El fraude, la muerte cruzada y el “cuco” Rafael Correa

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8 min readMar 1, 2017

A REGAÑADIENTES, EL CORREÍSMO TUVO QUE ACEPTAR QUE HABRÁ SEGUNDA VUELTA, LO QUE NO ESTUVO EN SUS CÁLCULOS. AHORA SE ENFRENTA A UNA OPOSICIÓN QUE PUEDE UNIRSE EN TORNO A GUILLERMO LASSO, A QUIEN LAS PRIMERAS ENCUESTAS DE CEDATOS LO UBICAN ADELANTE. TODO OCURRIÓ DURANTE UNA SEMANA LLENA DE INCERTIDUMBRE, TENSIÓN, COMUNICADOS DE MILITARES Y DENUNCIAS DE FRAUDE, CON UN CNE QUE NO CONVENCE COMO ÁRBITRO IMPARCIAL.

Entre los planes de Rafael Correa no está perder el poder. Ahora, que existe la seria posibilidad que en la segunda vuelta electoral del próximo 2 de abril sea derrotado Lenin Moreno, las alertas rojas se encendieron en la Revolución Ciudadana. Hay demasiado en juego y todo se puede salir de control. Y eso que se prepararon años para no correr riesgos: un Consejo Nacional Electoral designado e integrado por amigos del correísmo; un Estado de Propaganda funcionando a toda máquina a favor del binomio oficial; recursos económicos para gastar por millones en la campaña; obras públicas inauguradas al apuro por un Presidente a cargo de la jefatura de campaña; encuestas y medios de comunicación en poder del gobierno que proclamarían a las 5 de la tarde del 19 de febrero que ganaron en una sola vuelta…¿Qué podía salir mal?

Los observadores internacionales no encontraron nada raro en los comicios del 19 de febrero. Toda la espera que hubo por los resultados que dieron una segunda vuelta, no les llamó la atención.

Lo que no pudieron controlar fue el creciente sentimiento anti-correísta. La mayoría de la población no quiso continuar el modelo instaurado por quien hace 10 años era apenas un incipiente líder emulador del chavismo y no cayeron seducidos por la imagen de quien entonces intentaba simular la imagen conciliadora del proyecto político. Pero fundamentalmente, las denuncias de corrupción rebasaron todos los cálculos: Jorge Glas, impuesto como el binomio por el mismo presidente saliente, se convirtió en el peor lastre de Lenin, el bueno. Desbordado por los incendios que tuvo que se avivaron en plena campaña, Moreno adoptó la táctica del avestruz que entierra su cabeza para no saber nada del resto del mundo. Esto es, no ver, no oír y callar. Hasta le dijeron el candidato ausente.

Alianza País arranca la campaña de segunda vuelta cuesta arriba, con el 61% de votantes en contra y con un peso extra: Jorge Glas

Así que los cálculos optimistas de una sola vuelta de los que se pintan de verde, siempre lucieron exagerados. Con ayudas y todo. Aunque nunca renunciaron a esta posibilidad que era, en realidad, su tabla de salvación. Viejos políticos como ya son, entienden que la segunda vuelta los coge cuesta arriba, con el 61% de votantes en contra y con un personaje que todavía puede arrojar en marzo varios puntos menos en contra: el señor Glas, mencionado como Vidrio en una lista de coimados de la empresa fiscalizadora Caminosca, que trabajó en varios proyectos millonarios en Ecuador.

La noche del 19 de febrero en las afueras de la sede de Alianza País en Quito, Lenin Moreno ya cantaba victoria en una sola vuelta y lo celebró entonando canciones al puro estilo Rafael Correa.

EL FRAUDE QUE HICIERON Y SE DECLARARON VÍCTIMAS

Cuando desde el domingo se dieron cuenta que no podrían concretar su deseo de una sola vuelta — y que habían hecho el ridículo celebrando por anticipado tal triunfo- comenzaron los manejos oscuros. Una proclamación de resultados que debió darse en cuestión de horas, tomando en cuenta la agilidad de los escrutinios hasta las 21H00 del domingo, terminó demorando días. Siempre dejando en ascuas la posibilidad de una segunda vuelta. Entonces comenzaron a medir la temperatura de las calles. Y observaron que la fiebre iba subiendo. Ya para el martes, Nebot había anunciado una gigantesca movilización en defensa de la democracia. Ese mismo día, rumores que se tradujeron en sendos comunicados de las Fuerzas Armadas, dejaron en claro que los militares no se convertirían en cómplices de ninguna jugarreta que altere la voluntad popular. Aun viéndose perdidos, intentaron lo último: declararse víctimas de fraude. Ver a José Serrano, el otrora poderoso ministro, en plan de víctima, necesitó tiempo para procesar la escena por inverosímil y anecdótica. El discurso de fraude e incluso el pedido de AP para recontar votos, fue bajando de tono cuando midieron que no resultó ser la mejor estrategia, por absurda. Todo el país sabe que el CNE lo pusieron ellos. Pese a eso, Lenin Moreno sigue caminando al filo del ridículo, insistiendo que fue víctima de fraude, que a su candidatura le quitaron votos en beneficio de Lasso.

Miles de personas llegaron en varios días a las afueras del CNE en Quito para hacer vigilia y exigir que se respeten los resultados electorales.
Miles de personas llegaron varios días a hacer vigilia en el CNE para exigir que se respeten los resultados electorales.

Se trata de perder el poder, nada menos. Un lujo que no se lo pueden dar. Por eso desde ya, comienzan a aplicar su plan B. Para eso está la Asamblea Nacional, un espacio casi descuidado por las fuerzas opositoras desde la designación de candidatos, la campaña electoral e incluso durante el escrutinio de los votos. Grave error. Con Consejo Electoral a favor, la maquinaria del Estado que ya conocemos y una estructura partidista grande, armada con el populista recurso del clientelismo, captar la Asamblea era la segunda misión a concretar. Y aunque al cierre de esta edición, el vilipendiado CNE no anunciaba resultados oficiales, el deseo de Rafael Correa, cobró cuerpo. Dijo que serían 75 asambleístas de AP y hacia esa cifra apuntan los conteos. Eso significa mayoría. La organización Participación Ciudadana, que hizo su propio conteo rápido, determinó que AP obtendría 67 legisladores y la oposición 64, sin contar los asambleístas que se eligen en el extranjero. Existe una diferencia, en todo caso.

Correa ya anticipa que de ganar Lasso, lo que se viene es un bloqueo legislativo. La vieja pugna de poderes. Los correístas no votarán por leyes que son parte de las propuestas de Lasso, como eliminar impuestos.

Las impugnaciones que se anuncian por opositores ante las evidentes irregularidades que se dieron, probablemente no cambien la integración mayoritaria de la Asamblea, que ya luce de verde. AP y Correa ya lo asumen de esa forma y desde ya, anticipan que, de ganar Lasso, lo que se viene es un bloqueo legislativo. La vieja pugna de poderes. Ellos, los correístas, no votarán por leyes que son parte de las propuestas cumbres de Lasso, una de estas, la eliminación de catorce impuestos que hasta fue notarizada, por si a alguien le quedaba dudas. Así que parte de la campaña leninista-glasista en marzo, tendrá el agregado que hay que votar por ellos para que no exista pugna entre Ejecutivo-Legislativo, a lo que se acostumbraron en los últimos diez años. No toman en cuenta que la población ya ha rechazado, en distintas manifestaciones, el absolutismo o la captación integral de todas las funciones por un solo poder, el Presidencial. Los ciudadanos atinan en que toda la corrupción e impunidad descaradas del momento, solo pueden darse en un sistema político que no tiene contrapesos. Un sistema en el que todos son camaradas, elegidos entre unos y otros, sin salirse del círculo ni el modelo al que todos se someten, incluidos aquellos funcionarios competentes para ejercer control. Nada ha funcionado.

RAFAEL CORREA O EL CUCO DEL ECUADOR

En pasadas generaciones, los padres advertían a sus hijos pequeños que si no comían la sopa, vendría el Cuco y se los llevaría. Claro, el Cuco era un demonio perverso, cuya sola mención surtía efecto inmediato y los niños terminaban rápido de comer. Correa ahora intenta convertirse en el Cuco del Ecuador y lo dice de frente, con la arrogancia propia de quien se cree el dueño de la voluntad de todo un país. Él puede volver a ser presidente cuando le dé la gana:

“Si gana la oposición y quieren destrozar todo lo ganado, existe la figura de muerte cruzada. Tenemos mayoría en la Asamblea y en un año nos podríamos ver de nuevo…La mejor manera de tenerme lejos es que se porten bien. Si se portan mal, me les presento y les vuelvo a derrotar”.

A Lenin Moreno no le simpatiza para nada que la sombra de Correa esté ahí. Ahora hasta se enfada cuando le preguntan si, desde Bélgica, la influencia correísta marcará su gobierno. “Yo gobernaré, yo gobernaré”, repitió con mal genio durante una rueda de prensa que concedió en Quito. Claro, sin topar la opción de una derrota, que es el escenario que desde ahora Correa está considerando enfrentar.

La muerte cruzada es una norma constitucional aprobada en Montecristi, artículo 148, mediante la cual, ante una eventual pugna de poderes entre el Ejecutivo y Legislativo, el Presidente tiene la potestad de disolver la Asamblea y poner también su cargo a disposición, por una sola vez en los primeros tres años de gestión presidencial. Y así se convocaría a elecciones anticipadas.

A Lasso no le preocupa la amenaza de Correa. Hasta lo tomó con cierta sorna. “Es un precepto constitucional la muerte cruzada, no hay nada de que temer”. Y del regreso de Correa, fue terminante: “El presidente saliente implícitamente declara su derrota el 2 de abril, reconoce que vamos a gobernar el Ecuador. Y llamaremos a una consulta popular para preguntar sobre la reelección indefinida y como hoy el pueblo mayoritariamente no está de acuerdo, pues son sueños de perro pensar que él pueda regresar al gobierno”.

Lasso y Moreno arrancaron su campaña de segunda vuelta. La estrategia de Moreno parece haber cambiado: del discurso de la ternura al ataque contra el oponente.

La consulta popular es parte del plan de gobierno anunciado por Lasso. Y allí se consultará, además de la reelección indefinida, la continuidad de los integrantes del Consejo de Participación Ciudadana y de los miembros de los organismos designados por los mismos, “pues su permanencia es un obstáculo para la vigencia del Estado de Derecho”, dice el plan. También se contempla que los asambleístas de CREO impulsarán inmediatamente juicios constitucionales y legales contra los titulares de las funciones del Estado que no cumplieron con sus obligaciones, tarea complicada si no se tiene la mayoría de la Asamblea, como en efecto y a la luz de los resultados del 19F, CREO no la tiene.

Eso crea un escenario complejo para aplicar las reformas ofrecidas. La salida de Correa al embrollo político, es la muerte cruzada, que depende de la voluntad del presidente de turno. Y tratándose de Lasso, ni siquiera la está considerando por el momento. Pero puede haber otra salida. Dalo Bucaram está proponiendo una Asamblea Constituyente y dice que esa será una de las condiciones que conversará estas semanas con Guillermo Lasso, a quien todavía no ha comprometido su apoyo. Una Constituyente que también fue propuesta durante la campaña por el ex candidato presidencial Washington Pesántez, a quien le extrañaba que sus contendores pretendieran gobernar “con los mismos poderes y herramientas jurídicas del correísmo”. Una idea que, además, fue planteada por el dirigente de izquierda Enrique Ayala Mora. Algo que Patricio Zuquilanda, ex presidenciable de Sociedad Patriótica, también consideraba necesario.

Marlon Puertas

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