El espejo de lo digital y lo real
Los niños necesitan protección contra la explotación sexual digital en un mundo permanentemente conectado que, a menudo, refleja a la sociedad en general.
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Lo que ocurre en el mundo digital suele ser un reflejo de la sociedad en general. Las tecnologías de la información y la comunicación, que incluyen el uso de Internet y de dispositivos móviles, están revolucionando el acceso de los niños a la comunicación pero también les predisponen a lo peor, la victimización en la red. En todo el mundo, los niños representan una tercera parte del total de usuarios de Internet. Protegerlos es una prioridad mundial urgente.
Los peligros a los que se enfrentan los niños en sus hogares, escuelas y comunidades suelen reflejarse en Internet. En El Salvador, muchos viven en condiciones de vulnerabilidad económica y social, lo que perpetúa un ciclo de pobreza, violencia y exclusión. Un hombre alza en brazos a su hijo en San Salvador, la capital.
No obstante, el país ha avanzado con medidas como la creación de políticas centradas en la prevención de la violencia en la red contra los niños y una unidad especial de Policía Nacional para responder a posibles casos. En las escuelas de Soyapango, la policía ofrece una sesión de formación sobre seguridad en Internet.
Aun así, un número creciente de niños utiliza las redes sociales para mantener el contacto virtual con amigos, lo que aumenta su exposición al peligro de recibir ofrecimientos sexuales o contenido sexual explícito, así como al acoso cibernético. En Santa Tecla, un taller sobre violencia de género.
Las personas que perpetran la violencia infantil son a menudo personas que los niños conocen y en quienes deberían confiar, aunque también pueden ser extraños que conocen por Internet. La complejidad de las dinámicas sociales y los distintos tipos de riesgos imponen muchas dificultades. Un cruce muy transitado de Soyapango.
“Hay tanta violencia en los vecindarios que la única forma de divertirse y olvidarse de los problemas es Facebook”, asegura Patricia [NOMBRE FICTICIO] desde un pasillo de su escuela. Es una niña de 14 años procedente de Soyapango y defensora del uso responsable de las redes sociales.
Otro factor que contribuye a este problema es la falta de supervisión adulta. “Si los padres se implicaran más con sus hijos y supieran lo que ellos hacen deberían tratar de guiarlos, lo que podría reducir el número de incidentes”, sostiene. El padre de Patricia acompaña a sus hijas a casa desde la escuela.
En Madagascar, los niños se enfrentan al acoso sexual en Internet por medio de redes sociales fácilmente accesibles y con planes de datos rentables. Otro tipo de peligro es la explotación sexual de niños en los viajes y el turismo, muy extendida en algunas comunidades desfavorecidas. Una calle de Nosy Be.
Aceptar a desconocidos como amigos en las redes sociales es una tendencia alarmante. Dadas las limitaciones económicas, Charmela, de 16 años, ya no puede ir a la escuela. Así, pasa mucho tiempo en la red, y a menudo recibe mensajes de contenido sexual explícito procedentes de desconocidos. En un cibercafé con una amiga.
Algunos usuarios de Internet son predadores en busca de niños vulnerables en las redes sociales. Carine [NOMBRE FICTICIO], de 13 años, asiste a la escuela; sin embargo, su madre, que trabaja en un mercado local, apenas gana el dinero suficiente para pagar las tasas escolares de su hija. Carine hace sus deberes en Nosy Be.
Carine, de 13 años, la pasa bien comunicándose con sus amigos por Internet. Hace poco, un hombre francés al que considera su novio digital le envió 50 euros para tener un encuentro sexual con ella. Carine en su casa, en la isla de Nosy Be, muy conocida por la explotación sexual de niños en viajes y en el turismo.
Una de las muchas dificultades es la impunidad generalizada con las redes de contrabando. El gobierno malgache ha establecido un sistema integral de protección infantil para ayudar a los niños vulnerables. Unas oficiales de policía atienden las llamadas de víctimas de abuso infantil en un centro establecido en Antananarivo con la ayuda de UNICEF.
Por otra parte, en El Salvador, el gobierno ha aplicado políticas de protección infantil con una mejor asistencia para los niños víctimas de violencia y la capacitación de procuradores y oficiales de policía sobre la detección de crímenes en la red. Una sesión sobre la seguridad en Internet llevada a cabo por oficiales de policía en Soyapango.
Aun así, la mayoría de los niños siguen sin ser conscientes del peligro potencial de su actividad digital. Andrea [NOMBRE FICTICIO], de Santa Tecla, tenía 16 años cuando un hombre se contactó con ella por Internet. Cuando ella se negó a enviarle fotografías desnuda, él la amenazó de muerte. Ahora, a los 18 años, es defensora de la seguridad en Internet.
En Fortaleza, Brasil, Rondiney, que ahora tiene 20 años, era menor de edad cuando tuvo su primer encuentro sexual pagado. “Yo tenía 15 años y él tenía cuarenta y algo”, contaba. En la actualidad trabaja como vendedor telefónico y sostiene: “Quiero poder estar orgulloso de haber hecho algo bueno que enorgullezca también a mi familia”.
“El consejo que le daría a un niño de 15 años es que disfrute de tener 15 años, porque la adolescencia es la mejor edad para disfrutar de la vida y de todas las cosas buenas que hay en el mundo”. Rondiney, de 20 años, en Fortaleza.