Está ReTinta

Había desaparecido de mi vista, estaba desconectado del mundo que la concibió y me sentí como un paria viviendo una terrorífica parálisis del sueño: congelado sin poder escribir, hasta que la vi con mi nuevo buscador con forma de pato, ahí estaba, casi… casi… casi…

Pero no, seguía viva y coleando, dando coletazos reales y pidiendo a gritos que la escucharan todos esos oídos sordos de cultura indie, o como se llamen los oídos que solo buscan algo diferente a lo que hay por todos lados.

Era tinta, siempre fue tinta, nació como Extinta y ahora para mí está ReTinta porque el color que tiene es diferente aunque todos ustedes la vean igual. El pato, mis pastillas, los ojos de María y de Ángel en la novela Dos de Tres, los ojos de Giovanni, inyectados de pasión en El Faro, todo y lo que viene detrás, todo me ha inyectado a mí la pasión que mueve mis nervios para impulsar las teclas una detrás de la otra a la velocidad de un pulso electromagnético que destruye la tecnología y nos lleva a escribir a mano, con un carbón, en un papiro y decir, decir lo que quiero decir hace tiempo en Extinta, no estás extinta, no estás, no estamos congelados en un sueño paralizante, somos, estamos y creamos cultura, estamos otra vez y somos, una vez más, ¡creadores!