Racismo desde el confinamiento
Ana Laura Dos Santos, Adriana Peralta, Monica Dos Santos — Bloque Antirracista — Uruguay
¿Quiénes somos?
Somos mujeres antirracistas que vivimos en nuestras cuerpas múltiples discriminaciones basadas en etnia, género, edad, clase social y orientación sexual. Existe una gran desigualdad con respecto al acceso al empleo, a la salud, a la educación y a la participación política, quedando muchas veces relegadas a lugares específicos de la sociedad.
¿Por qué resistimos juntas?
El contexto de la actual emergencia sanitaria, nos deja percibir las cuestiones de desigualdad socioeconómica y desventaja histórica preexistente que estructuran el orden social. La mayoría de los hogares que padecen los flagelos económicos de esta crisis sanitaria, están sustentados por mujeres pobres y negras, muchas veces en hogares monoparentales. Todes tenemos incertidumbre por el coronavirus, pero no hay confinamiento que pueda con el racismo cotidiano.
Repudiamos las condiciones de vulnerabilidad a las que están sometidas algunas mujeres, por ello generamos líneas de acción necesarias para potenciar redes desde la empatía y la sororidad.
Sostenemos que la lucha contra el racismo no es solo nuestra. Ser antirracista es apelar a la responsabilidad colectiva de organizar nuevas formas de resistencia. Sabemos que esta lucha es profunda, por ello no debemos darla en soledad! Así como históricamente el feminismo afro ha apoyado las luchas de todes; esta también es una lucha de todo el movimiento feminista.
¿Qué pensamos?
Entendemos que ser antirracistas implica revisar nuestros privilegios diariamente, hasta convertirlo en una práctica habitual ineludible; porque ser antirracista conlleva posicionarse con consciencia y empatía frente al otre y frente al conjunto de desigualdades que le atraviesan.
Ser mujer y racializada en nuestra sociedad, es estar expuesta a un conjunto de desigualdades, exclusiones y vulnerabilidades, que devienen en brechas sociales, económicas y culturales, que repercuten directamente en nuestra cotidianidad y en nuestra calidad de vida. Es por ello que insistimos firmemente en desplegar y tejer luchas por una vida digna, libre de racismo y gozosa en todas partes y para todas!
Sabemos y queremos que sepan que donde habitan nuestras cuerpas habita la lucha antirracista.
¿Qué es el bloque antirracista?
Este bloque nació como un deseo, un sueño de juntar a las mujeres racializadas y migrantes en Uruguay para crear en un frente antirracista que marchara unido el 8 de marzo. El objetivo era la visibilización de éstas mujeres, históricamente invisibilizadas.
Logramos organizarnos durante el mes de febrero en la construcción de instrumentos percutivos, ensayando canciones las cuales surgen como resultado de un proceso creativo e identitario. Construimos juntas “LA MANIFIESTA”, ver en: https://mediactivismo.uy/2020/02/25/manifiesta-antirracista-8m2020/ que deja plasmada las reivindicaciones políticas que nos unen en esta lucha colectiva.
El 8M fue nuestro primer objetivo, y en el proceso hacia él, nos fuimos conociendo, reconociéndonos y acompañándonos, no sólo como mujeres afro, indígenas y migrantes, sino también con compañeras feministas no racializadas que desde la empatía, la conciencia social y la revisión de sus privilegios interpelaron su lucha. Fue así que muchas compañeras apostaron a aumentar las filas y la fuerza de este bloque antirracista.
Ese transitar nos unió en la lucha antirracista y en la resistencia afrofeminista, brindándonos un valioso proceso de aprendizaje que nos motivó a dar continuidad a este proyecto. Es de destacar el buen nivel de comunicación y compromiso de las militantes a lo largo de este proceso ya que logramos resolver tensiones existentes, intentando no perder el norte sobre la necesidad imperiosa de visibilizar otras realidades muchas veces no contempladas en la lucha feminista de Uruguay.
En cada una de nuestras experiencias personales, nuestros sitios de convivencia, estudio, vivienda, trabajo, salud hemos podido contactar con diferentes realidades y aproximarnos de primera mano con las desigualdades sociales que vivimos muchas mujeres. Todas juntas conformamos un acumulado de trayectorias militantes y un continuo proceso personal de construcción identitaria.
La resiliencia es lo que caracteriza a las acciones del Bloque Antirracista, y por eso cuando se instaló la emergencia sanitaria en Uruguay entendimos que las medidas implementadas no contemplan alternativas reales para la población afrodescendiente del país.
Cuando el Gobierno difundió la campaña #QuedateEnCasa, nos manifestamos porque entendimos que no están dadas las condiciones para que los sectores más desfavorecidos y en situación de precariedad puedan hacerlo, por lo que consideramos que esta crisis sanitaria instala y profundiza una crisis socioeconómica para la población precarizada.
Desde el Bloque nos venimos organizando porque entendemos que la salida de esta crisis es de responsabilidad colectiva, poniendo de manifiesto la urgente necesidad de repensarnos y construir nuevas formas de socializar, interactuar y de definir nuestros vínculos.
Es aproximadamente a mediados de marzo, que de forma colectiva decidimos pronunciarnos activamente ante la coyuntura que se presentaba, focalizando todos nuestros esfuerzos en acciones puntuales que convocan a despertar la responsabilidad colectiva de la resistencia.
Sabemos que gran parte de la población racializada que reside en Montevideo se concentra en barrios periféricos, y que en relación a las necesidades básicas insatisfechas (acceso a vivienda, abastecimiento de agua potable, servicio sanitario, energía eléctrica, artefactos básicos de confort y educación) nuestra población se encuentra en una clara desventaja con el resto de la población. El 51,3% de las/los afrodescendientes presenta al menos una necesidad básica insatisfecha (cifras arrojadas por el censo del año 2011).
En la conjugación del racismo estructural y el QuédateEnCasa, encontramos inconsistencias, desigualdades y repercusiones que hacen cuerpo en gran parte de la población racializada.
Ante la inexistencia de una mirada étnico-racial en intersección con el confinamiento, nos encontramos ante la ausencia de soluciones y acciones estatales. En este sentido es que comenzamos a realizarnos algunas preguntas y a intentar crear acciones concretas para amortiguar los coletazos de la presente crisis socioeconómica.
Decidimos comenzar a accionar por algunos barrios de montevideo, como son, Barrio Sur y Palermo, teniendo presente la gran cantidad de familias afro que residen allí, articulando con vecines referentes de las zonas.
En la Casa del vecino al sur, ubicada en el corazón de Barrio Sur, fue nuestra primera entrega de canastas, entregando alrededor de 40 a vecines de la zona y barrios cercanos. Allí pudimos observar que la demanda es alta y que la organización entre vecines es la que está abordando algunas complejidades del confinamiento.
La segunda entrega de canastas la realizamos en el espacio vecinal La Pascua en el barrio La Cruz de Carrasco, articulando con una vecina de la zona. Allí la demanda de familias afro superó a la de Barrio Sur, cuestión que era de prever teniendo presente que nuestra distribución barrial aumenta en barrios periféricos. Allí se entregaron 46 canastas.
La olla solidaria es otra de las acciones que realizamos articulando con Emprendimientos de Enlace Cowork. Participamos en la elaboración y en la entrega del alimento que se realiza en la plaza 1° de Mayo. Hasta el momento realizamos dos ollas, con una demanda altísima de necesidad de alimento para esa zona. Se entregaron en total 97 viandas de guiso.
Paralelamente a la entrega de canastas y a la olla solidaria, articulamos con Ándale taqueria vegana. De lunes a viernes, el bloque reparte por Palermo, Barrio Sur, Centro y/o Cordón la sopa solidaria que la mencionada taqueria elabora. Gracias a las numerosas donaciones de verdura y fruta, además de la sopa se entrega fruta y un sólido (fainá o tarta de verduras) que elaboran en Radio Pedal. Los puntos neurálgicos del reparto son la plaza de los bomberos y la explanada de la intendencia.
Nuestra lucha en tiempos de confinamiento viene siendo facilitar el acceso al alimento, eso es lo urgente. Decidimos descentralizar la mirada y movernos para barrios que tienen alto porcentaje de población racializada, que es otro de los objetivos esenciales del bloque. Tenemos presente que es necesaria una transformación social en la adquisición del alimento, por lo que estamos debatiendo y proyectando generar nuevas formas alternativas de acceso al mismo. La demanda existente supera nuestra capacidad organizacional, por lo que un mercado autogestionado de subsistencia feminista podría ser una alternativa a crear, organizar y profundizar.
Nuestra presencia en bloque antirracista y afrofeminista pretende abordar el racismo, la patriarcalización de nuestras vidas y las complejidades sociales que se puedan presentar.
“Esta lucha es por las que estuvieron antes, por las que estamos y por las que vienen, por las que quieren estar y no pueden” (Manifiesta antirracista 8M 2020).
#VidasNegrasImportan