Periodismo: oficio riesgoso y sin protección

Luis Assardo
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3 min readMar 6, 2018

Guatemala es uno de los países más peligrosos para el ejercicio del periodismo en América, solo superado por México y Honduras. Eso es consecuencia del acecho constante del crimen organizado (narcos y traficantes de personas), del acoso de caciques locales y de las cortapisas de servidores públicos, entre otros factores de riesgo frente a la pasividad de medios y autoridades.

Por Miguel González Moraga (@magmoraga)

Según registros extraoficiales, desde 2006 han sido asesinados 36 periodistas, la mayoría de fuera de la capital del país. Los casos más recientes son los de Laurent Ángel Castillo Cifuentes y Luis Alfredo De León Miranda, crímenes perpetrados el 2 de febrero de 2018 en Mazatenango, Suchitepéquez, y de los que no se conocen avances para su esclarecimiento.

Torre de Tribunales, Organismo Judicial de Guatemala. Foto: Luis Assardo

Apenas dos semanas antes (el 13 de enero) fue detenido el diputado oficialista Julio Antonio Juárez Ramírez, supuesto autor intelectual de los asesinatos de los reporteros Danilo López y Federico Salazar, ocurridos en marzo de 2015, en el parque central mazateco.

Casos como los referidos son los más extremos. No obstante, las presiones de alcaldes, síndicos, diputados, gobernadores e incluso vecinos enardecidos que amenazan con linchar son parte de las presiones diarias que sufren decenas de periodistas día a día. Cuando se impide a los periodistas desempeñar su labor a plenitud, quien más pierde es la sociedad, pues se reduce su ángulo de visibilidad de lo que ocurre en el entorno y es presa de la desinformación, en particular cada vez más difundida en las redes sociales.

Debido a la magnitud del problema y por las constantes quejas de periodistas locales y extranjeros, en octubre de 2012 el gobierno de Otto Pérez Molina se comprometió a impulsar un plan para proteger periodistas, durante el Examen Periódico Universal, en Ginebra, Suiza. Hasta ahora, en América nada más en Colombia y México existen instancias oficiales de ese tipo.

“La creación de este programa compromete al Estado a adoptar medidas de seguridad preventivas y de protección, con el fin último de preservar la vida y la integridad de aquellos quienes están involucrados en el ejercicio periodístico y se encuentren en riesgo de sufrir amenazas, intimidaciones y ataques por parte de individuos o grupos interesados en vedar el derecho a la libre emisión del pensamiento y expresión de prensa”, sostiene la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), quien ha tratado de influir en el mecanismo.

Sin embargo, casi seis años más tarde los gobiernos de Pérez Molina y Alejandro Maldonado Aguirre no concretaron el ofrecimiento y el Ejecutivo de Jimmy Morales Cabrera tampoco le ha puesto mayor atención al asunto. A las instancias oficiales a las que se les debe atribuir el retraso es a la Secretaría de Comunicación Social de la Presidencial, al Ministerio de Gobernación y a la Comisión Presidencial Coordinadora de la Política del Ejecutivo en materia de Derechos Humanos (Copredeh), quienes han optado por metodologías en donde dejan fuera a quienes son víctimas de la violencia y requieren protección: los periodistas.

Mientras se reactiva la discusión y se avanza en el plan, lo conveniente es implementar mecanismos de autoprotección. Eso tiene que ver con medidas de seguridad física, digital y psicológica para hacer menos vulnerables a los periodistas y reducir los riesgos en su trabajo.

Miguel González Moraga es un periodista de amplia trayectoria en Guatemala y formador de generaciones de periodistas en todo el país. Proviene de la vieja escuela y domina las dinámicas del periodismo digital. Es, sin ninguna duda, un referente del criterio periodístico y una fuente de conocimiento.

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Luis Assardo
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Journalist • Researcher | Emergency Manager • Arson investigator • Safety & Security Consultant.