El Pulitzer de las mujeres.
Un día iba en el metro y me tocaron.
Otro día caminaba por la calle y me cortaron el paso.
En una reunión no me dejaron hablar.
Por la calle me silbaron.
No quería ir sola porque era de noche y había un grupo de hombres detrás.
No me puse minifalda por el qué dirán.
El Pulitzer de servicio público de este año 2018, el premio más importante del periodismo, se lo han llevado Jodi Kantor y Megan Twohey del New York Times, por destapar el caso Weinstein. Tras esta investigación, en la que se destapó cómo el productor Harvey Weinstein, había acosado a muchas de las actrices más conocidas y queridas de la gran pantalla, se armó un efecto dominó en todo el mundo y ya, no hubo vuelta atrás.
A partir de uno de los casos más sonados de Hollywood, se creó el movimiento solidario #metoo, que a través de las redes sociales dio fuerza a millones de mujeres para gritar y explicar al mundo sus historias sobre el acoso sexual.
Porque el machismo está en todas partes pero muchas veces, se omite, da vergüenza admitir que lo has sufrido o simplemente lo tienes tan metido en la cabeza, que ni te das cuenta.
Siempre existe el “típico jefe con la mano larga”, el compañero casado de trabajo que te mira raro o incluso te llegas a acostumbrar a las preguntas incómodas en una entrevista laboral de si te vas a quedar embarazada o de si tienes pareja.
Muchas (por no decir todas) hemos sufrido algún tipo de acoso y no solo laboral. Desde el silbido de turno, a las insinuaciones callejeras o los tocamientos en lugares públicos.
Estando de tapas con amigas y entre risas, fue a raíz del #metoo que nos preguntábamos si ir a la marcha de las mujeres en Barcelona del 8 de marzo. A partir de ahí, empezamos a contar también nuestras historias personales.
La enfermera que la tratan peor que a un médico, la business woman a la que hacen comentarios sobre la ropa que lleva, la desigualdad de sueldo entre compañeros de una, las reuniones en las que prefieren hablar al becario aunque tú seas la jefa de otra…
Es por todo esto que el periodismo es tan importante, porque ha de generar debate y movimientos en pro de la justicia social. Ya es hora de que las mujeres se sientan seguras en la calle, en sus familias y también en su trabajo.
Y es que no fue hasta que las mujeres de Hollywood hablaron, que parte de la sociedad no se despertó.
