Río Petrohué post Calbuco

Embajadores Mosqueros
Rincón Mosquero
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6 min readNov 10, 2016

Por Felipe Carrasco — BlackTroutOutfitters.com

Como saben, el volcán Calbuco, ubicado entre Puerto Montt y Puerto Varas, entró en una enorme erupción el 22 de abril de 2015, provocando un impacto significativo en toda la zona a su alrededor, afectando campos, bosques, y especialmente cursos y cuerpos de agua de la región.

Pero como también saben, muchas veces las catástrofes naturales nos enseñan y demuestran lo insignificantes que somos como seres humanos y, de la misma forma, nos enseñan lo sabia que es la madre naturaleza.

Posterior a esa erupción, comenzaba el mes de noviembre 2015 y ya teníamos un gran problema la mayoría de los guías de pesca de la zona del Petrohue: ¡No había acceso vehicular al sector del Hueñu Hueñu!

Por medidas de seguridad y bastante más “burrocracia” comenzábamos la temporada 2015 -2016 sin el acceso clásico para nuestra actividad, pese a los esfuerzos pre temporada: simplemente no había acceso.

Los clientes seguían reservando y la mayoría apostó sus fichas a los ríos Maullín y Rahue, poco más al norte y fuera del efecto directo del Calbuco.
Fuimos sólo unos pocos que se especializaron y otros, como mi caso particular, tomamos la opción de pescar el Río Petrohué desde la parte baja de los rápidos, que no por estar más abajo en el río, dejen de tener dificultad y peligro. La mezcla de adrenalina y pesca que se creó en ese acto de desesperación por trabajar fue una de las mejores experiencias de esta temporada. Se recorrían flotando 23 kilómetros en el día, un trayecto relativamente largo para un flote normal de pesca, muy cansador si estás en los remos, pero muy productivo en lo que a pesca se refiere, ya que la cantidad de agua que se recorría era monumental, danto pie para buscar por miles de recodos y lugares nuestros apreciados trofeos.

El escenario del Río Petrohué en marzo 2016, después de la erupción del Calbuco en 2015. Foto: Rodrigo Sandoval

La turbidez del rio Hueñu Hueñu producto de las cenizas del volcán Calbuco fueron las grandes compañeras durante toda esta temporada. Pero en mi opinión personal “a rio revuelto, ganancia de pescadores.” Lo que para muchos fue un gran problema, que el rio viniera relativamente turbio, para mi fue una de las grandes ventajas. Simplemente había que cambiar las técnicas de pesca, leer mejor el agua y pescar, pescar y pescar.

Las truchas nunca se fueron del río, estaban esperando solamente que las moscas pasen cerca…

La población de truchas arco iris en la temporada 2015–2016 fue notable, sin siquiera mencionar la presencia de imponentes marrones, que de vez en cuando seguían nuestras moscas causando más miedo que gracia, producto del cual más de alguno de mis clientes, simplemente por error, nervios o poca experiencia terminaban por sacar la mosca de las fauces o no clavar al pez.

Noviembre — Diciembre — Enero

Como es bien sabido, el comienzo de temporada en noviembre es muy atractivo, ya que las truchas han tenido un merecido descanso. No han visto mosca alguna por un par de meses, lo cual las hace mucho más receptivas a todos nuestros patrones.

¿Alguien feliz por ahí? Foto: Felipe Carrasco — blacktroutoutfitters.com

¿Qué moscas hicieron historia ese mes? Los clásicos de siempre: woolly buggers, negros y verdes, zonkers, pancoras fueron las reinas las primeras semanas.

En el plano general, el Petrohué era para pocos: con los accesos cerrados, el rio se encontraba prácticamente solitario.

La pesca por los rápidos cada día ponía a prueba las habilidades en los remos, situación que después de un par de semanas sin lluvia nos comenzaba a generar otro desafío, el rio bajaba considerablemente.

Con diciembre también llegan los Tábanos. Esas criaturas que generalmente descomponen nuestro ánimo y en más de alguna ocasión han hecho fracasar jornadas de pesca. Por cosas de la vida (solamente suerte), encontré la solución a dicha peste: un repelente que funciona contra estos miserables vampiros en miniatura. Lo cual me aseguró jornadas mucho más agradables en el rio, como así también clientes felices.

En cuanto a técnica se refiere, el río marcaba perfectamente sus corrientes, por lo cual también la posición de las truchas. Líneas flotantes y streamers, aunque parezca ridículo hicieron la gran diferencia para poder pescar los 23 kilómetros. Por lo general nunca hago que mis clientes ocupen sinking tips. Por el contrario, propongo usar una línea de flote, sumándole un cone head al líder y ato un streamer relativamente liviano. De esa forma podemos hacer correcciones a nuestra línea sin problema.

La pesca con grandes secas llama la atención de marrones y arco iris, de lo cual fui testigo presencial en otras zonas de guiado, pero ante la consulta a alguno de mis pares sólo provocaban gracia y signos de interrogación. Aun así, esto no me desalentó en mi percepción del rio y lo que estaba pasando.
La presencia de grandes Cantarías en los bosques aledaños al Rio Petrohué, me siguieron alentando a probar y convencer a mis clientes de dicha locura. La sorpresa fue gigante: grandes marrones y arco iris fueron las victimas de mis creaciones de foam. La sorpresa de mis clientes mayor aún. Creo que una cosa lleva a la otra. No quiero pecar de erudito ni de entomólogo. Sólo quiero comentar lo que vi.

La temporada de Cantarías acá en la zona comienza en la misma época que las pestes voladoras: Tábanos. Estos grandes y molestos insectos voladores son una peste conocida por todos. Más de alguna jornada de pesca han arruinado. Si no hay nadie en el río viendo lo que sucede, es natural que nadie intentara pescar con imitaciones de dicho escarabajo. Créanme que las truchas que sacamos con mosca seca tomaban con una sutileza majestuosa. Incluso, la lentitud muchas veces de la tomada era para cometer errores.

Febrero — Marzo
¡Otra cosa es con Salmones!

Otra gran variante en la pesca o guiado comienza cuando los gigantes del rio comienzan su camino por el Petrohué. Los Salmones, desde su incorporación a los cursos continentales, se han vuelto muy beneficioso en cuanto al aporte de comida que aportan al río con sus huevos y carne en descomposición luego de morir al terminar de desovar. Este aporte orgánico alimenta a las pancoras, continuando una seguidilla de factores beneficiosos en la cadena alimenticia de los cursos de aguas.

En cuanto al comportamiento de estos reyes, nada que decir. Me quedo con mi perro. Creo que muchas veces la frustración ataco mi bote: muchos piques, no tantas capturas, lo cual me generó más de alguna duda en las jornadas de guiado. El comportamiento errático e impredecible de los salmones los hace un gran desafío para los pescadores, sin considerar la paciencia necesaria. Sin lugar a dudas, el 2015–2016 se vio afectada la pesca de salmones por la escasez de agua y la presencia de cenizas.

En cuanto a las truchas, la pesca sigue siendo increíble. Con aguas bajas, la posibilidad de “cazar” truchas literalmente es una realidad. Técnicas de sight fishing o pesca a vista en aguas bajas — típicamente canales laterales o sectores bajos en algún recodo — del río son simplemente una maravilla. No es difícil realizar capturas de truchas que superen las 20“ (50 cms) con ninfas, secas pequeñas e imitaciones de huevo.

Las truchas, especialmente las marrones, son el punto alto de las jornadas en el Petrohué. Foto: Felipe Carrasco — blacktroutoutfitters.com

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Grupo de embajadores — expertos en pesca con mosca, que colaboran con RinconMosquero.com