de Pablo Escobar. Y también porque el deber de Netflix es hacer una serie que te apetezca seguir viendo una vez terminas de ver el capítulo, tomándose las licencias necesarias para aderezar esa historia original. Aún pudiera recriminarse algo a la serie si no fuera porque ya avisan al principio de cada capítulo que hay cosillas que quizá no sean fieles al cien por cien.
No seamos necios y disfrutemos de Narcos como la gran serie que es, dejando que Peña, Murphy y don Pablo nos acerquen a una época que vive para siempre en la memoria de Colombia.
