Caleb Suko
Evangelismo Today
Published in
3 min readMar 3, 2024

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El ataque de un dron ruso se cobra la vida de inocentes

En la madrugada del 2 de marzo, fuimos atacados por varios drones rusos Shahed. La tranquilidad de la noche se vio interrumpida por el aterrador zumbido de los vehículos aéreos no tripulados, que dejaron a su paso destrucción y desesperación.

Uno de estos aviones no tripulados apuntó a nuestro extremo de la ciudad, densamente poblado de edificios de apartamentos de gran altura. Las consecuencias fueron catastróficas: el edificio se derrumbó por la fuerza del impacto y se cobró la vida de ocho civiles inocentes, entre ellos varios niños.

Entre las víctimas de este despiadado ataque se encontraban Anya y su querido hijo de tres meses, Timothy. Sus vidas se vieron trágicamente truncadas al quedar sepultados bajo toneladas de escombros, mientras Anya acunaba a su precioso bebé junto al pecho cuando los equipos de rescate los descubrieron. El marido de Anya, Sergey, y su hija escaparon por los pelos del mismo destino, ya que se encontraban en una habitación contigua en el momento del ataque. Sergey pasó horas angustiosas viendo cómo los equipos de rescate rebuscaban entre los escombros, aferrándose a la esperanza de encontrar con vida a su mujer y a su hijo, sólo para ver confirmados sus peores temores.

El padre de Anya, Mikolay Sidak, es pastor de la iglesia baptista de Peresyup. Nuestro ministerio mantiene una larga relación con esta iglesia. De hecho, hablé con el pastor Mikolay apenas tres días antes en una reunión de pastores locales. El pastor Mikolay se encuentra ahora lidiando con la inimaginable pérdida de su hija y su nieto, al tiempo que ofrece consuelo y apoyo a su afligida familia y congregación.

En respuesta al acto de violencia sin sentido de Rusia, la ciudad de Odesa ha declarado el domingo 3 de marzo día de luto por las vidas perdidas en este atentado. Rezad por el marido de Anya, Sergey, y por su hija pequeña. Rezad por el pastor Mikolay Sidak y la iglesia de Peresyup. Rezad porque muchas iglesias de Odesa intentan dar la esperanza de Jesucristo a la comunidad en circunstancias trágicas como éstas.

Una cosa de la que podemos estar seguros es que Anya y su pequeño Timothy están ahora a salvo en las manos de nuestro Salvador y disfrutando de Su gloriosa presencia.

Por favor, ¡sigan orando por Ucrania!
Caleb y Christina Suko

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