Mapas participativos

Adrián Hz Sn
Facilitación Visual
8 min readAug 6, 2016

Comencemos con el contexto:

· Comunidad rural en el centro de México en una región con alta explotación de recursos naturales.

· Joven e idealista tallerista/facilitador que cree en el diálogo para fomentar actividades de desarrollo (y para cambiar el mundo).

· Tarea: Realizar un estudio de identificación de recursos con la comunidad para construir opciones de proyectos productivos.

· Público: Habitantes de la comunidad en general y campesinos organizados a través de un ejido.

· Tiempo y lugar de la reunión: domingo por la mañana en el salón ejidal.

· Año: 2014

No sé cuántos de ustedes se dediquen a facilitar reuniones o a ir con la bandera de la transformación social a dar talleres ante grupos, “a tallerear”, como se le dice coloquialmente, sin embargo, no les será difícil entender la situación. Uno llega muy emocionado con sus plumones, su agenda, cartulinas, ideas, un poco de botana y bebidas para los participantes del taller. El objetivo es que se sientan cómodos y uno hace todo lo posible. Ya conoce a su público. De alguna manera varias personas que nos dedicamos a estas actividades también hemos sido maestros y sabemos cómo es un grupo cuando está aburrido y no queremos generar eso. Especialmente, no es lo que se busca para un domingo en la mañana. Me sigue sorprendiendo la paciencia de los sectores rurales: si uno los convoca para un domingo a las diez a un taller de algo que no se entiende bien sólo por el nombre, la gente –o al menos algunos — va. Por algo todavía resuelven ocasionalmente problemas de sus comunidades. Dudo que existiera la misma convocatoria si se organizara una junta en la colonia donde vivo en la ciudad. Hay vecinos que no acudirían ni aunque les ofrecieran dinero. Así es, queridos lectores, la participación en algunas partes es más que sólo dinero. En fin, entonces ya es momento de comenzar a trabajar cuando una persona se levanta y construye una pared infranqueable en quince segundos:

Bueno, bueno, ¿y esto para que nos va a servir? Qué bueno que trajo plumones y colorcitos, pero ¿sabe de casualidad cuántas organizaciones y personas como usted han estado por aquí? En las últimas décadas los ejidatarios y los comuneros nos hicimos famosos. Ahora todos nos buscan para traernos cosas, presentarnos propuestas, pedir firmas y no sé cuánto más. Además viene a hacer preguntas como las de los que andan haciendo sus tesis. Uy no, en domingo al mediodía. ¿Qué no tiene algo mejor que hacer y –hablándole a los demás — que no hay algo mejor que podamos hacer? Aquí ya sólo queremos cosas prácticas para la comunidad, enséñenos a gestionar trámites, tráiganos al gobernador, ayúdenos a hacer cosas reales.

Colocando el papel kraft para realización del mapa

La reunión no tiene ni tres minutos de haber comenzado y, tras esta respuesta, algunas personas se adhieren al comentario y comienzan a levantarse de la sesión. En ese momento recuerdo las enseñanzas de mis colegas –no hay reunión ni taller fácil — , es cierto, todas las reuniones son diferentes. Finalmente las personas tienen razón, uno no puede llevar al gobernador y tampoco puede resolver nada de manera directa. Si alguien sabe de falsas expectativas son ellos. Les han bajado a la virgen cinco veces y ésta jamás se ha quedado. Empieza la desesperación, se hace uno varias preguntas: ¿se cancela el taller? ¿Hay algo más que se podría hacer? Siempre hay un último intento, algún otro método, algo leído en un libro. Toma uno el rollo de papel kraft y pega rápido dos trozos sobre la pared. Con el plumón negro escribe arriba el nombre de la comunidad y lo subraya con el azul. Pregunta rápida en la cabeza: — ¿Quién de aquí dibujará mejor? Mejor no errarle, escogeré a dos—.

Así el dedo mágico del facilitador señala a dos participantes para que se levanten de las bancas y empiecen a realizar una tarea, dibujar su comunidad sobre el papel. Uno de los dibujantes comienza a explicar sus trazos:

Por allá las montañas, por allá los ríos, por allá las vacas. Perfecto. Ahora, de este lado la carretera. Vamos a ponerle circulitos en el centro, para que no se nos olvide que tiene baches, a lo mejor les podemos sacar algún provecho. Ay señor –responde a alguien del público que se burla — no se ría de mí, también hay que presumir lo que tenemos en demasía.

Posteriormente otras dos personas se aproximan para marcar las zonas de cultivo y los tipos de productos que crecen:

Por aquí maíz y allá maíz y por aquí más maíz, bueno, así era en mis tiempos, pero también había maíz por allá y del otro lado del cerro porque teníamos agua aquí y de este lado. Ah, y cuando llovía, se quedaba en esta represa. Jóvenes, ya sé que no conocieron estos tiempos, pero ahí donde ponemos la basura era un depósito de agua, pero como ya no llueve y ya estaba listo el agujero, bueno, no nos vean tan feo, el clima cambió, ya saben eso del niño y la niña. Los que vivieron antes pensaron que quizás si echaban más basura de este lado se vería sucio y se espantaría a los fenómenos climáticos del futuro: a la tía, a la nieta, qué sé yo, en fin.

Uno se detiene un momento a observar el mapa para ver qué más preguntar hasta que uno de los señores que se molestaron al principio avanza al frente. Ahora sí ya se enojó conmigo –piensa — pero no se lo tome personal, yo a nivel individual, entre persona y persona, yo a usted lo quiero mucho, en serio, es un tipazo. Hace una seña con la mano para indicar que uno debe moverse a la izquierda y toma los plumones. Le quita la tapa al primero, lo recarga sobre el papel, no pinta. Hace lo mismo con el segundo, tampoco. Finalmente utiliza un tercero.

Qué bien, qué bien, qué interesante ejercicio de regresar a la escuelita, pero esa hoja no va a servir para nada más que para identificar que personas sí saben dibujar y cuáles no. Se les olvida que todos los que viven en estas casas [marca con color negro] ya se fueron del pueblo para trabajar en la ciudad y que todas estas tierras [traza grandes líneas rojas] ya no son nuestras. Las vendimos cuando nos faltaba dinero. ¿Qué nos queda ahora aquí? Este mapa deprime. Joven, no pierda su tiempo, en nuestra región ya no se puede hacer nada. Todos los que puedan caminar se irán a la ciudad. Aquí sólo quedaremos los viejos que ya no trabajamos.

¿Qué se puede responder ante tal conclusión? Se da por concluida la facilitación del taller y se promete regresar en unas semanas. El objetivo del día era ayudar a obtener toda la información necesaria para que los técnicos pudieran realizar una propuesta de desarrollo económico local realista a las circunstancias. Con ese mapa — y los rayones sobre el papel kraft — ya se tiene todo. Tiempo después se regresa con un póster sobre el cultivo del nopal-verdura y con agrónomos que encuentran ahí una oportunidad.

Un mapa de recursos comunitarios

Lección aprendida dentro del proceso: hay comunidades cansadas del exceso de estudios, talleres e investigadores. En estos lugares las palabras entrevistas, diagnósticos o grupo focal son repelentes a la participación de las personas cuando se realiza una convocatoria. Tenemos que encontrar otras maneras de trabajar más efectivas y es aquí donde hay un terreno para la facilitación visual.

Queridos lectores: la historia anterior es similar a la que viví hace unos años y me dejó dos lecciones: a) si yo no sé dibujar, los participantes a lo mejor sí y b) el facilitador abre el espacio de diálogo, el de trabajo y el de dibujo, esto incluye por momentos algo tan sencillo como un par de lienzos de papel kraft. Quise utilizar esta experiencia como ejemplo para introducir esta herramienta de facilitación participativa. Les muestro algunas imágenes:

Ejidatario realizando trazos
Mapa resultante

Hay facilitadores gráficos más talentosos que pueden lograr mapas comunitarios de gran belleza que se podrían convertir hasta en murales (con eso de que hay que aportar algo a los lugares). Un mensaje para estos compañeros: ojalá este artículo pueda motivarlos.

Algunos consejos:

· Colocar varias hojas de papel sobre la pared, el espacio no debe ser una limitante.

· La escala con la que las personas dibujan –en ocasiones — nos revela la importancia que le dan a cada elemento según su percepción. (El único inconveniente es que a veces nos vemos obligados a colocar más hojas o a rayar la pared cuando se acaba el espacio disponible.)

· Si es posible, dibujar previamente el croquis de las calles principales de la comunidad como base del esquema para que los participantes las rellenen. Es relativamente sencillo si se utiliza una imagen satelital o aérea.

· Invitar a un técnico agropecuario o especialista en desarrollo local al taller para que pueda realizar preguntas más específicas sobre los recursos que sean mencionados.

· Asignar un color para cada recurso porque — entre tantas manos — es fácil confundir los trazos.

· Dejar a algunos niños complementar el mapa, añaden información que los adultos no consideran tan importante. (Es muy común su presencia en los talleres realizados durante los fines de semana.)

· Si en un principio las personas no se animan a dibujar, uno como facilitador puede tomar la iniciativa colocando elementos que ya conoce del lugar.

· Preparar previamente una lista con la información que se desea obtener y mencionar los elementos incluidos durante la facilitación.

· Hacer la facilitación divertida. Se pueden añadir dibujos decorativos: personas jugando en la cancha de béisbol o de fútbol, un coche abandonado, un lugar simbólico, etc…

A continuación la ficha técnica:

(Con base en 80 herramientas para el desarrollo comunitario de Frans Geilfus)

Objetivo

Concretizar en un mapa la visión que los pobladores tienen de la utilización del espacio comunitario, sus recursos y el potencial del sector agropecuario local.

Material

Papel kraft, plumones, masking tape

Tiempo

1.5 horas

Descripción

1. Dependiendo del número de participantes se divide al grupo por equipos.

2. Explicar a los participantes el objetivo de la actividad.

3. Con ayuda del facilitador, el grupo identifica los temas que van a aparecer en el mapa (ríos, caminos, casas, campos, cultivos, etc.)

4. Ubicar los primeros puntos en el mapa que servirán como referencia y dejar que los grupos trabajen solos.

5. Los técnicos invitados no deberán intervenir en el contenido inicial, pero conforme avance la actividad éstos podrán aportar sus comentarios acerca del aprovechamiento de otros recursos para que los participantes lo consideren.

6. Finalmente los grupos presentarán su mapa en plenaria y lo socializarán con el resto del grupo.

7. Entre todos se elaborará un mapa final que contenga los comentarios de los diferentes participantes.

8. Se entrega una copia a la comunidad y una a los técnicos.

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