Cuando la cultura es la estrategia

Alfonsina Chesini
Flux IT Thoughts
Published in
8 min readJun 13, 2018

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Hace ya 10 años, cuando comenzamos con Flux IT, veíamos que la mayoría de los fracasos en las implementaciones de proyectos de software no se daban por una cuestión técnica o por la tecnología usada, sino que se debían a malos entendidos y problemas de comunicación entre los equipos. Resumiendo: a problemas en relaciones humanas.

Empezamos a notar que, en rasgos generales, los proveedores de servicios IT nos comportábamos como actores externos a la compañía, ajenos a las estrategias de nuestros clientes, y terminábamos defendiendo nuestros intereses por sobre sus necesidades.

En esta conducta vimos una oportunidad estratégica para marcar la diferencia y posicionar nuestros servicios desde la excelencia técnica y la preocupación genuina por la calidad humana.

Los fluxers siempre fuimos buenos técnicos: amamos hacer las cosas con calidad y usando las últimas tecnologías. Así que necesitábamos trabajar más la gestión de las relaciones humanas, para poder consolidar la estrategia que estábamos trazando. Por eso desde nuestros inicios nos preocupamos por hacer que cada fluxer viviera y abrazara la idea de ser aliados de nuestros clientes y considerarnos parte de sus equipos de desarrollo: sus problemas eran nuestros problemas.

La campaña “Aliados” mostraba al mundo que apostábamos por construir vínculos fuertes y comprometernos a fondo con la satisfacción de nuestros clientes.

Flux IT 1.0.0

Pusimos mucha energía en formar esta cultura y en contagiarla, porque entendíamos que era clave dentro de la estrategia de posicionamiento que estábamos persiguiendo.

Definimos valores organizacionales focalizados en el desarrollo de cada persona, porque creíamos que yendo a lo profundo del individuo y trabajando desde ahí, podríamos construir las bases para un equipo sólido. En aquel momento éramos pocos, (muy pocos), y nos era muy fácil velar por que estos valores se transmitieran y se vivieran de manera orgánica. Y los frutos llegaron: durante 8 años, en cada encuesta de satisfacción que realizamos, el cliente percibía que nuestras fortalezas eran la calidad técnica y la calidez humana. Hablaban de compromiso, de involucramiento, de visión de negocio y del acompañamiento en sus propias estrategias. Nos veían como aliados de sus negocios.

¡Lo habíamos logrado! Estábamos felices de ver cómo una estrategia y un plan acorde se iban materializando en resultados concretos. Sentíamos que por fin habíamos alcanzado la cumbre que veníamos mirando de lejos por largo tiempo. Pero pronto íbamos a aprender que en esta industria, siempre hay una nueva cima hacia dónde seguir trepando.

Recalculando

El año 2016 nos llevó necesariamente a vernos en perspectiva; y nos dimos cuenta de que el contexto había cambiado. Por un lado, habíamos crecido y ya éramos un gran equipo de más de 120 fluxers. Pasamos a tener más de 30 clientes activos, y sus problemáticas ya no eran las mismas: muchos estaban comenzando su transformación digital.

El contexto había cambiado y nuestra propuesta de valor no era diferente. Los servicios que ofrecíamos también habían comenzado a comoditizarse y más players entraban en juego. Si seguíamos en ese camino, vislumbrábamos un futuro de estancamiento y un techo que nos desmotivaba.

Como si fuera poco, al mirar puertas adentro, nos dimos cuenta de que habíamos desatendido nuestra cultura: estábamos perdiendo jugadores valiosos de nuestro equipo. Los valores que tanto nos habían motivado no se estaban transmitiendo: eran abstractos y difíciles de trabajar en lo cotidiano. A la vez éramos muchos, y el acompañamiento constante a cada fluxer había quedado en segundo plano. Y ya se sabe que una cultura no atendida se debilita, quedando a la deriva y acomodándose como pueda al contexto.

Necesitábamos hacer algo y necesitábamos hacerlo rápido: decidimos parar la pelota y trabajar en un nuevo rumbo para la organización. Teníamos que redefinir nuestra estrategia de negocio y repensar el norte hacia el que queríamos enfocarnos. Pensar con claridad, y volver a alinearnos todos como la primera vez.

Co-creando la nueva versión

Esta vez, teníamos en claro que la estrategia no podía ser trazada por unos pocos a la cabeza: así que convocamos a todos los managers, líderes y referentes para que se involucraran en el futuro de Flux IT; para que se permitieran reflexionar y manifestar todo lo que sintieran en relación al presente y al futuro de la marca.

Trabajamos primero en un análisis y diagnóstico consciente de la situación y del mercado, para después definir cómo queríamos vernos en 5 años. Surgieron emergentes muy interesantes: “globalización”, “profesionalismo”, “abrir las alas”. Había una intención clara de ir por más y no quedarnos estancados.

Generar una visión compartida es un norte que permite que la organización completa se alinee en una estrategia para alcanzarla. Facilita la coherencia y la cohesión en las planificaciones, tareas y acciones año tras año. Esto fue lo que nos sucedió con este profundo trabajo colaborativo, y fue así que emergió nuestra nueva visión 2021:

“Generar impacto en la sociedad, transformando el mundo de los negocios a través del poder de la tecnología”.

A principios del 2017 una campaña interna auspiciaba el nuevo norte de la empresa de cara a 2021.

Esta visión nos estaba desafiando y nos mostraba que era necesario movernos de manera diferente. Sabíamos que teníamos que hacerlo y sabíamos cómo.

Partimos por compartirla con todos los fluxers, en un encuentro de cierre de año (2016) que llamamos Flux IT Forward. Y aprovechamos el momento para comenzar a probar nuevas dinámicas, de forma tímida y experimental. Volvimos a hablar de tendencias, y lo hicimos ideando y co-creando con equipos interdisciplinarios a modo de juego, para demostrarnos que era posible crear con incertidumbre de definiciones y con deadlines acotados. El contexto y las realidades de nuestros clientes nos estaban exigiendo movernos hacia eso.

Mirar para adelante y poner a todos los fluxers a pensar en el futuro: el Flux IT Forward nos ayudó a setear nuestras propias expectativas para años que venían.

De aquel encuentro nos llevamos muy buenos insights, pero también nos dimos cuenta de que nos faltaba mucho. Teníamos que cambiar muchas cosas que estaban sucediendo en Flux IT y debíamos hacerlo en equipo. Había que romper dinámicas, moldes, procesos; si queríamos estar a la altura de la estrategia (afrontar desafíos de negocio con base en la tecnología y el diseño de experiencias), necesitábamos vivir nuestra propia transformación, y animarnos a hacer movimientos más profundos.

Así que pusimos manos a la obra. Durante el 2017, dentro de un plan de acción enfocado en la eficiencia, nos organizamos y ordenamos. Pusimos en claro las responsabilidades por roles. Comenzamos a cambiar procesos y a medirlos de otra manera. Nos comprometimos a ser más exigentes y más profesionales.

Flux IT 2.0.0

Calibrando nuestra cultura

Desafiamos nuestra propia cultura y nuestros valores fundacionales: nos animamos a ir por más; y lo hicimos al estilo Flux IT.

Convocamos a los fluxers y les pedimos que pusieran sobre la mesa aquellas cualidades que valoraban y veían reflejadas en Flux IT. Nos permitimos escuchar, aceptar y soltar. Descubrimos que nuestros valores eran muy abstractos y difíciles de tangibilizar en acciones. Así que nos animamos y rediseñamos el aspiracional de nuestra cultura: le dimos forma a través de 4 pilares que pudieran reflejar el espíritu de Flux IT.

Los nuevos pilares de la cultura fluxer abrazan nuestra esencia y marcan el norte que nos identifica como familia.

Esa experiencia se complementó con otra decisión que fue clave para potenciar nuestra cultura: para que la estrategia nos calzara bien, teníamos que mudarnos. Necesitábamos saltar varios casilleros y partir desde otro lado. Queríamos que el propio espacio nos invitara a experimentar con las nuevas dinámicas; que pudiera reflejar esta cultura reformulada que habíamos trabajado tan intensamente; y que manifestara la visión compartida que habíamos definido. El proyecto de la nueva casa surgió con una gran responsabilidad sobre sus espaldas: nuestro posicionamiento tenía que ser una consecuencia de lo que viviéramos realmente como cultura fluxer, apalancados por nuestro lugar de trabajo.

Nueva casa

La nueva casa venía a cubrir muchas cosas dentro de esta estrategia. Queríamos que nos inspirara a vivir nuestro propio renacer. Queríamos saldar muchas de las carencias que teníamos, y que tuviera los mejores espacios: que todos pudiéramos disfrutarlos, y que las vistas verdes fueran también para todos. Queríamos vivir la horizontalidad. Al mismo tiempo, buscábamos mantener la intimidad de cada uno, sin que eso nos aisle. Que se respire transparencia, y el propio lugar favorezca eso.

Para tangibilizar estos conceptos decidimos eliminar las oficinas cerradas, incluyendo a la Dirección y la Gerencia. Imaginábamos un espacio vivo, capaz de transformarse según nuestras necesidades… y con mucho verde!

Nuestra casa de La Plata fue construida de manera colaborativa, y los fluxers ya se adueñaron de ella!

Renacer

Buscamos que la mudanza fuera menos traumática y más fascinante. Diseñamos estratégicamente una experiencia que sorprendiera a los fluxers con acciones que ayudaron transitar el cambio: desde la comunicación hasta el transporte. Armamos un kit de despedida (al que llamamos “Kit Moving Out”) para comenzar a generar expectativas y palpitar buena vibra. Antes de apagar la luz por última vez en las viejas oficinas, los invitamos a sacar selfies y brindar en equipo por todo lo vivido y por lo que estaba por venir. Un transporte esperó en la puerta a todos los fluxers, para que la llegada a la casa fuera también en equipo. Les propusimos ser los primeros en presentar el nuevo espacio en comunidad a través de las redes sociales: esta era su casa.

Todo salió tal como lo habíamos planificado, precisamente porque lo habíamos planificado.

Estrenamos nuestra casa 100% fluxer-centered celebrando todos juntos en un clima súper relajado.

El 2018 nos encuentra transitando con muchas cosas. Ya estamos en nuestra nueva casa, experimentando y viviendo esta cultura, que nos invita a ir por más; donde conviven equipos que velan por la satisfacción de nuestros clientes y por la experiencia de sus clientes; que se animan a experimentar con nuevas tecnologías y tendencias. Un espacio que permite la transparencia y la apertura que buscamos como organización; que nos alienta transformarnos y desafiarnos, sin trabas ni limitaciones.

Basta contar con un gran equipo, un propósito y una planificación clara para alcanzar las metas más ambiciosas, aunque parezcan lejanas. Flux IT está transitando el camino de su estrategia.

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