La vastedad en la palma de la mano

fer-b
EspiritualMente
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2 min readNov 23, 2020

El Universo pone a disposición lo más adecuado para cada uno, sin llaves ni candados, sin combinaciones que descifrar, las limitaciones las ponemos nosotros.

Cuando el destino nos llama, está en nosotros acudir a ese llamado para tomar aquello que nos corresponde. Por derecho nos corresponde la vida, el amor, la alegría, la abundancia, el porvenir luminoso. Paradójicamente esto nos representa un exceso, es mucho para nosotros que nos reconocemos como seres limitados y así, teniendo todo servido en bandeja, lo negamos: “no puede ser”.

¿Cómo fue que tomamos a la negación como certeza? ¿Bajo qué influencia damos por sentado, que aquello que el destino nos depara por derecho esencial, no nos corresponde?

Por que negamos lo fluido, lo abundante, lo amoroso y aceptamos el esfuerzo destructivo, la escasez, lo complejo, lo retorcido. Esa idea instalada y solidificada de que no nos corresponde, hasta el corazón entró en duda…

El instinto, la intuición, la aceptación de lo inexplicable, las señales, las coincidencias, son herramientas para volver a escuchar y sincronizar nuestra esencia con el Universo que nos contiene y donde se encuentran las verdades que negamos, donde podemos acceder a aquello que nos corresponde.

Las ideas pueden esclavizar a través de la mente, pero el alma puede liberar a través del corazón.

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