Salud mental: un tabú que se va a caer

Hace poco recibimos la noticia de tres suicidios de personas con alto perfil. En menos de una semana se quitaron la vida la diseñadora Kate Spade, el chef Anthony Bordeau e Inés Zorreguieta, la hermana de Máxima Zorreguieta. Durante esos días las redes, las charlas de café y los medios se inundaron de lamentos y recuerdos de los fallecidos.

Sin embargo, algo más sucedió. De repente se encendió una conversación sobre estrés, ansiedad, depresión y otros trastornos similares que gran parte de la población sufre, pero que se ve muchas veces obligada a ocultar por culpa de tabúes y estigmas.

Circularon en Twitter consejos sobre cómo tratar el tema en los medios, ya que está comprobado que los suicidios de famosos suelen tener una especie de “efecto contagio” para quienes ya están considerando quitarse la vida, muchas personas difundieron el número de la línea de prevención del suicidio y varias mostraron su empatía por quienes están luchando con trastornos mentales.

Muchas se notaron sorprendidas por el hecho de que personas famosas, millonarias, que parecían “tenerlo todo” hayan decidido terminar con su vida. Y ahí es donde se dio el intercambio más interesante: distintos usuarios de redes sociales comenzaron a compartir sus historias personales en un intento por aclarar que enfermedades como la depresión y la ansiedad son, en la mayoría de los casos, independientes de qué tan afortunado cada uno hubiera sido en su vida.

De repente se hizo evidente una conversación que nos debemos como sociedad. Porque, para ser un país que va al psicólogo con la naturalidad y la frecuencia con la que en otros países van al gimnasio, todavía quedan muchos tabúes por derribar alrededor de la salud mental.

Salud mental en Argentina, un tema que ya no podemos ignorar

Un estudio de hace solo algunos meses, el Primer Estudio Epidemiológico Nacional, arrojó resultados alarmantes: 1 de cada 3 argentinos mayores de 18 años padeció o padece algún trastorno de salud mental — entre ellos, la depresión y la ansiedad son los más comunes.

Como explica en una nota al diario Perfil Juan Carlos Stagnaro, profesor titular del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina de la UBA: “Uno de los objetivos principales fue contar con datos propios del país en epidemiología en salud mental, teniendo en cuenta que dentro de los trastornos que van a la cabeza de la epidemiología mundial, los de salud mental tienen una altísima prevalencia, casi cercana a los de oncología o enfermedad cardiovascular. Para 2020 se considera que la depresión va a ser uno de los trastornos más frecuentes en la población en general”.

Falta de información acerca de qué se tratan realmente los llamados “trastornos del estado de ánimo” hace que todavía haya mucho estigma alrededor de palabras como “depresión” y se minimicen condiciones como la ansiedad generalizada, aislando y obligando al silencio a las personas que las padecen, en lugar de animarlas a expresarse y pedir ayuda.

A principios de este año Droga5 creó junto a Ad Council una campaña titulada Seize the awkward, para alentar a los jóvenes a hablar con sus amigos si perciben que pueden estar pasando por un mal momento. La campaña prueba que se puede hablar de temas sensibles sin necesariamente recurrir a tonos solemnes, dramáticos o a golpes bajos.

Mientras tanto, la búsqueda de “mental health” en Teen Vogue arroja 377 resultados. Algo parecido sucede en sitios populares entre adolescentes y jóvenes adultos como Buzzfeed, TKM y Refinery29, en donde se habla sin tapujos y muchas veces en primera persona sobre la realidad que enfrentan las personas que sufren de algún desorden mental, cómo lidiar con eso y qué hacer si alguien cercano está pasando por esa situación.

La OMS ha alertado sobre el aumento de casos de depresión, estrés y ansiedad en los últimos años. En un contexto en donde la concientización acerca de estas condiciones se vuelve cada vez más importante y en el que las nuevas generaciones avanzan derribando prejuicios y convencionalidades, una conversación que busque apertura, honestidad y comprensión sobre temas de salud mental será sin dudas uno de los próximos grandes temas en agenda.

Las marcas, especialmente aquellas que se dirijan a los segmentos más jóvenes, deberán perder el miedo a tocar temas sensibles. Una de las formas más poderosas de diferenciarse y realmente conectar con sus consumidores será actuando como cómplices en situaciones que los afectan y que rara vez son discutidas abiertamente, sumando a su vida a través de contenido y acciones empáticas y relevantes — hablándole a ellos en sus códigos, pero sin pretender ser ellos.