Foto: Laura Farelos

Cultura y el arte independiente

Laura Falero — Artista Independiente y Gestora Cultural — Uruguay

Hay una sensación de enojo, como artista autogestora de mis proyectos y militante de los proyectos de mis compañeras y compeñeres. Siento un enojo muy grande porque en el momento en que parecía que algunos movimientos culturales se encontraban políticamente comprometidos (y no estoy hablando de política partidaria) ahora se encuentran completamente opacados o está secundado por esta situación. Y me da muchísima preocupación y mucho miedo. Me da ira pensar ¿cuál va ser la consecuencia de todo esto para les artistas independientes? y ¿cómo esa parte de la cultura más disidente puede ser muy afectada cuando recién estaba logrando cierta visibilidad?.

Hace muchos años que un montón de artistas están tratando de desarrollar en Uruguay su arte de manera autónoma e independiente. Teníamos ciertos acuerdos con los gobiernos anteriores que beneficiaron el hacer artístico y la gestión cultural y hoy tenemos perderlos.

Cuando la vida vuelva a la “normalidad”, vamos a tener que recordar nuevamente en donde estábamos, cual era el camino que habíamos transitado les artistas y recordar donde estábamos antes de que esto pasara. El problema es que la Cultura y las Artes siempre están en un camino de resiliencia, que ya es bastante tortuoso. Porque hay una idea de que la cultura y el arte en sí están siempre en contra de los grandes sistemas de dominación, en términos de cuestión política de las artes. La resiliencia, parecería que es uno de los caminos o el camino, un concepto que detesto bastante, porque es una constante resiliencia la que vivimos les artistas y gestoras culturales en el país.

Esta crisis sucede cuando estábamos viendo un poco de luz, articulando el diálogo entre las compañeras, en este caso con las compañeras feministas, armando redes con muchos colectivos y articulando la movilización de mujeres y disidencias del arte. Cuando empezamos a organizarnos y entender de qué manera nos íbamos a desarrollar juntas, viene el aislamiento y el confinamiento, eso hace a que no nos podamos encontrar ahora. La necesidad hoy es acompañar estos proyectos de les artistas que hoy buscan reinventarse. Hay que apoyar a esas compañeras que están poniendo a disposición sus saberes a través de nuevas formas.

La clave es el apoyo mutuo que nos podamos dar entre nostras, el que quizás nos pueda mostrar otra manera de reinventarnos en esta nueva era.

Esta nueva “normalidad” tiene que recoger los puntos y debates que han sido analizados en profundidad dentro de los feminismos. Debemos direccionar esta nueva “normalidad”, este nuevo mundo que vamos a vivir sobre algunas cuestiones fundamentales.

En cuanto a la gestión y visibilización de distintas individualidades, la cultura está hoy realmente muy afectada, sigue siendo el lugar de resistencia por excelencia, en el que vamos a tener que ir direccionando a la masa desde la cultura. Todavía no puedo decir cómo, lo único que sé es que a corto plazo pienso apoyar a las personas que tenemos más cerca, apoyarlas en lo poquito que podamos tener para dar, desde la generosidad. Así como también recibir a aquellas personas que con esa generosidad te brindan apoyo y demás. Apoyar por un lado y aceptar que hay que recibir y si se necesita ayuda hay que tratar de pedirla.

Deberíamos hacer una gran reflexión de todas las charlas y luchas que estamos dando, hoy se agrega una más, que tiene que ver con nuevas pautas en nuestro sistema de convivencias que van a cambiar, se van a modificar y en cuanto eso suceda y se asiente esas nuevas bases, ver de qué manera la Cultura y las Artes sirven de canal para que la sociedad establezca y asiente esas nuevas pautas con la mayor sensatez y sensibilidad posible. Hay que ir acompañando eso.

La ecuación económica es la que aún no entiendo y no se como sucederá, sobre todo con la coyuntura política de latinoamérica que es muy compleja y ahora está ultraderecha, que queda un tanto opacada por las decisiones de cada gobierno.

Creo que les artistas en este momento, y la cultura en general, está salvando un poco a la población de que no caiga en una depresión. Está acompañando y está salvando como puede. Pero el factor el económico, esa es la ecuación que sigue sin cerrar. Yo creo que el arte y la cultura están muy peleados con el dinero, con lo económico, porque hay algo ahí que no cierra, es un intercambio donde el dinero no debería de existir, pero lo necesitamos para poder vivir, bajo las reglas de este sistema que se nos plantea pero que no es el que queremos.

Hay enojo, confusión, pequeñas relaciones a corto plazo. Aún no podemos proyectar, ni podemos plantear, sí quizás podemos crear y articular maneras distintas cuando empecemos a vivir de nuevo. Es el momento de ejecutar todas esas cosas que venimos discutiendo hace mucho tiempo en el feminismo. La gran pregunta es ¿cómo?.

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