No tenía pensado escribir una crítica individual por cada episodio, puesto que el resultado global lo veremos una vez finalizada la temporada, pero después de terminar este último capítulo y haberme quedado con esta cara:
he decidido desahogarme con vosotros. A continuación encontraréis algún spoiler, pero poquitos.
En pocas palabras, el Episodio 3 de Life is Strange me ha dejado con la miel en los labios. Cuando todo parecía volverse relativamente ordinario y comenzábamos a creer que controlábamos la historia, ¡PUM!
Cliffhanger, y de los gordos.
Este nuevo episodio ha conseguido superar mis expectativas, convirtiendo lo que esperaba que fuera un simple: ¡ALA!, en un auténtico: OH DIOS MÍO, TENGO BILLETES A PARÍS PARA COLARME EN LAS OFICINAS DE DONTNOD, MARCARME UN CAMUFLAJE TIPO SHERLOCK Y COTILLEAR TODO LO QUE PUEDA.
Y es que cuando en mis primeras impresiones de Life is Strange dije que me recordaba a la película del Efecto Mariposa, no me equivocaba. De hecho, cada vez se parece más.
Este episodio se centra en la búsqueda de respuestas sobre la desaparición de Rachel Amber (por fin), y en cada momento se nos insiste una y otra vez que todo lo ocurrido con Rachel tiene relación con las visiones de Max y con el (casi) suicidio de Kate Marsh.
¿Qué relación? ¿Eh, eh, eh? Porque no tenemos ni la más mínima pista de la conexión que puede haber entre que se mueran pájaros, se intente suicidar una tía y haya un eclipse solar.
Como no sabemos nada, hay que empezar por algo, y ese algo es Rachel Amber, de quien conseguimos saber bastante en este episodio, aunque nada de su paradero.
Mientras nos centramos en resolver ese gran misterio, indagamos más en Arcadia Bay y sus gentes. Conseguimos saber más sobre personajes que parecían importantes y que puede que, después de todo, no lo sean tanto, como Victoria. Por otro lado, conocemos a otros que parecen tener más importancia de la que parecía en un primer momento, como la vagabunda del café.
Jugamos con conversaciones y secretos, mientras vemos cómo las vidas de nuestros queridos y no tan queridos personajes se entrelazan.
En mi opinión, lo más destacado es la evolución de la relación de Chloe y Max, quienes parecen haber recuperado el tiempo perdido volviendo a ser amigas (o algo más a elección del jugador).
SIEMPRE HAY UN ‘PERO’
He de decir que me da la sensación de que todo ha ido muy rápido. Hay muchos personajes y muchos temas que tratar, y parece que no se ha dedicado el tiempo suficiente para profundizar en ellos.
Quizás esto ocurra porque Life is Strange se desarrolla en base a una trama principal que está compuesta de mini tramas, de las cuales se desconoce (por ahora) su conexión directa con dicha trama principal. Dado cómo termina el Episodio 3, sería una pena perder todo lo construido en episodios anteriores y comenzar una nueva trama.
No me quiero adelantar a los acontecimientos, y voy a darle el beneficio de la duda a Life is Strange, porque lo que he visto hasta ahora me ha gustado y definitivamente quiero ver más.
CONCLUSIÓN
El episodio 3 ha sido un episodio de emociones que te traslada de la preocupación, pasando por el buen rollo y la calma, hasta acabar con un golpe inesperado y repleto de drama.
Justo cuando nos relajamos y parece que el drama comienza a difuminarse, nos dan un auténtico zas en toda la boca, y nos lanzan a una línea argumental completamente nueva que, por cierto, me mata por dentro y me deja hiperventilando hasta el próximo episodio.
Tenemos muchas preguntas que necesitan respuesta, y me da miedo pensar que no todas ellas vayan a recibir la atención que se merecen. Por eso, espero que Dontnod Entertaiment no se esté metiendo en arenas movedizas para luego no saber salir.
Yo por mi parte estoy ansiosa por ver qué nos espera en los próximos episodios, y deseo con toda mi alma que Life is Strange no termine en un Fahrenheit: Indigo Prophecy (salvando las distancias) lleno de inconsistencias argumentales.
Aquí os dejo el tráiler.
