Blinded by the light (2019)

Sentirse solo e incomprendido es la marca de la casa de cualquier buena película sobre la adolescencia. Y esa tensión constante entre lo que la familia del protagonista quiere y espera de él y su propia búsqueda de identidad es lo que marcará la ruta hacia el desenlace. Pero pocas películas han reflejado esa lucha interior con tanta gracia y ternura como Blinded by the light.

Javed es el hijo de una familia de inmigrantes paquistaníes asentada en Lutton en los años 80, en un contexto político, cultural e incluso estético que nos es muy familiar a todos los amantes de Billy Elliot. Al comienzo de la película, lo encontramos navegando entre dos aguas sin sentirse cómodo en ninguna: en el colegio es ese chico asiático algo torpe e introvertido, que escribe canciones para la banda de su amigo y observa en la distancia a esa chica especial; mientras que en casa es el hijo soñador con ínfulas de escritor, lejos de los planes que su padre tiene para él. Hasta que conoce a Roops, el otro estudiante asiático de su instituto, quien le hace el mejor regalo que podía imaginar: descubrirle a Bruce Springsteen. Armado con los cassettes del Boss en su walkman, del que ya nunca más se separa, Javed siente cómo cada una de las letras le habla directamente, y encuentra su fuente de inspiración para hacer cambios en su vida, o mejor, para empezar a vivirla.

Blinded by the light es un coming-of-age optimista pero sin edulcorantes. Seguimos con una sonrisa las aventuras de Javed para emular a su ídolo, para convertirse en escritor y activista en las protestas contra el Thatcherismo, pero no se nos escapa la brecha que su viaje personal provoca en su familia, de la cual se aleja más cuanto más parece acercarse a sí mismo. Como su nombre apunta, es un film lleno de luz, impulsado en todas las buenas direcciones por la banda sonora de Springsteen, que nos conduce por los ritos de paso de la amistad, el primer amor y la compleja relación padre-hijo en una historia profundamente original, con dosis de humor y lágrimas a partes iguales.

Duración:

1 hora y 57 minutos

¿Dónde puedo verla?

Amazon Prime