Foto: Emergentes CC BY 4.0

Orgullo matancero

En la rotonda de San Justo con las banderas desplegadas en el suelo y con sol pleno, entra en estado de cocción la marcha del orgullo TLGBI matancera. La caligrafía de las consignas está custodiada por los rostros de las que ya no están. Las caídas en rebelión presentes en las pisadas firmes de una marcha de orgullo combativo y rebelde, diferenciada de la oficial y cabalmente en resistencia al gobierno de la alianza Cambiemos.

EMERGENTES
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4 min readNov 12, 2017

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Producción: Emergentes

Foto: Emergentes CC BY 4.0

El orgullo en La Matanza tiene labios rojos, violetas, azules que dan potencia a las voces cuando se grita en contra de la indiferencia del señor, de la señora, que todavía no reaccionan frente a la contundencia: se matan a travestis en la cara de gente. Aún no les salpica la sangre pero los nombres resuenan incansablemente: Diana Sacayán, Maite Amaya, Mocha Celis, la Pepa Gaitán.

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En el oeste los cuerpos se entregan a la purpurina, los tatuajes y la transpiración; se confecciona un contraste furioso que brilla en las pisadas que recorren las arterias de hormigón que unen la rotonda con la plaza. Cuando el megáfono descansa, la columna que tiene mas de cuatro cuadras deja ver sus brillos en primer plano: tres maricas de 16 años se agarran la cola y bailan, la música no sale de ningún lado, no hay parlantes a la vista, pero el baile está al compás de la libertad que degustan con sus pasos, sintiendo en cada caderazo las luchas anteriores. En el impasse también se oyen las manos apretadas de las tortas y los besos en la vereda acompañando la columna desde un costadito, como un paseo con la amante por el barrio.

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Las matanceras subrayaron el orgullo una semana antes, lo dislocaron como saben, territorialmente. Alineando sus cuerpos en las esquinas que conocen, convocando a un corrimiento necesario del espacio, trazando un horizonte múltiple que no se encalla en la Capital Federal, que se desborda y expande. Un horizonte furioso para que el cupo laboral travesti trans se implemente y para que a dos años del asesinato de Diana Sacayán se haga justicia. Las movilizaciones en la Matanza tienen abultada historia: en el 2001 por primera vez muchas menos se movilizaron por las travas de la mano de Flavia Córdoba, su nombre también estuvo presente.

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En el transcurso de la marcha se escucha un consejo a la cabecera que sostiene con los puños cerrados la bandera “Marcha TLGBI matancera”: -Más despacio, disfruten ¿Cuándo tuvieron una columna tan grande atrás?.-

Apropiarse del goce de profundizar una huella, del deseo de acumular victorias y poder saborearlas, de ahí puede que provenga la música que bailaban las tres maricas y que no salía de ningún parlante.

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Acción y comunicación. Nuevas narrativas contra la manipulación política de los medios tradicionales.