Me quedé pensando en las cosas que habíamos olvidado

Baltasar
Medium en español
6 min readDec 12, 2015

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¿Alguna vez soñaste que volabas, pero que en realidad era como que no podías volar del todo, como si una fuerza te retuviese,como si una mano invisible o cables invisibles o algo así? Por que a mí me sucede todo el tiempo, es decir, sueño con otras cosas también (el mar o más bien la playa inalcanzable, casas derruidas y con fantasmas en su interior, estructuras surreales, imponentes) pero eso de querer volar, de despegar del suelo pero quedar ahí, unos metros arriba y no poder continuar el ascenso me ocurre, últimamente más de lo habitual, ¿a vos no? Que raro, no se si es común o no común que la gente no recuerde sus sueños, aunque si conozco a otras personas a las que también les sucede, más allá de eso, lo veo algo un poco triste pero pienso que en el fondo no es del todo cierto sino que solamente de debe a que o no se atreven o directamente no tienen ganas de relatar sus sueños, cosa que aumenta en mi la intriga sobre esas pequeñas delirios inconscientes. Si, vamos, ya se va escondiendo el sol y hace frío acá arriba. Mirá, esta refusilando detrás de aquel edificio, increíble, decime si estos colores del cielo, con la tormenta aproximándose sobre la ciudad no es el paisaje perfecto de un sueño. Si no fuera por que tengo hambre de café y tostados de jamón y queso, saltaría por el borde y planearía hasta desaparecer. O por lo menos hasta la terraza de ese edificio. Si, vamos, cuidado con el escalón.

Te voy a sacar una foto. No pero ésta cámara no tiene rollo. No, no es digital, es analógica y como te digo, no tiene rollo. Si, así nomas, voy a tomar unas fotos imaginarias nada más, hagamos de cuenta que estamos en una sesión. Dale, eso, vos soltate, dejate ir, libera todo ese potencial cósmico, eso así, como un tigre a punto de saltar, como una liebre a punto de ser devorada por ese mismo tigre que sos vos. Ahora sos el hombre que caza al tigre para devorar a la liebre que yace en su estómago. Dale, hacelo, es divertido. No importa, desnuda es mucho mejor, más realismo, más intensidad. Esa forma me gusta, hacela frente al espejo. Eso, perfecto, soltate el pelo y dejalo caer a un lado de tu cuerpo. Sabes que, si estas fotos existiesen, nos llenaríamos los bolsillos. En serio te digo y eso que yo ni idea de fotografía. ¿Esta cámara? Era de mi viejo. Es lo único que me quedo de él. Sí, yo era muy chico y no recuerdo mucho. No da para que te cuente ahora. ¿Queres fumar? Ahí tengo uno armado. Prendelo. Vení, vamos a mirar las fotos. ¿Y? ¿Qué me decís?. Bueno gracias, también hay mucho mérito de la modelo. Dale cuando las baje te las mando. Que linda noche…¿Sabes como se llama ese movimiento aleatorio que hacen las moscas al volar? movimiento brownoideo. ¿Qué loco no? Sí, es así, lo leí en un libro que posiblemente ya sepas cual es. Siempre que pienso en eso, veo a los personajes tirados en la cama, un día caluroso, mirando una mosca volar por lugares indeterminados de la habitación. Y así me imagino una novela que me cuento a mi mismo. Todo surge de los pensamientos del tipo y de la mina tirados en la cama, mirando la mosca volar de aquí para allá. Están en completo silencio, tal que, si se apagaran todos los sonidos provenientes de la calle solo se oirían las pequeñas alas de la mosca y la respiración de los dos. Luego ella se levantaría para buscar agua en la cocina o ir al baño y en ese lugar, en ese momento, mientras está cargando la botella con agua de la canilla o mientras está sentada en el inodoro con la mirada perdida en la nada le ocurre todo eso que ocurre cuando la realidad se desnuda y te dice mirándote a los ojos: “mirá este es mi rostro y este es mi cuerpo, esto soy yo”.

*enciende un cigarrillo en invierno*

Abrí los ojos dale, desde acá estoy viendo que estás despierta, no te hagas la zonza, zonzona, zonzita, zonzota, zonzotota, bueno, mirá traje criollitos y facturas. Los criollitos son todos comunes porque no había más de hojaldre y que suerte porque la verdad es que no me gustan y las facturas todas con membrillo y que mala suerte porque quería medialunas para desayunar con café. Igual no importa, tengo mermeladas y manteca en la heladera.

¿Qué preferís: mate, café o té?

Mate entonces, ahí pongo el agua, vos levantate dale está hermoso afuera, los pajarillos cantan y la gente aprovecha para salir a hacer compras y todas esas cosas que hacen cuando el clima es un clima benigno como este, aunque me parece que se viene una tormenta, viste como es por acá, apenas hacen unos grados de más, se junta la humedad con el calor y lluvia, quizá granizo y entonces baja la temperatura y tenes que ponerte un suéter o una camperita de algodón arriba de la bermuda, sacarte las ojotas y colocarte las zapatillas, cuando menos te das cuenta estás prendiendo la calefacción en verano, pasaste de tener treinta y cinco, cuarenta grados a doce, diez en el transcurso de la siesta y la tarde, algo análogo a lo que sucede en ciertas personas o entre ciertas personas, mejor decir en ciertas relaciones entre esas personas, tomando como medida temporal algo un poco más extenso que un día pero que a fin de cuentas, para el cosmos, toda duración del tiempo es la misma y una sola, un segundo,un minuto, una hora, un día, una semana, un mes, un año, un siglo, un milenio,etcétera, son lo mismo, en esas cuestiones no hay diferencias para el cosmos, este mate que estas tomando ahora mismo, tu gesto al prestarme atención, tus ojos mirando los míos mientras te hablo y yo preguntándome de que estarán hechos tus ojos, o más bien tu mirada ¿de qué estará hecha? me digo y me doy cuenta de esto que quiero decirte, claro, tu mirada, mi voz repitiendo frases banales y sinsentidos, tu gesto al tomar el mate y sonreír cuando algo te hace gracia, son cosas infinitas como ese único tiempo que reconoce el cosmos, cosas que van a durar para siempre y que seguramente algún día olvidaremos o creeremos haber olvidado, cosas que nos sorprenderán algún otro día, lavando los platos o colocándonos desodorante luego de la ducha, y en las que vamos a ver reflejada nuestra historia y nuestra existencia, cosas que permanecerán, aún mucho después de que todo haya expirado.

“Todo recuerdo es algo que alguna vez olvidamos.”

Me gustaría morir un día que sea parte de una semana de mucha lluvia, digo un día que por ejemplo sea el intermedio, como decirte, llueve de lunes a viernes, bueno el miércoles, aunque preferiría que fuera sábado o, mucho mejor, domingo, que llueva de jueves a lunes y morir el domingo, solo, en casa, leyendo en el sillón alguna de esas novelas tipo Joyce o Proust, novelas que nunca voy a llegar a leer, excepto ese día, una taza de café en la mesita al lado del sillón y un cenicero casi repleto, el humo del último cigarrillo subiendo, perdiéndose a través del espacio que da la ventana mal cerrada, el olor de la lluvia y desde el fondo de la casa el silbido del viento y yo leo un pasaje y sonrío, expreso de agrado cómplice, tomo un sorbo de café, miro hacia afuera la cortina de agua que no cesa, coloco el libro a un costado y apago la luz del velador para observar la lluvia, mientras releo mentalmente el pasaje memorizado y entonces cierro los ojos y lentamente voy dejando de oír el viento y oler el tabaco, de sentir la tormenta y lentamente dejo, lentamente y así…

“Mujer: fragmento de nube a punto de desprenderse.”

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