¡Párate y sóbate que nada te pasó! Deja de ser un emprendedor mimado

Al emprender, aprendes más de las críticas que de las alabanzas

Germán Castaño
Medium en español

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Cuando te decides a emprender una de las primeras cosas que debes hacer es desintoxicarte. Los medios, internet y los libros están llenos de historias que en gran parte te muestran más los éxitos que los fracasos; reciben con bombos y platillos a quienes se convierten en unicornios y empresas como Uber, Facebook, AirBnB y muchas otras llenan los titulares, muchas veces tratando de hacer un énfasis sensacionalista en la aparente facilidad con la que llegaron de la nada a valer miles de millones de dólares. Sin embargo, la realidad es otra; estos son solo un pequeño porcentaje de lo que realmente se ve en el universo del emprendimiento y el mundo de las startups. El fracaso existe, pero solo vende prensa cuando es catastrófico. ¿Pero qué hacen estas historias? A veces llegan a personas que quieren emprender y se dejan llevar extasiados por esas épicas aventuras, como quien cree en el amor perfecto luego de ver una película romántica.

Es necesario dejar de lado el romanticismo del emprendimiento y no creer que una buena idea y la simple pasión que te inspira, es todo lo que necesitas. No debes ignorar que en este mundo de más de 7 mil millones de personas, eso que se te ocurrió, alguien más lo pudo ya haber pensado. Quizás no lo has visto, pero puede que ya exista y esa es una de las primeras verdades que debes aprender a aceptar, sin dejarte desanimar por ello. Pero a donde voy con este post es a resaltar la necesidad de ser realistas y no andar con una idea creyendo que todos te van a decir que es lo más original y espectacular que han visto en su vida. Pero esto no te debe reprimir de intentar las cosas; tampoco es cierto eso de que si ya alguien lo hizo, tú no lo puedes hacer mejor o diferente; Google apareció cuando Altavista, Webcrawler y Yahoo eran los buscadores más utilizados y ya varios de ellos solo los puedes encontrar en la WayBack Machine. El fracaso existe y es siempre lo más probable, pero si quieres hacer algo debes mostrar tus ideas ante el mundo y ver lo que éste tiene para decirte.

Mi filosofía personal es que si quisiera que me dijeran que todo lo que hago está bien y bonito… se lo mostraba a mi mamá.

Aprende a aprender de las críticas

Si decides ser emprendedor, hay un enemigo interno que debes vencer y ese que te lleva a buscar opiniones sobre tu idea en personas que percibes que solo te van a decir cosas buenas y te alejas de aquellas que sabes que pueden estar en contra; esto es lo que se llama sesgo cognitivo de autoconfirmación.

La autoconfirmación es algo realmente inconsciente, pero es lo que lleva muchos a afirmar ante un inversionista que su idea es muy buena porque su mamá, su tía y su abuelita comprarían ese producto.

Debes ser consciente que para tener una verdadera validación debes presentar tu idea a todas las personas que te puedan dar opiniones honestas, incluyendo aquellas que pueden darte críticas negativas. De hecho, mi consejo es que busques estas personas primero; ya que son quienes te pueden hacer notar cosas que pudiste pasar por alto debido a tu positivismo emprendedor y esa narcosis que generan esos llamados momentos «¡Ajá!». Debes hacerte a la idea que alguien te va a decir que ya conocía algo similar o que simplemente que lo que le estás mostrando no tiene utilidad, es basura y no lo comprarían. Escucha y sigue adelante.

A alguien no le gustó tu idea… ¡ y qué!

Primero que todo debes dejar de andar por ahí como un niño mimado al que no se le puede decir nada malo porque se pone a llorar. Debes aprender a aceptar las críticas y asumir que en el mundo siempre encontrarás opiniones en contra de lo que crees y que en muchas de ellas hay bastante valor como para pensar mejor las cosas. También debes saber que existen algunas personas que sólo te dirán cosas para desanimarte; pero debes superar la emoción del momento y analizar mejor para poder diferenciar una crítica constructiva de un comentario sin sentido.

Como emprendedor, debes llenarte de valor y de confianza para ver más allá de las críticas y filtrar aquellas que no tienen criterios que las respalden. En pocas palabras, antes de ponerte a llorar, mira si lo que te dijeron realmente vale la pena y si lo vale, ¡no llores, actúa! Mira quien te lo dice, por qué te lo dice, el contexto y si eso que te dice tiene algo de valor, te recomiendo que lo tengas en cuenta. Deja ese romanticismo ridículo de que solo porque te encanta tu idea debe funcionar como lo sueñas. Debes superar la intoxicación de la pasión emprendedora y comprender que a veces en el mundo real no siempre es así. Conozco muchos emprendedores que han tenido éxito con su idea, pero porque cambiaron su enfoque a tiempo luego de escuchar las cosas buenas y malas que decían sobre su producto.

La emoción de una idea te puede volver arrogante, prepotente y quizás cuando alguien te diga algo que no te gusta de tu idea, comiences por buscar cosas para descalificarlo; verás su falta de experiencia, su ignorancia en el tema o simplemente pensarás que te lo dice porque no le caes bien; pero no debes hacer caso omiso de todo lo que te dice alguien, aún de aquel que crees que no tiene criterios, ya que aún una persona que puedes considerar ignorante sobre un tema puede hacerte notar importantes cosas sobre tu proyecto.

Debes aislar el componente emocional y enfocarte en tu idea y en lo que quieres hacer de ella. No debes dejar el destino de tu startup en las opiniones de otros, pero si aprender a escucharlas; son muchos los negocios que se han visto salir de programas de emprendimiento sin inversión alguna y con solo comentarios negativos encima, pero que luego lograron encontraron el éxito gracias a su perseverancia y a su aprendizaje.

Aprende a renunciar… a veces la idea no era así como creías, sino de otra manera.

Muchas veces cuando tu idea se da contra el mundo, puedes pensar en quedarte intentándola por el mismo lado, como una abeja que trata de atravesar el cristal de una ventana; pero al igual que la abeja, puedes quedarte atrapado en una barrera invisible y nunca continuar. Lo mejor siempre será tomar lo mejor de tu idea, revisar los puntos en contra que tengan validez y reintentarla, pivotearla, cambiarle algo y seguir. Por mucho que trates de tapar el sol con un dedo, buscando convencer a otros de lo genial que es tu negocio y cómo lo ves, si los hechos dictan lo contrario, debes parar, pensar y volver a pensar. Enfrenta el hecho de que puede que encuentres adversidades muy fuertes y que simplemente debes dejar ir las cosas como las pensabas e intentar unas nuevas. Pero esto no es fracasar, es aprender y madurar como emprendedor, ya que ves en las caídas una de las mejores oportunidades para crecer y ser mejor.

Así que si te atreves a enfrentar tu idea ante el mundo y este no te responde como lo esperas, antes de ponerte a llorar, escucha, analiza, filtra lo bueno y lo malo que te dicen y luego, con un poco más de cabeza y un tanto menos de emoción, vuelve a revisar tu idea. Define estrategias, busca cómo mitigar riesgos, trata de cubrir vulnerabilidades haz lo que creas necesario para volver a intentarlo y ¡no llores! ¡Actúa!

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Germán Castaño
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