El valor de conjugar miradas

Martín Saporiti
Flux IT Thoughts
Published in
5 min readApr 24, 2020

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Frecuentemente las personas nos apresuramos a sacar conclusiones o tomar acciones deliberadas apoyados en las historias que nos cuentan, escuchando una “sola campana”. Inclusive, creo que existe una tendencia a sentirnos más cómodos con las historias que nos cuentan quienes se nos parecen, aquellas personas con las que nos sentimos identificados en una suerte de efecto “espejo” mediante el cual nos vemos reflejados.

Buscamos, inconscientemente, valores, educación, profesión, o dolores parecidos a los nuestros; y cuando los encontramos y nos vemos reflejados, casi de manera automática depositamos elevada confianza y credibilidad (superpoderes) en las personas poseedoras de los mismos. Esto no necesariamente está mal, pero es peligroso.

De la mano de lo anterior, muchas veces caemos en la trampa de creernos poseedores de la verdad, de tener la posta de la historia que le contamos al resto, impulsados por dos criterios que colaboran con tal ilusión: el consenso y la efectividad.

Claro está que, si entre varios pensamos de la misma manera sobre un tema, entonces la verdad acompaña a ese grupo de personas. Ahora bien, si nos detenemos a pensar un poco, también podríamos concluir que si dos o más personas observan lo mismo esto simplemente nos indica que observan lo mismo, y no mucho más. El hecho de que observen lo mismo no necesariamente implica que su veredicto sobre el asunto sea correcto o verdadero.

Ni hablar si tuvimos numerosos casos de “éxito” en el pasado. Esa efectividad nos llena de confianza y abona la ilusión de que somos poseedores de la verdad. Las finales ganadas que nos llenan de confianza y orgullo, y los penales errados que generan cierta memoria muscular para evitar caer nuevamente en los mismos dolorosos errores, son fertilizantes poderosos a la hora de convencernos de que la experiencia previa nos vuelve implacables en el presente. Nos volvemos resultadistas.

Con lo anterior no pretendo desmerecer la experiencia, las horas de vuelo que nos acompañan y que son las que van ecualizando nuestra toma de decisiones. Justamente son esas horas de vuelo las que, en diversas ocasiones, hacen la diferencia; y son las que permiten llegar a los objetivos, ganar los partidos y obtener resultados. Es también esa experiencia la que forma a los futuros talentos, orienta y muestra el camino.

Mis reflexiones son más bien a favor de cuestionarnos y ser conscientes de que en determinadas situaciones tendemos a ver una verdad, la verdad contada por un observador con el que nos sentimos identificados, cómodos; y nos cerramos a escuchar otra mirada.

Sucede a veces que con la llegada de nuevas ideas de la mano de la incorporación de nuevos talentos a la empresa, nos ponemos a la defensiva. Claro, las ideas que no vayan de la mano con lo que nosotros pensamos, comulgamos o venimos haciendo, nos hacen ruido. Levantando la bandera de la cultura y los casos de éxito del pasado, muchas veces nos perdemos la posibilidad de nutrirnos de otras miradas, ideas o formas de hacer las cosas que no necesariamente ponen en riesgo ni la cultura ni la sanidad de los proyectos. Al contrario, entendiendo y dando espacio a las propuestas nuevas se abren oportunidades para tomar lo actual y mejorarlo.

A lo largo de los años he visto lo anterior en reiteradas ocasiones, y muchas veces como principal protagonista (mala mía). Pero también he vivenciado que cuando tomamos una postura de mayor apertura y menos defensiva, las cosas pueden ir muy bien y ser mejores.

Hace algunos años atrás ocurrió que ingresó a la empresa en la que trabajo una persona para cubrir el puesto de project leader. Esta persona llegó con sus prácticas, sus formas, sus casos de éxito. Llegó con su valija de herramientas y, sobre todo, con mucha experiencia acumulada. Durante un buen tiempo desde su llegada, además de hacer su trabajo, dedicó parte de sus energías a la crítica, a marcar “todo lo que estaba mal”. Tengo que reconocer que eso me molestaba… después de todo, hacía muchos años que veníamos trabajando fuerte con otros líderes en tener un mejor management, un mejor liderazgo en la empresa.

Como mencioné, sus críticas me hacían ruido, me ponían a la defensiva y en un estado de justificación de las decisiones tomadas en el pasado. Explicaba de dónde habíamos partido y dónde estábamos en ese momento, todo lo que habíamos hecho y logrado. Esto duró algunos meses. Con el correr del tiempo, y para hacerla corta, llegó un momento donde me sentí cansado de tanta crítica y comencé a prestar mayor atención. Abrí la cabeza y me propuse estar receptivo. Empecé a considerar sus críticas y a tomarlas como oportunidades de mejora. Pensaba, analizaba y traccionaba los temas que nacían de ellas. Entonces descubrí algo que estaba oculto para mí: existían muchos vicios ocultos, procesos sin definir (o definidos pero sin ser comunicados) y varias oportunidades de mejora. Apalancándome entonces en esas críticas, puse en marcha un plan para mejorar al área que lidero, involucrando a los “viejos” talentos y a los más nuevos.

Al día de hoy considero que el área funciona mucho mejor gracias al aporte de aquél líder. En realidad, no sólo gracias a él, sino al trabajo en equipo de los viejos talentos (y su visión de la verdad) y a las nuevas miradas. Hemos aprendido mucho juntos durante todo el proceso y la caja ahora tiene mayor cantidad de herramientas.

Estoy convencido de que uno de los desafíos del management actual tiene que ver con ser capaces de conjugar la experiencia con las miradas de los nuevos talentos que se incorporan. El estilo y dinámicas del management que nos trajo hasta aquí, (que en el caso de Flux IT, durante estos primeros diez años de vida de la empresa trabajó para hacerla crecer, cuidarla y protegerla de las embestidas de alguna que otra tormenta), tiene hoy la oportunidad de aprovechar todo lo aprendido (lo vivido) y enriquecerse con la mirada, las ideas y, sobre todo, las ganas de las nuevas generaciones. De esa comunión, seguramente formemos mejores equipos y empresas.

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