“EL POZO MANDA”: Los trabajadores de la industria del petróleo en Argentina

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5 min readSep 2, 2020

Paulina Siciliani[1]
Hernán M. Palermo[2]

Resumen: Este ensayo fotográfico es parte de un trabajo de investigación realizado en 2012 en Comodoro Rivadavia, ciudad petrolera ubicada en la provincia de Chubut, extremo sur de Argentina. Una investigación centrada en hacer visible la construcción de la masculinidad en el trabajo petrolero. La expresión “el pozo manda” es la síntesis que da cuenta del disciplinamiento que el capital ejerce sobre los cuerpos y las mentes de los trabajadores petroleros.

Palabras claves: Trabajo; Petroleros; Masculinidades; Capital

“The oil well commands”: Workers in the oil industry in Argentina

Abstract: This photographic essay is part of a research work carried out in 2012 in the city of Comodoro Rivadavia, an oil city located in the province of Chubut, in the extreme south of Argentina. This research focused on making visible the construction of masculinity in oil work. The expression “the well rules” is the synthesis that accounts for the discipline that capital exercises over the bodies and minds of the oil workers.

Keywords: Workers; Petroleum; Masculinities, Capital.

[1] Licenciada en Sociología por la Universidad de Buenos Aires. paulisic@gmail.com

[2] Doctor en Ciencias Antropológicas. Investigador del Centro de Estudios e Investigaciones Laborales (CEIL-CONICET-Argentina). Director de la Revista Latinoamericana de Antropología del Trabajo
hernanpalermo@gmail.com
http://orcid.org/0000-0003-0414-7352

Este ensayo fotográfico es parte de un trabajo de investigación que llevamos adelante en el año 2012 en la ciudad de Comodoro Rivadavia, ciudad petrolera, ubicada en la Provincia de Chubut, en el extremo sur de la Argentina.

El 13 de diciembre de 1907 Comodoro Rivadavia pasaría a la historia: ese año se descubre el primer pozo de petróleo de la Argentina. Es a partir de este acontecimiento que es bautizada como “ciudad del petróleo”. En 1922 es creada la primera empresa de propiedad estatal de América Latina: Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF).

Desde los comienzos el perfil de trabajador en la actividad petrolera fue predominantemente masculina, donde la homosociabilidad dio forma a una particular significación de la experiencia obrera: hombres recios, que soportan un trabajo duro y jornadas de trabajo extensas. Al respecto, el proceso de trabajo de la industria del petróleo cuenta con varias especificidades propias del sector que hacen del trabajo una actividad bastante particular: el trabajo se realiza en los yacimientos ubicados generalmente en los cerros alejados de la ciudad. Por esta característica, se trabaja a la intemperie, siendo el factor climático un elemento crucial, dado que en invierno las condiciones extremadamente frías hacen que las herramientas se congelen y las manos se entumezcan con la nieve; y en verano, las altas temperaturas castigan los cuerpos volviendo más difícil la labor. Cabe agregar que se trata de una actividad con una alta exposición al peligro: todo petrolero experimentó golpes, caídas, tajos, amputaciones, etc. Cualquier accidente puede ser de gravedad dado que se manipulan herramientas y maquinaria de gran porte. Por otra parte, el trabajo tiene otra particularidad: los turnos rotativos. Estos son de 12hs, generalmente con diagramas que pueden ser de permanencia en los equipos situados en los yacimientos o ir y venir en el día. Para el primer caso, los trabajadores cumplen ciclos de 14 o 21 días consecutivos en los pozos de petróleo cumpliendo un turno de 12hs diarias. Los que van y vienen en el día realizan el turno de 12hs sin pernoctar en los yacimientos. Estos ciclos van intercalando períodos diurnos con períodos nocturnos.

Durante el trabajo de campo en los cerros donde se encuentran los yacimientos y donde desarrollan su trabajo los petroleros pudimos percibir todo aquello que en las entrevistas nos habían relatado: los equipos de perforación son imponentes, no solo por el tamaño que exhiben sino porque en estos resuena un estruendo constante que hace imposible hablar y ser escuchado. Al mismo tiempo puede percibirse esa peligrosidad del trabajo dado las grandes herramientas con las que los petroleros llevan adelante sus tareas.

La entrada al campo fue posible gracias a los informantes claves, trabajadores, que nos habilitaron el ingreso a los yacimientos a pesar de no contar con la autorización de las empresas. Los mismos informantes claves nos dieron todos los elementos de seguridad para tener la libertad de realizar el trabajo fotográfico sin inconvenientes. Incluso ellos en algunas ocasiones nos indicaban que fotografías tomar en relación a lo que para ellos era importante.

Una de las frases que más hemos escuchado durante el trabajo de campo es “el pozo manda” (Palermo, 2017). Aún hoy es difícil descifrar los claros oscuros de esta frase, no obstante, encierra valoraciones y formas de relacionarse como hombres-trabajadores: en el pozo es él que decide cuando uno vuelve a su casa; es el pozo el que impone los efectos en la salud sobre los cuerpos y las mentes de los petroleros; es el pozo quien impone un ritmo de trabajo que hace imposible dormir en los yacimientos y hace del insomnio un padecimiento cotidiano. Es como si la mirada del “pozo” sobre los trabajadores se posara constantemente en todas las actividades que realizan en los yacimientos. El “pozo manda” es la significación de la experiencia obrera del control y el disciplinamiento que el capital ejerce sobre los cuerpos y las mentes de los petroleros.

Referencias

Palermo, Hernán M. (2017), La producción de la masculinidad en el trabajo petrolero. Buenos Aires, Editorial Biblos.

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