Tech stackmap, un aliado estratégico en las organizaciones

Javier Marchesini
Flux IT Thoughts

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Hoy en día, las organizaciones tienen la necesidad de sumarse a los procesos de transformación digital para integrar tecnologías emergentes en todas sus áreas. Si considerás que tu empresa se encuentra en proceso de transformación, el Stackmap es tu aliado estratégico.

Abordar esta transformación implica un cambio cultural, tecnológico y de procesos internos en tu organización que debés tener la disposición de aceptar. No sólo vas a introducir nuevas tecnologías, sino también nuevas formas de trabajar y pensar mediante el uso de éstas. Tenés que formar a los equipos para sacar el máximo provecho de todas las herramientas digitales. Esto motiva a que cuentes con un tech stackmap, con el fin de tener todo el conocimiento de herramientas y procesos que se encuentran involucrados. ¡Veamos de qué se trata!

¿Qué es un tech stack?

Un tech stack, también llamado “pila tecnológica’’, es la combinación de tecnologías que utiliza una organización para crear y ejecutar productos software. Está compuesto por lenguajes de programación, herramientas, plataformas, servicios y otros componentes. En resumen, es el conjunto de tecnologías con las que se desarrollan los productos software.

Cada proyecto de software es único, variando de acuerdo a su naturaleza y objetivos, por lo que ningún tech stack es mejor que otro: no existe un stack que se pueda considerar la “bala de plata”. Las decisiones en torno a éste deben tomarse en base a los recursos, objetivos de la organización y objetivos del proyecto, dado que la elección debe alinearse a las necesidades organizacionales.

Al momento de organizar el stack, la taxonomía puede variar dependiendo de los lenguajes, herramientas, plataformas y servicios que utilicemos para abordar el proyecto; pero hay algunos puntos que pueden ser considerados esenciales hoy en día al momento de armar un tech stack:

Tecnologías de frontend (lenguajes de programación y frameworks).

  • Tecnologías de front-end (lenguajes de programación y frameworks).
  • Tecnologías de back-end (lenguajes de programación y frameworks).
  • Persistencias (caché, base de datos).
  • Infraestructura (cloud computing, servers, operating systems).
  • DevOps (continuous integration, continuous delivery).
  • Testing (unit testing, automatización, E2E testing).
  • Observabilidad & monitoreo.

¿Por dónde empezar tu tech stackmap?

Como punto de partida, previo a su definición, debemos tener presente cuáles son los requisitos. Es importante comprender los procesos de negocio vinculados, qué problemática resuelve, cuál es el público objetivo, entre otros. Hay una serie de factores que tienen incidencia al momento de definir el stack. Por ejemplo, un servicio de streaming de video tendrá foco en ciertos factores, mientras que un banco digital o un ERP harán foco en otros.

Algunos de los factores que consideramos necesario evaluar al momento de la definición del stack son:

  • Objetivo, alcance y complejidad del proyecto: la naturaleza del proyecto es un factor que tiene mucha influencia al momento de determinar el stack. Hay varios aspectos a considerar como capacidad, disponibilidad, seguridad y escalabilidad (estos últimos, los desarrollo a continuación).
  • Comunidad: es importante que las tecnologías cuenten con una comunidad en la cual haya un respaldo, donde se pueda buscar conocimiento, experiencia y, por sobre todo, talento.
  • Escalabilidad: debemos tener en cuenta un stack que nos permita escalar el proyecto. Ante cambios en el negocio, ya sea por nuevos requerimientos o modificaciones en los actuales, el stack nos debe permitir el crecimiento y adaptación.
  • Mantenibilidad: acá es donde nos debemos preguntar qué costo tiene el mantenimiento. Y no en términos monetarios, sino que es necesario considerar cuán costoso resultará el mantenimiento del stack en base a cambios, ajustes, actualizaciones y mejoras.
  • Seguridad & Privacidad: es otro factor relevante que debemos tener en cuenta desde el inicio del proyecto. Es importante tener en cuenta la seguridad de los usuarios y la privacidad de los datos.

¿Cuáles son los pasos a seguir?

Hay una serie de pasos que recomendamos para que puedas armar y organizar tu tech stackmap:

1. Auditá el tech stack

El punto de partida para iniciar la construcción es realizar una auditoría que te permita conocer qué herramientas están utilizando, qué procesos se ven involucrados y que aportan a la organización. Para esto, tenés que responder ciertos interrogantes que te permitan ir descubriendo la relación del negocio con las tecnologías en tu organización. Por ejemplo, podés indagar:

  • ¿Qué herramientas digitales utiliza la organización actualmente?
  • ¿En qué procesos internos y externos de la organización se involucran las herramientas digitales?
  • ¿Qué tecnologías y versiones utilizan estas herramientas?

2. Identificá las insuficiencias en la organización

Es importante que identifiques qué necesidades existen dentro de la organización, qué procesos están involucrados con las herramientas digitales que existen en ella, y cuáles no están alineadas con los procesos de negocio. Además tenés que relevar qué problemáticas existen en el día a día, lo que ayudará a identificar cuestiones que no funcionan correctamente y que requieren de una transformación digital para mejorar internamente.

3. Establecer presupuesto

Partiendo de todo el análisis previo, una vez identificadas las herramientas y tecnologías que son necesarias para la organización (acompañando así el proceso de transformación digital), tenés que armar un presupuesto en el que quede evidenciado cuánto debe invertir la organización, ya sea en productos, herramientas o licencias, entre otros.

4. Documentación

Como paso final, debés dejar documentados los resultados obtenidos de los pasos anteriores, formando así el tech stackmap. Éste funciona como evidencia de todo el stack tecnológico actual y las tecnologías a incorporar dentro de la organización, junto con los procesos que se ven involucrados. El tech stackmap no será definitivo, sino que irá cambiando a lo largo del tiempo, por lo que debemos tener en cuenta su actualización.

¿Qué riesgos existen en una mala elección?

Como se indicó, no hay un stack que sea perfecto: éste se determina en base al análisis de la organización y de los proyectos, considerando los distintos aspectos ya mencionados. No hacer un correcto análisis en esta etapa puede conducir a una definición desacertada del tech stack.

Este escenario puede resultar costoso para los proyectos en muchos aspectos: desde que no sea escalable o adaptable, hasta no contar con la disponibilidad de recursos. Asimismo, puede impactar negativamente en la organización si no es posible la adaptación a las necesidades comerciales, o en el caso de que se vean afectadas la seguridad de la información y la calidad de los datos. Estas son algunas de las posibles consecuencias y riesgos a los cuales se exponen las organizaciones en un proceso de transformación digital sin un adecuado proceso de análisis previo.

En resumen…

Contar con un stack tecnológico que se adapte a las necesidades de tu organización, acompañando los procesos de negocio, se ha vuelto un factor clave. En consecuencia, es necesario que hagas un mapeo del tech stack, a efectos de que conozcas y organices las tecnologías de los productos de software. Si realizás una definición y aplicación correcta, el stack tecnológico va a acompañar los procesos y las estrategias organizacionales.

Si bien no existe un tech stack que sea considerado la “bala de plata”, debés tener en cuenta que, en la medida en que los objetivos de tu organización cambian, tu tech stack también debería poder hacerlo. Por esa razón es muy importante que cuentes con un tech stackmap de los productos software de tu organización.

A su vez, debés considerar la expansión del negocio, asegurando y previendo el futuro de los proyectos, contemplando el crecimiento y la escalabilidad de éstos. Es importante realizar un análisis exhaustivo en tu organización para definir el tech stackmap, lo que te permitirá tener una visión global de las tecnologías definidas y utilizadas en tu organización.

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