Oxitobrands y Biobranding. El nuevo ecosistema para marcas y personas 🙌

ExpoNegocios2023 — Conferencia de Marcelo Ghio 🇪🇸 🇦🇷

PTF
ExpoNegocios 2023
3 min readSep 17, 2023

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Marcelo Ghio 🇪🇸🇦🇷

Founder & Codirector en Oxitobrands Studio, branding, packaging y diseño. Director editorial en Experimenta Revista (desde 1989) y libros para la cultura del diseño. Especialista en branding y gestión estratégica de marca y comunicación. Autor del Best Seller Oxitobrands: marcas humanas para un mercado emocional y de Biobranding.

Vivimos inmersos en un mundo saturado de marcas, y esta es nuestra realidad. Desde el momento en que despertamos hasta que nos acostamos, e incluso en nuestros sueños, las marcas nos rodean, a veces convirtiéndose en una especie de pesadilla.

La verdad es innegable: las marcas nos envuelven constantemente, y vivimos este fenómeno sin siquiera ser conscientes de ello. Día tras día, recibimos entre cinco, siete, o incluso algunos aseguran que hasta diez mil impactos de marca. Estos impactos, por supuesto, pasan desapercibidos en su mayoría.

Las marcas son mucho más que simples nombres y logos. Son el ADN de una organización, la esencia que la define. Una marca es un intangible que a veces se confunde con su representación gráfica, pero en realidad, es el espacio donde todos compartimos una visión común sobre una organización, un servicio, un producto o incluso una persona. En ese núcleo inicial que define a la marca, reside la clave de cómo se presenta y se comunica al mundo.

Lo interesante es que, en este siglo XXI, las marcas han evolucionado más allá de ser meros instrumentos de un mercantilismo utilitario. Ahora, las marcas son también productoras y catalizadoras de una cultura social.

Las marcas tienen el poder de desencadenar emociones y asociarnos con ideas específicas, lo que a su vez nos ofrece una visión de vida, un estilo y una forma de relacionarnos.

La cuestión clave es cómo las marcas ofrecen una experiencia vivible. La experiencia de marca no se trata solo de imaginar, sino de tocar y sentir.

¿Qué hace que una experiencia de marca sea exitosa? Ir al encuentro de la audiencia. Es cuando la marca está presente en los puntos de contacto donde las audiencias también se encuentran, ofreciéndoles experiencias sensoriales únicas.

Es esencial innovar desde la perspectiva de la propia visión de la empresa, teniendo en cuenta el entorno perceptivo de las audiencias. Cada individuo construye su imagen de la empresa, donde la identidad pertenece a la empresa y la imagen reside en la percepción de los demás.

Las marcas comprenden que todos anhelamos ser parte de una historia, trascender en nuestras familias, trabajos y vidas en general. El deseo de dejar un legado es inherente a la condición humana.

El compromiso va más allá de la interacción; se trata de empatía y conexiones genuinas. Las marcas empáticas utilizan la inteligencia emocional para comprender y satisfacer las necesidades de las personas, ofreciendo una estructura de valores compartidos.

La empatía construye lealtad y moldea la percepción pública de la marca. Por lo tanto, construir esta empatía debe ser un esfuerzo integrado y coordinado, no una acción aislada.

Recuerda, tu marca ya existe, incluso si no la has creado conscientemente. Alguien hablará de ti, ya sea de manera positiva o negativa. En la era actual, los consumidores no solo compran, sino que también recomiendan y participan activamente.

El compromiso con la marca es un proceso continuo. Las marcas comprometidas forjan relaciones duraderas. ¿Qué lleva a enamorarse de una marca? Aquí entra en juego el concepto de “oxitobrands”.

Nos enamoramos de una marca no solo debido a la publicidad o los mensajes, sino porque la humanizamos, al igual que hacemos con las personas. Entonces, la pregunta crucial es: ¿Por qué nos enamoramos de alguien? Lo hacemos porque estamos en contacto constante, porque nos conectamos de manera auténtica, no porque nos lo impongan.

El futuro nos lleva a construir un ecosistema donde marcas y personas coexistan sin dejar a nadie atrás. La sostenibilidad, la conciencia, la justicia y el equilibrio se suman a esta ecuación. Administrar una marca en el siglo XXI implica considerar todos estos aspectos.

Es cierto que no es una tarea sencilla, pero debemos ser conscientes de que estamos presenciando el fin de un mundo tal como lo conocemos. Esto no es necesariamente una mala noticia; es una oportunidad para un cambio significativo. Nuestra realidad cambia constantemente y eso nos permite a nosotros evolucionar junto con ella.

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