Social TV: Mucho más que Twitter

Sonia Got Leibar
#AnuarioRedes2017
Published in
3 min readDec 19, 2017

La conversación tuitera sobre televisión ha ido cayendo en los últimos dos años. Seguramente es lo que le ha ocurrido a la conversación tuitera sobre casi todo pero la de televisión la medimos más detenidamente. Superó los 100 millones de tuits en 2015, su año más exitoso, cayó más de un 10% en 2016 y lo hará en torno a un 20% este 2017. Y eso que en los últimos meses ha contado con los grandes datos de ‘Operación Triunfo’, si no el desplome habría sido bastante mayor.

Twitter no es un lugar cómodo para tomar partido y mucha de la conversación sobre TV trata de eso, de alinearse con unos o con otros. Algunos han ido trasladando sus opiniones televisivas a entornos más seguros en donde no sufren la ira de los que no opinan como ellos. Lugares como grupos de WhatsApp en los que no podemos leer lo que dicen. El ‘Dark social’ de la social TV.

La historia de amor de la televisión y Twitter surgió precisamente por su carácter abierto. Esa apertura, la misma que provoca la huida de algunos de sus usuarios, es la que permite a las televisiones testar en tiempo real sus productos. Puede que no sea un estudio con el respaldo científico de los que realizan empresas de investigación sociológica pero leer Twitter en directo mientras tiene lugar un estreno de televisión aporta información de valor. Y cuanto mayor es la muestra más valor tiene. Porque esto no es solo cuestión de trending topics o de rankings sino de opiniones, corrientes, tramas, personajes… una gran cantidad de información cualitativa que una vez ordenada se convierte en datos valiosos.

Hace tiempo que para poder ofrecer un cuadro más completo de esas opiniones tenemos que hacer un trabajo más artesanal. ‘Pescar’ comentarios en Facebook, Instagram o Youtube es más complejo que hacerlo en Twitter pero, aunque la cantidad de información que podemos extraer de esas redes es muy inferior a la que conseguimos en Twitter, su valor es cada vez más importante.

El, quizás excesivo, ‘buenrollismo’ de Instagram compensa de alguna manera el, seguro que excesivo, ‘haterismo’ de Twitter. En el caso de Facebook el gran inconveniente es que la mayoría de la conversación es privada y por lo tanto, parte de ese ‘Dark social’ que nos deja ciegos, pero también encontramos información valiosa. Porque no solo trabajamos para millenials ¿No? Con nuestra obsesión por los jóvenes parecemos dejar de lado a varias generaciones que si en algún sitio dejan su opinión es en Facebook. El problema es que también allí vamos perdiendo volumen de información. La progresiva caída del alcance orgánico reduce las opciones de los usuarios de comentar en los posts de medios, uno de los pocos lugares abiertos dentro de la red y de donde podemos extraer la mayoría de las opiniones.

Ojalá que los que han desempolvado sus cuentas de Twitter para comentar Operación Triunfo sigan usándolas para hablar de TV con frecuencia y no solo lo hagan con Eurovisión o los Goya. Pero seguro que la tendencia a la diversificación va a más. Seguiremos acudiendo a Facebook, Instagram y Youtube a buscar a nuestros usuarios. Quizás Instagram, siempre tan atento a las debilidades de la competencia, esté buscando un sistema para comentar eventos en directo y apropiarse de la actividad que generan. Quizás, aunque esto lo veo mucho menos probable, WhatsApp se plantee abrir algún tipo de canal de conversación para medios. Y quizás aparezca algún nuevo actor relevante en toda esta conversación.

Entre tanto, en tiempos en los que la cita con día y hora de la televisión tradicional se pone en entredicho, los programas buscan cómo ser cada vez más participativos facilitando la interacción de los usuarios que toman decisiones cada vez más determinantes en un tiempo real cada vez más real. Y en este universo de interacción hay un claro ganador: los desarrolladores de herramientas de participación y monitorización rápidas y sencillas.

--

--