“Franklin es la vida..”

Insights territoriales para la creación de valor compartido en un proyecto inmobiliario en Barrio Franklin

Andrés Ortega
Undo de Estudio Racimo
5 min readJun 13, 2019

--

En Estudio Racimo venimos desde hace varios años explorando las relaciones entre personas, territorios y proyectos. Personas en el mas amplio sentido (vecinos, dueños de locales, empresarios, transeúntes, visitantes, turistas, tomadores de decisiones, entre otros) que pueden formar comunidades formales o informales. Territorios que pueden ser regiones, ciudades, barrios, calles e incluso galerías comerciales. Proyectos que pueden ser desde estrategias para revitalizar barrios, o programas de desarrollo basado en necesidades específicas de una comunidad, a metodologías para transformar el capital de una región en un activo orientado a la competitividad, a la búsqueda de valor compartido para proyectos inmobiliarios.

Es en esta tipología donde hemos estado focalizados este último tiempo. Vemos que a diferencia de otros sectores (energía, incluso minería en algunos casos), el sector inmobiliario ha tenido dificultades para leer los territorios y sus distintas capas, por lo que las relaciones que ha establecido al momento de gestionar un proyecto en etapas tempranas, sobre todo con las comunidades presentes en esos territorios, han estado llenas de interacciones frustradas (estoy intentando buscar una buena traducción de “mismatched interactions”, concepto acuñado por Kat Holmes en el contexto del diseño inclusivo, pero que calza perfecto para lo que ocurre en los territorios entre comunidades y proyectos).

En esa lógica, hace poco tiempo desarrollamos un proyecto para el área inmobiliaria de una importante empresa de retail, en uno de los barrios mas especiales, particulares y complejos de Santiago : el Barrio Franklin. Un barrio con una identidad muy marcada, desde lo espacial a lo humano, que ha resistido diferentes embates a lo largo de su historia, pero que ha sabido permanecer e incluso verse reforzado después de cada una de sus crisis.

Fotos : Paloma Palominos

El proyecto tenía dos objetivos : por un lado “leer” el territorio y sus comunidades para diseñar una estrategia de relacionamiento comunitario sostenible, y por otro lado levantar insights espaciales y sociales que puedan nutrir el proyecto mismo, desde perspectivas de su diseño arquitectónico y programático.

Fotos : Paloma Palominos

Bajo esa premisa, realizamos un diagnóstico socio-espacial del barrio, que contempló un levantamiento de diversas capas territoriales : infraestructura, espacio físico y paisaje, inversión pública, iniciativas sociales y oferta emergente. Todas esas capas tienen un componente transversal relacionado con un levantamiento de las expectativas, comportamientos y necesidades de las personas que componen el barrio : vecinos, locatarios, visitantes, como también desde las instituciones presentes en él (Municipio, Cordesan, Ministerios).

Los resultados del diagnóstico permitieron a la empresa mapear problemáticas existentes, ya sea a nivel de infraestructura pública, de servicios y comunitaria, de modo de poder integrarlas en el programa del proyecto. A su vez, permitió entender e integrar al proyecto aspectos identitarios que son relevantes para la comunidad, y que se van a traducir en decisiones formales del proyecto arquitectónico. Se estableció además una hoja de ruta para el relacionamiento con las comunidades, identificando actores claves para establecer contactos orientados a la colaboración. Gracias al estudio, fueron capaces de entender que no estaban en cualquier barrio, y que cualquier decision proyectual tiene que considerar sí o sí el ADN del lugar (algo bastante higiénico desde nuestro punto de vista), como parte de una estrategia para reducir fricción y generar valor compartido. Según palabras de ellos mismos, tuvieron una inmersión profunda que les permitió “ponerse en los zapatos” de los habitantes de Franklin, conectarse con su historia, los olores, sabores, pero también sus problemáticas, desafíos y por sobre todo, oportunidades emergentes que se evidenciaron gracias al estudio.

Estudio Racimo / Fotos : Paloma Palominos
Estudio Racimo / Fotos : Paloma Palominos
Estudio Racimo / Fotos : Paloma Palominos
Estudio Racimo / Fotos : Paloma Palominos

Pero quizá uno de los resultados mas importantes para nosotros tiene que ver con una conversación que tuvimos con el cliente ya pasado un tiempo de la entrega del diagnóstico. Nos comentaban que esta experiencia les sirvió para reformular el modo en cómo se aproximan al territorio en sus proyectos. Fueron capaces de ver el valor evidente que genera para el proceso la capacidad de leer anticipadamente el territorio, y de cómo este entendimiento racional, pero que tiene un componente humano profundo al conectarse con la historia, identidad y expectativas de las personas del barrio, permite generar valor compartido en los proyectos.

Fuimos capaces de gatillar una transformación en una organización que puede generar alto impacto en sus proyectos si es que éstos se plantean desde la empatía, desde relaciones simétricas, aportando a un desarrollo territorial sostenible. Y eso es un gran avance.

Fotos : Paloma Palominos
Fotos : Paloma Palominos
Fotos : Paloma Palominos

Equipo : Andrés Ortega (Jefe de Proyecto), Daniela Muñoz (Análisis Urbano y territorial), Inés Pascal (Estudio Etnográfico), Vicente Mafioletti, Mariano Palma (Campo Etnográfico), Paloma Palominos (Registro visual)

--

--

Andrés Ortega
Undo de Estudio Racimo

Socio, Co-Fundador y Director de Estudio Racimo. Arquitecto de la PUCV. Profesor del Diplomado de Diseño de Servicios de la PUC