Feminicidio: crimen invisible en EE. UU.

Por: Ingrid Moreno, Erick Cuesta, Luis Marcano, e Irma Alas

Foto Cortesía: Voz de América Latina Redacción

De acuerdo con la Concejera Clínica María Mercedes Becerra, Estados Unidos tiene muchas leyes que apoyan a la mujer, pero no son ejercidas. A pesar de la creciente preocupación por la violencia de género, la Oficina Federal de Investigaciones (FBI por sus siglas en) no ha hecho una distinción entre homicidio y feminicidio en sus informes de homicidios. El feminicidio, que se define como el asesinato de mujeres o niñas a causa de su género, es una forma distinta de violencia que merece atención y acciones específicas. La falta de enfoque en el feminicidio en los informes de esta Agencia Federal, destaca la necesidad de una mayor conciencia y discusión sobre el tema.

Este organismo solo ha informado el número total de homicidios, independientemente del género de la víctima. El informe anual de ‘’Expanded Homicide Offense Countsmuestra que en desde el 2017 al 2021, hubo 16,487 mujeres víctimas de homicidio en los Estados Unidos. También, es importante recalcar que, en el reporte de la relación entre las víctimas y ofensores, la categoría de “novio” esta en tercer lugar. Aunque estas estadísticas pudieran dar un indicio del feminicidio, no hay forma de filtrar los homicidios a mujeres cometidos por hombres, ya que incluye todos los homicidios en esos años.

A pesar de estas preocupantes cifras, no se habla lo suficiente del feminicidio, y el hecho de que el FBI no lo distinga como tal en sus informes, solo perpetúa este problema. La falta de atención al feminicidio agudiza el problema social de la violencia de género, que a menudo no se reconoce ni se aborda.

Además, los informes limitados del FBI sobre feminicidios dificultan el seguimiento de las tendencias y el desarrollo de estrategias de prevención específicas. “Para abordar de manera efectiva el feminicidio, debemos comprender el alcance del problema, sus causas y sus patrones. Al informar sobre el feminicidio por separado del homicidio, podemos obtener una imagen más completa de la violencia de género que ocurre en nuestra sociedad’’, apuntó la consejera clínica, Mercedes.

La falta de énfasis en el feminicidio en los informes de la Agencia Federal de Investigaciones destaca la necesidad de una mayor atención y discusión sobre este tema. Las estadísticas demuestran la gravedad de la situación, ya que las mujeres constituyen un número desproporcionado de víctimas de homicidio y la mayoría de las víctimas femeninas son asesinadas por hombres.

Es difícil ignorar la tendencia en la que es más probable que las mujeres sean asesinadas por alguien cercano a ellas: una pareja, cónyuge o ex-novio. Pero más difícil es entender que estudios han demostrado que los factores raciales y la edad de las víctimas juegan un papel eje en la perpetración de feminicidios en el país. En la más reciente edición de Cuando los hombres asesinan a las mujeres de 1996 a 2020, la tasa de mujeres asesinadas por hombres en Estados Unidos en incidentes de víctima única y agresor único, se redujo de 1.57 por 100,000 mujeres en 1996 a 1.34 por 100,000 mujeres en 2020, una disminución del 15 por ciento.

Aunque los números reflejan una baja en las últimas tres décadas, las cifras del más reciente informe del Centro de Políticas de Violencia arroja datos alarmantes; las mujeres negras en Estados Unidos tienen dos veces y media más probabilidades de ser asesinadas por hombres que las mujeres de otras razas. El documento también afirma que alrededor del 95% de las mujeres negras asesinadas en el país son asesinadas por alguien que conocen. Estas estadísticas apuntan hacia un problema apremiante: que las mujeres negras corren más riesgo de perder la vida a manos de alguien cercano a ellas.

Además de la raza, el feminicidio afecta de manera desproporcionada a las mujeres negras jóvenes, con estadísticas que indican que aquellas entre las edades de 15 y 40 años, corren un riesgo significativamente mayor de ser asesinadas que sus contrapartes blancas, al menos así lo refleja el reporte del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés).

Una posible explicación de esto es la intersección del racismo y la misoginia. La consejera clínica, María Mercedes Becerra, destaca que las normas sociales han creado la creencia de que las mujeres negras y/o latinas son inferiores, haciéndolas más vulnerables a la violencia. Además, según Mercedes, esta normalización de la violencia contra las mujeres ha perpetuado la idea de que las mujeres deben ser sumisas a los hombres, y cuando resisten o se defienden, se vuelven todavía más vulnerables a la violencia.

Por otro lado, el mismo informe del Centro de Políticas de Violencia sugiere que alrededor del 64% de las mujeres blancas asesinadas en Estados Unidos, son asesinadas por extraños, mientras que solo el 25% de las mujeres negras asesinadas, son asesinadas por extraños. Teniendo en cuenta estos hechos, es evidente que la dinámica del feminicidio difiere según la raza.

Cabe señalar que estas estadísticas no son definitivas; solo reflejan los casos que se denunciaron a los organismos encargados de hacer cumplir la ley, más los datos son hechos públicos sin definir la causa o circunstancia en la que se dieron los hechos, lo que en general no permite definir con precisión cuáles de los homicidios son feminicidios y cuáles no. Muchos casos de feminicidio no se denuncian y, aunque las autoridades toman conocimiento de ellos, no siempre son procesados. Por lo tanto, estas estadísticas solo arañan la superficie de un problema más profundo.

Aunque las estadísticas y estudios sugieren que la raza y la edad de la víctima juega un papel en la mayoría de los casos, cabe destacar que este es un tema complejo que no se puede reducir a las estadísticas solamente. “Las normas sociales, el patriarcado, la misoginia y la discriminación se cruzan para poner a las mujeres, especialmente a las mujeres negras, en riesgo de perder la vida” resaltó Mercedes.

Factores como los mencionados previamente, convierten a Estados Unidos en el ​​décimo país del mundo con el mayor índice de Feminicidios.

Según el informe “Cuando los hombres asesinan a las mujeres”, de los 50 estados, donde más ocurren feminicidios es en Alaska, con un radio de 3.43 por cada 100,000 habitantes. Cabe destacar que por los últimos 7 años, Alaska ha sido el sitio donde más feminicidios ha habido en la nación, y siendo las mujeres nativas las más vulnerables a esta epidemia. La edad promedio de las víctimas en esta locación es de 34 años y han sido asesinadas con armas y pistolas de mano. Otras armas incluyen objetos corto-punzantes.

Este mismo informe, indica que en los diferentes estados, prevalece que la víctima es pareja o ex-pareja, ya sea novia o esposa del asesino, y es muy escaso el porcentaje de víctimas que han sido asesinadas por extraños o factores externos. De acuerdo a María Mercedes Becerra, la violencia comienza en el hogar, y va escalando hasta llegar a un final fatídico. Se comienza por gritos, bromas, apodos, luego escala a empujones, seguido por golpes y finalmente, la muerte.

Según datos del registro de Becerra, experta en el tema, otros estados con un alto índice de violencia son Nueva York, California, Texas y Florida. Esto coincide con estados donde residen muchas personas inmigrantes. María indica que muchas mujeres con estatus migratorio indefinido o ilegal, se quedan en situaciones de violencia, para no perder su residencia en Estados Unidos.

A pesar de las altas cifras de feminicidio en los Estados Unidos, aún no existe acción legislativa para garantizar la seguridad de la mujer. Si bien es cierto que existen algunas leyes federales como la ley de violencia contra las mujeres (VAWA por sus siglas en inglés), misma que establece que las víctimas de abuso, no dependen del patrocinio del cónyuge o familiar (ciudadano estadounidense) abusador, para presentar una solicitud de residencia permanente; son pocos los estados que tienen leyes que garanticen la seguridad de las mujeres.

La consejera clínica, Mercedes, exhorta también a que enseñemos a las mujeres a darse cuenta cuando los hombres son tóxicos y dejarlos antes que empeore la situación. Además, puntualizó que, ‘’Cada 9 segundos maltratan a una mujer y una niña antes de que se gradúe de escuela superior ’’.

Las altas tasas de feminicidio en estos estados apuntan a la necesidad de políticas y programas integrales que aborden la violencia doméstica, la violencia armada, la salud mental y el abuso de sustancias, todos factores que contribuyen a los eventos de feminicidio. “Queda mucho por hacer, y la nación en su conjunto debe trabajar para garantizar que las mujeres puedan vivir libres de miedo a la violencia en sus hogares y comunidades”, apuntó.

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