Un iPhone “Made in USA” costaría $2000, según estudios | Mark J. Perry

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4 min readNov 23, 2018

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¿Cuánto costaría un iPhone 100% estadounidense? Alrededor de $2000 según dos informes, uno reciente y uno de 2014. Tomando lo que escribió Jefferson Graham en USA Today hace algunos días:

¿Estaría dispuesto a gastar $2000 para comprar un iPhone que hoy en día cuesta mil? Tim Bajarin, un analista veterano, me comenta que aquel sería el precio de venta si Apple produjera iPhones en los Estados Unidos.

¿Por qué Apple no debería hacer iPhones en Estados Unidos? Pues, este es el problema. No es solo cuestión de dinero. Sí, tiene que ver que los costos de mano de obra sean mucho más bajos. La mano de obra calificada en China gana alrededor de $100 a la semana, mucho menos de lo que en Estados Unidos se ofrece. Pero también hay que tomar en cuenta la disponibilidad de los componentes en Asia y la falta de fábricas adecuadas en EE. UU.

Piense en el dilema de los componentes por un segundo. Recuerde que Apple produce más de 200 millones de iPhones al año y tiene que conseguir pantallas OLED, sensores de cámara, discos duros sólidos y otros afines, para poner en cada uno de los iPhones.

Todos estos son productos hechos en Asia. “Asia, el Sudeste Asiático, India y México nos vencieron en cuanto a manufactura hace dos o tres décadas, y nunca nos recuperaremos”, me dijo Bajarin recientemente. Apple no está solo. En Asia se han fabricado cámaras por décadas; Samsung crea sus teléfonos Galaxy en Corea del Sur, Vietnam e India; Amazon tiene parlantes Echo hechos en China y Google tiene el teléfono Pixel hecho en Corea del Sur.

Y en el informe de 2014 por Stacey Vanek Smith (del programa Marketplace de la National Public Radio), cuando el iPhone 5 tenía un precio de venta de entre $650 y $850:

La mano de obra no es la ventaja financiera más significativa de fabricar el iPhone en China, donde Apple ha podido crear enormes aldeas de ensamblaje de iPhones. “Ellos tienen estas regiones especiales, como Shenzhen, que es una región industrial”, explica René Ritchie, jefe de redacción de iMore, una publicación sobre productos Apple. “Cualquier cosa que uno necesite está a tan solo un par de edificios y la habilidad de mantener todo tan cerca tiene inmensas ventajas en cuanto a logística para Apple”.

Ritchie comenta que aquello sería casi imposible de recrear en Estados Unidos, ya que significaría un mayor tiempo de ensamblaje, un ensamblaje menos eficiente y muchos envíos pequeños. “Construir uno de estos aparatos es un proceso increíblemente complicado y se tendría que trasladar toda esa cultura de producción a Estados Unidos para que funcione”, dice Ritchie.

“Casi por cada componente que forme parte del aparato, puede que haya nada menos que dos o tres fuentes de procedencia”, dice Andrew Rassweiler, director sénior de Análisis Comparativo de Costos en IHS Technology. “Profundizando más en los componentes, como la pantalla táctil y las baterías, también son por su cuenta ensamblados con múltiples componentes originarios de, potencialmente, múltiples países”.

Rassweiler señala que producir todas las partes del iPhone en Estados Unidos haría que aumente el precio de los componentes del iPhone de $190 a alrededor de $600. “Si los materiales por sí solos cuestan $600”, dice Rassweiler, “es lógico que ese mismo iPhone tenga un precio de venta de quizá unos $2000”.

Así es. $2000 por un iPhone. Y esto ni siquiera captaría la atención política de los compradores.

EE. UU. solo aporta el 6 % de ganancias provenientes de las ventas de iPhones. “Dos de cada tres clientes de Apple ya no están en los Estados Unidos”, dice Carl Howe del Yankee Group. “Es un gran cambio teniendo en cuenta que hace muchos años la mayoría de los clientes de Apple estaban en EE. UU.”

Adicionalmente a no comprender los principios económicos básicos del comercio internacional, el Mercantilista en Jefe tampoco comprende muy bien, aparentemente, los principios y la dinámica de comercio de las actividades de producción internacional que son impulsadas por cadenas de suministros y de valor globales a su vez complejas, intricadas y transfronterizas, que han tardado décadas en desarrollarse. Y son aquellas cadenas globales de suministros que están influyendo en la meta final de elaborar productos de la forma más eficiente para proveer el máximo valor a los consumidores globales. El iPhone de Apple es un ejemplo perfecto de un producto fabricado globalmente para consumidores globales, con dos tercios de aquellos consumidores viviendo fuera de los Estados Unidos.

Apple Inc. tiene la responsabilidad con sus accionistas y consumidores de fabricar y vender sus productos al menor precio en un mercado global altamente competitivo. Las grandes corporaciones multinacionales como Apple, a pesar de que muchas tienen su sede en los Estados Unidos, operan en el mercado global debido a los insumos, los componentes, la producción y las ventas, y tienen que operar con una mentalidad global para ser competitivas y mantenerse en actividad. Forzar a aquellas compañías globales a operar dentro de la visión nacionalista y mercantilista que Trump tiene de la economía global es una fórmula segura para empobrecer a Estados Unidos y a sus corporaciones multinacionales, no una fórmula para ningún tipo de grandeza estadounidense.

*Este artículo fue originalmente publicado en FEE y traducido al español por Nohelia Intriago

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