Tiempos “Low Cost”

Basketandtalent
3 min readMar 10, 2016

--

La estrategia de la compañía era Low Cost. Sus gastos estaban muy controlados, su imagen sobria y sus palabras medidas. Lo que no me esperaba es que la relación entre las personas de la empresa fuera también Low Cost. Pero que muy Low Cost. Y que los valores que regían sus principios corporativos escritos en papeles. Solo en papeles. Su valores eran de supermercado de descuento, eran una marca blanca. Escritos por todas partes y también incumplidos por doquier, en particular, por la alta dirección.

Dos jóvenes talentosos de esa organización, desconcertados por lo que veían y preocupados por un futuro incierto en su primer trabajo, me pidieron consejo. Les respondí que no sólo desarrollaran sus tareas con seriedad e ilusión, sino que también lo pareciera. Que sus superiores lo vieran, y les demostraran día a día su capacidad. Los dos, chico y chica, se sonrieron pensativos. Escrutando sus rostros pícaros, añadí: “Pero lo más importante es serlo, no parecerlo. Que os quede claro”.

Sea una organización de miles de trabajadores o una oficina con diez personas, cada acto tiene un mensaje para el grupo. Si se marcan unos principios, se deben cumplir. Y los responsables de velar por ellos son cada uno de los miembros de la compañía, empezando por la implicación personal de sus directivos. Un flujo de información bidireccional, que debe circular desde el Director General al último trabajador, y viceversa. Siempre es necesario un toque humano, una relación de respeto mutuo donde el tiempo será el único juez. Y siempre con altas dosis de generosidad, de agradecimiento y de admiración. Ahí se gana la credibilidad.

Pero en ningún caso esta actitud Low Cost es exclusiva de nuestras empresas. Más bien, un reflejo de lo que esta pasando por delante de nuestros ojos en los últimos años. Una corriente donde “todo vale”, pero nadie quiere pagar un precio; ni económico, ni social, ni personal. Una realidad paralela traspasada a las llamadas redes sociales, donde todos opinan como si fueran tertulianos de televisión.

Ese Facebook donde todos son felices.

Ese Twitter donde todos quieren ser ingeniosos.

Ese LinkedIn donde todos son CEO.

Ese Instagram donde todos son cool.

Actitudes cara a la galería y emociones a precio de rebajas. Una cultura de descuento con final incierto. Una era decadente, que no se explica solamente por un periodo de crisis. Porque hay más. Mucho más.

Políticos capeando el temporal, buscando la ola que les salve del naufragio.

Periodistas que chillan y no convencen. Con más miedo que vergüenza.

Directivos en empresas sin alma, líderes con pies de barro.

Emprendedores lanzándose a la arena como último recurso.

Cantantes, actores y escritores acomodados, serviles voces culturales.

Futbolistas con un mensaje dopante, siempre vía redes sociales.

Y así todo.

Y en este entorno, ¿dónde encajan esas personas con un caudal ingente de talento? ¿Y los que mantienen una actitud positiva y con valores? ¿Y cómo visualizas el futuro de los que vienen detrás? Porque lo bueno siempre tendrá un precio, el precio de tu dignidad.

Se nos toma por bobos, se alimentan los cuervos, se ha perdido la magia, se conjuran los necios. Son los tiempos modernos que nos tocan vivir.

La evolución de las costumbres, La Mode.

--

--

Basketandtalent

Blog sobre #basket y #talento. Empresa, Trabajo en equipo, #liderazgo. Y muchas más historias que contar. www.basketandtalent.com