¿Te conozco de algún lado?

Guadalupe Fernández
Lupa
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4 min readSep 13, 2023

Leer “Distancia de rescate” fue en partes iguales revelador, adictivo y monstruoso. La literatura oscura me resultó fascinante por mucho tiempo: la pluma de Mariana Enriquez, por ejemplo. Pero esta vez fue distinto. Tan así que la noche que lo terminé, tuve que volver a mi biblioteca para buscar algún otro libro que me despejara la mente y borrara el rastro que deja un texto como ese, tan brillante y perturbador.

Pero volvamos al punto, porque lo que quiero decir es que esta novela de Samanta Schweblin lleva su nombre a partir de un concepto definido por su protagonista como esa distancia variable que la separa de su hija, y que calcula constantemente en base al tiempo que tardaría en correr hacia ella y salvarla de un peligro inminente.

El caso es que esta novela me puso frente a frente con el concepto de distancia. Por ejemplo cuando pensamos en matemáticas, todo el tiempo las estamos “calculando a ojo”, como cuando vamos a cruzar la calle y evaluamos en microsegundos la distancia que nos separa de un auto.

“Distancia de Rescate” se cruzó en mi cerebro con una serie que vi hace poco, “Valeria”, donde la protagonista hace mención a la teoría de los seis grados de separación. ¿WTF? ¿Cómo que podemos estar conectados a cualquier otra persona del planeta por una cadena de conocidos que no tiene más de cinco intermediarios (o sea, con seis enlaces de conexión entre una persona y otra)? No me siento un poco bien, diría Carmen Barbieri.

Por supuesto, me obsesioné y hice un zoom in en el tema. Empecemos por la parte más profunda del iceberg: esta teoría fue formulada por primera vez por el escritor húngaro Frigyes Karinthy, en su cuento Cadenas (1930). Ahí el protagonista le apuesta a sus amigos que podría relacionarse con cualquiera de los 1.500 millones de habitantes del planeta (la población en 1930) usando solo cinco individuos.

Fascinante. Muchas personas intentaron demostrar esta teoría sin suerte, porque requiere la colaboración y el compromiso de las personas que participan de la prueba. Uno de los experimentos más famosos lo llevó a cabo el psicólogo Stanley Milgram, en 1967. Seleccionó personas al azar y les pidió que envíen una postal a desconocidos que estuvieran en la otra punta de los Estados Unidos, con la condición de que solo podían entregar el paquete a un conocido que tuviera la mayor probabilidad de acercarlo a su destino. Y ellos deberían hacer lo mismo. Solo 64 paquetes fueron entregados y la media de intermediarios variaba entre 5 y 6. Bastante bien.

Pese a la dificultad para demostrar su validez, con la llegada de internet pasaron cosas. En 1994, Kevin Bacon dijo en una entrevista que había participado en tantas películas que “había trabajado con todos los actores de Hollywood, o con alguien que había trabajado con ellos”. Así nació el Oráculo Kevin Bacon, creado por estudiantes que extrajeron una lista con todos los actores del mundo y crearon un algoritmo que intentaba enlazar a Kevin Bacon con todos ellos, a través de las películas que habían rodado. ¿Qué pasó? De los 700.000 actores que hay en la base de datos, Kevin Bacon ha trabajado con ellos o con alguno de sus conocidos con los que han compartido película, en solo 6 o 7 grados de separación.

Con este espíritu, unos años después Bacon lanzó SixDegrees.org, una organización que conecta a las celebridades con buenas causas para recaudar fondos.

Para cerrar, me decidí a probar la teoría en mi práctica. Ayer fui a un evento a escuchar a Moria Casán que acaba de lanzar su podcast. Tengo varios amigos que conocen a una de las chicas que la entrevistó en vivo en ese evento. ¿Eso significa que tengo tres grados de separación con la ONE? TRES, chicos. No es nada, mañana me tomo unos mates con la diva.

Más adelante, otros trabajos recogieron esta teoría como “Seis grados: la ciencia de una edad conectada” (2003) de Duncan Watts. Él sostiene un modelo teórico de un mundo pequeño, una red compleja donde a pesar de existir un gran número de nodos, la distancia media entre estos es pequeña. Esta teoría me divierte porque muestra que los seres humanos estamos relacionados con personas con las que nunca tuvimos contacto y que incluso tenemos la capacidad de llegar a más personas de las que estimamos. Hagan sus pruebitas.

¡Nos leemos la próxima!

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Guadalupe Fernández
Lupa
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Periodista. Pragmática. Lectora imprevisible. Catadora de limonada. Objetivos claros, destino incierto. https://linktr.ee/estoeslupa