Un año después de renunciar a mi trabajo IT

Hace un año tomé la decisión de renunciar a mi trabajo.

Lo hice, primero, porque tengo la posibilidad de hacerlo. Soy desarrollador web, con cierto nivel de experiencia y el mercado IT busca continuamente perfiles como el mío. Me llegan muchos mensajes por correo electrónico y a través de Linkedin, como a todo programador. Si bien es cierto que hay mucho spam y muchas falsas promesas, también es verdad que detrás de algunas de esas invitaciones se encuentran oportunidades. Lo que me hace pensar que en el peor de los casos tendré un lugar donde caer muerto en caso de necesitarlo.

En segundo lugar porque tomé algún riesgo, pero no el que tomaría un padre de familia. Sin hijos, pero teniendo ciertas responsabilidades y compromisos que cumplir a nivel económico, fue un poco arriesgada mi decisión, pero no tanto. Cuando renuncié no tenía ningún cliente freelance confirmado aún, pero sabía que de alguna forma me iba a poder acomodar.

En tercer lugar, lo hice porque el lugar donde trabajaba experimentó algunos cambios internos y se convirtió en otra cosa. De golpe, estaba en otro lugar, con otra gente y teniendo que empezar de nuevo de cero.

Me pareció que si debía empezar de cero, debía ser por elección propia. Todo esto se sumó a una serie de problemas que venía arrastrando. Algunos personales y otros propios de trabajar en relación de dependencia, como por ejemplo tener que ir todos los días a un lugar que me quedaba muy lejos, por medio de un transporte público de estado deplorable.

Actualmente estoy trabajando como analista programador freelance y si bien aún estoy lejos de lo que realmente quiero a nivel profesional, no me puedo quejar.

Lo que obtuve

No me interesa contarles en esta entrada cómo fue mi primer año freelancer. Eso lo contaré en otra entrada. Aquí me quiero centrar en la libertad,el tiempo, la energía y la paz que gané al tomar mi decisión.

Libertad

La libertad es quizás lo que uno más asocia a trabajar por cuenta propia. Y está bien que así sea. La libertad se experimenta en manejarse los horarios. Decidir a qué hora levantarse, a qué hora acostarse. Si trabajar o no los domingos. Si echarse una siesta. Si trabajar toda una noche y seguir durante la madrugada hasta que salga el sol, simplemente porque uno se siente encendido y con ideas.

La libertad está también en presupuestar y negociar precios y pagos directamente con el cliente o con el intermediario que acerca el trabajo. Y una de las más lindas libertades: poder decir que no. Rechazar un trabajo que a priori uno puede ver que va a dar más dolores de cabeza que satisfacciones es quizás la primera medida preventiva de salud mental que puede tener cualquier freelancer.

Tiempo

El primer gran alivio que experimenté luego de renunciar y ya empezando a desempeñarme por mi cuenta fue no tener que viajar todos los días en transporte público. En mi caso particular, ir y venir del trabajo me insumía entre tres horas y tres horas y media, todos los días. Con algunos días donde se podía estirar a más producto de alguna demora del transporte público o cortes de calle.

Ese valioso tiempo de mi vida lo invertí en dos cosas. Por un lado, en dormir. Porque considero que uno no puede desempeñar de forma eficiente las tareas si no ha descansado al 100%. Y por otro lado, en hacer actividad física. Esto último me llevó mucho tiempo porque hacía tanto que no caminaba grandes distancias y tanto que no hacía una flexión de brazos o una abdominal, que mi cuerpo se había deteriorado. Un año después, bajé 5kg. y me encuentro en un buen estado físico, luego de haber estado años sedentario. Sin tiempo extra, no hubiera sido posible.

Energía

Dormir bien todos los días me dio energías suficientes como para poder trabajar concentrado y comprimir el tiempo laboral en unas pocas horas por día. Sigo intentando hoy por hoy trabajar lo mínimo posible en cantidad de tiempo pero al máximo nivel posible.

Sumado a dormir debo agregar los descansos programados. Tomarse un fin de semana entero y quizás agregarle un lunes, porque uno se siente cansado. O tomarse una semana a mitad de año para cargar energías es una posibilidad importante a tener muy en cuenta.

Paz

Por otro lado, noté una baja en el nivel de estrés. No me gusta ser repetitivo, pero una vez más, creo que el transporte público aporta mucho al estrés diario.

Otro generador de estrés, los deadlines, no desaparecieron. Los seguí teniendo, pero dependían ahora un 90% de mí. Y pude haber tenido algún momento de estrés, pero fueron un puñado de días en todo un año, en vez de un puñado de días por mes.

Por supuesto no todo fue perfecto. Hay varios aspectos de esta nueva vida que se podrían mejorar. Los contaré en el artículo que escriba sobre trabajar como freelancer. Pero creo que lo que gané tiene mucho más peso que lo que puedo estar perdiendo.

Especialmente en lo que a tiempo, libertad, energía y paz mental se refiere.

--

--

Alejandro De Luca
Experiencias y pensamientos de un programador

Web developer. Ronin. Autodidacta. Linuxero. Creador de @mentesliberadas. Tomo mucho café, escribo y odio los yo-yo's.