Henry Hazlitt sobre la libertad: 21 frases selectas | Gary M. Galles

Con cada vez más recursos extraídos por la fuerza de unos para lo que sea que el gobierno decida, sus ideas son hoy más importantes que nunca.

El 28 de noviembre marca el nacimiento en 1894 de uno de los intelectuales públicos más prolíficos de la historia de Estados Unidos: Henry Hazlitt (1894–1993). Según Lew Rockwell, “estaba familiarizado con el trabajo de cada pensador importante en casi todos los campos”, y “escribió en todos los foros públicos importantes de su época”. Su trabajo publicado como periodista, crítico literario, filósofo y economista llegó a aproximadamente 10 millones de palabras antes de su muerte en 1993, incluido el que es, quizás, el libro de economía más popular que se haya escrito: Economía en una lección.

En esa vasta producción, tal vez la contribución más importante de Hazlitt fue su defensa consistente de la importancia central de la libertad en la vida estadounidense, a pesar de que por ello perdió más de un trabajo. En un momento en que el compromiso real con la libertad es escaso, necesitamos recordar su sabiduría.

“La libertad es la base esencial, el sine qua non, de la moralidad. La moralidad solo puede existir en una sociedad libre, solo puede existir en la medida en que exista la libertad”.

“La ‘libertad para hacer’ es una garantía de que nadie, ni un el gobierno, puede interferir”.

“El futuro de la libertad humana … significa el futuro de la civilización”.

“El Estado, por supuesto, es absolutamente indispensable para la preservación de la ley y el orden, y la promoción de la paz y la cooperación social. Lo que es innecesario y malo, lo que limita la libertad y, por lo tanto, el verdadero bienestar del individuo, es el Estado que ha usurpado poderes excesivos y ha crecido más allá de su función legítima”.

“Los verdaderos partidarios de la libertad … [creen] en un gobierno limitado, en la maximización de la libertad para el individuo y en la minimización de la coacción al punto más bajo compatible con la ley y el orden … creemos en el libre comercio, en los mercados libres, libre empresa, propiedad privada”.

“El capitalismo continuará eliminando la pobreza masiva en más y más lugares y en una medida cada vez más marcada si solo se le permite hacerlo”.

“El ‘sector privado’ de la economía es, de hecho, el sector voluntario … el” sector público “es, de hecho, el sector coercitivo”.

“El capitalismo, el sistema de propiedad privada y los mercados libres, no es solo un sistema de libertad y de justicia natural, que tiende a distribuir recompensas de acuerdo con la producción, sino que es un gran sistema cooperativo y creativo que ha producido… riqueza que nuestros antepasados ​​no se atrevieron a soñar”.

“La libertad superior del sistema capitalista, su justicia superior y su productividad superior no son tres superioridades, sino una. La justicia sigue a la libertad y la productividad sigue a la libertad y la justicia”.

“El gobierno no puede dar nada sin privarnos de otra cosa”.

“Cuando tu dinero es robado por un ladrón, no obtienes nada a cambio. Cuando tu dinero se toma a través de los impuestos para apoyar a burócratas innecesarios, existe precisamente la misma situación”.

“Solo si el estado moderno puede mantenerse dentro de una agenda estrictamente limitada … se puede evitar que regimente, conquiste y finalmente devore a la sociedad que lo dio a luz”.

“La libertad es un fin tan precioso en sí mismo que lord Acton fue motivado a declarar que ‘no es un medio para un fin político superior. Es, en sí mismo, el fin político más alto’. Sin embargo, aunque la libertad es, sin duda alguna, un fin en sí misma, también tiene el valor más alto … como un medio para la mayoría de nuestros otros fines. Podemos perseguir no solo nuestros objetivos económicos, sino también nuestros objetivos intelectuales y espirituales si tenemos la libertad de hacerlo”.

“Las reglas morales que prohíben a la humanidad lastimarse mutuamente … incluyen interferencia ilícita con la libertad del otro”.

“Muchos de los escritores de hoy que son más elocuentes en sus argumentos a favor de la libertad, de hecho predican filosofías que la destruirían”.

“En miles de campos, los aficionados del estado de bienestar, los estadistas, los socialistas y los inversionistas están conduciendo diariamente a más restricciones a la libertad individual”.

“La solución a nuestros problemas no es más paternalismo, leyes, decretos o controles, sino la restauración de la libertad y la libre empresa”.

“La clamor de hoy no debe ser por más leyes, sino por menos. Si los amigos de la libertad y la ley pudieran tener un solo lema, debería ser: ¡Detengan las soluciones!

“Nuestra élite ilustrada… desprecia la libertad económica porque… carecen del conocimiento o la comprensión para reconocer que cuando las libertades económicas se reducen o destruyen, todas las demás libertades se reducen o destruyen con ellas”.

“La libertad es un todo, y negar la libertad económica es finalmente destruir toda libertad”.

“Cuando Alejandro Magno visitó al filósofo Diógenes y le preguntó si podía hacer algo por él, se dice que Diógenes respondió: ‘Sí, aléjate porque me estás tapando el sol’. Es lo que todo ciudadano tiene derecho a pedir. su gobierno”.

Henry Hazlitt reconoció la libertad como el único sistema moral y la libertad económica, o el capitalismo, como el único medio de organización de la sociedad que puede beneficiar a todos. Y defendió esa posición poderosamente contra muchos ataques. Como lo describió Ludwig von Mises, “en esta era de grandes luchas en favor de la libertad y el sistema social en el que los hombres pueden vivir como hombres libres, ustedes … son la conciencia económica de nuestro país”.

Durante su vida, Hazlitt vio que Estados Unidos tomaba el curso opuesto, lo que lo llevó a concluir que “En lo que respecta a los políticos, la lección … no parece haberse aprendido en ninguna parte”.

Ahora, con muchos más recursos extraídos por la fuerza de unos pocos para lo que sea que decida el gobierno, sus ideas son más importantes que nunca.

*Este artículo fue originalmente publicado en FEE y traducido el español por JuanCarlos Maldonado.