Criados para no perder

Una barrera mental imperceptible.

Hans
Filosofía del emprendmiento

--

El otro día platicando con un amigo acerca de la mediocridad y las razones y actitudes por las que una sociedad no avanza llegó a mi mente una idea peligrosa e interesante.

Nos construimos con base en el miedo a perder.

Así es, y es que a lo largo de nuestras vidas, nuestros esfuerzos se ven sustentados en el miedo que tenemos a perder algo.

La línea del tiempo del “no quiero perder”

No quiero perder un día de juego, por eso hago mi tarea.
No quiero perder el internet, por eso debo sacar mínimo 8 en la escuela.
No quiero perderme el concierto, así que tengo que llegar temprano a casa.
No quiero perder mi lugar en la universidad, por eso estudio duro.
No quiero perder mi beca, por eso mantengo mi promedio.
No quiero perder esta oportunidad de empleo, por eso acepto un salario no tan bueno.
No quiero perder mi trabajo, por eso soy eficiente.
No quiero perder a mi novia, por eso soy fiel.
No quiero perder mi casa, por eso busco un segundo empleo.

A pesar de que para muchos de nosotros esta haya sido la realidad una buen parte de nuestras vidas, nos haya hecho personas productivas y nos permita vivir “bien”, hay un pequeño detalle:

::Estamos programados menalmente para no perder, no para ganar::

Vivimos esta vida con el miedo de perder una parte de ella, estudiamos, realizamos tareas y trabajamos para “no perder algo de nuestra vida” , nos mantenemos en un área segura , no perdemos, pero tampoco ganamos, nos volvemos esclavos de nuestras propias vidas.

¿Que pasaría si…?

Por un momento imaginemos que la dinámica cambia un poco, y en lugar de vernos constantemente amenzados por la idea de “lo que podemos perder” fueramos incentivados por “lo que podemos ganar”?

Es quizá un pequeño cambio en la forma de pensar, pero los resultados, son muy diferentes. Nos permite tener el control absoluto y disfrutar más de nuestras acciones, en lugar de concentrarnos en las represalias.

El miedo a saltar de un avión:

El año pasado mis amigos y yo fuimos a hacer paracaidismo por primera vez. Inmediatamente me dí cuenta que en general habían dos actitudes ante la idea de saltar de un avión a 7km de altura:

  • Algo podría salir mal, tengo miedo
  • Va a ser una gran experiencia de vida, ¡qué emoción!

Sin embargo, a pesar de los miedos, todos saltamos y al final del día era notable que quienes lo vieron como una experiencia nueva y emocionante sentían una mayor satisfacción frente a quienes pensaron que algo podría salir mal.

Y si aún tienes dudas, sólo piensa: ¿qué es lo peor que nos podría pasar si dejáramos de tener miedo a perder?

Al final, está en nuestras manos (o más bien en nuestra mente) el decidir que actitúd nos gustaría tomar, y hacerla nuestra realidad.

Como siempre te agradezco por leer, si te ha gustado el post no olvides recomendarlo y si tienes algún comentario no dudes en enviarme un tweet @unanunnaki.

--

--