Naturaleza maestra

No es sino con el canto de los pájaros que reconocemos la sabiduría y sincronicidad del universo que nos rodea.

Los pájaros son el símbolo de la libertad, la sienten, la viven, es su estado, por eso encerrarlos es matarlos. Ellos no saben de caer y levantarse, o no, ellos viven y se mueven libremente en cualquier dirección y se detienen en cualquier lugar, no tienen límites en sus mentes para detener un impulso.

Claro que reconocen el peligro y se alejan de él en cuanto lo perciben, pero por el resto, van y vienen según necesiten. También se comunican a viva voz y se reconocen entre ellos, y lo hacen sin restricciones, su mente no dispone traba alguna. Ellos sienten y hacen.

También pueden volar en bandadas, sincronizados y organizados, sin necesidad de discutir ni negociar leyes. Sus leyes son las del Universo, la Física, la Historia de su especie, y realmente aseguran la subsistencia de la especie. Los pájaros no tienen fronteras, éstas no existen para ellos, no tienen sentido, de hecho hay especies que migran atravesando varios países según la estación del año, también para subsistencia de la especie.

No son sus mentes las que guían estas formas de vida, de subsistencia, pero es innegable que aseguran la continuidad de las especies.

Cuanto tenemos los seres humanos que des-aprender y volver a aprender… la Naturaleza nos muestra ejemplos en forma permanente acerca de proceder en la vida, de como asegurar la subsistencia de nuestra especie. Nosotros, lejos de aprender de ella, parecemos empeñados en destruirla.

Es tiempo de observar a la Naturaleza para incorporar sus enseñanzas, tomar al menos un momento de contemplación para captar la esencia de sus sistemas autónomos plagados de sabiduría. Debemos entrar en el ritmo Natural y así poder sincronizar con la propia vida del Planeta, para ir cambiando la frecuencia a la que hemos descendido como sistema de comunidad global.