“La tele se estaba convirtiendo en algo que yo no reconocía”

Nando Ochando
Frecuencia Media
Published in
6 min readApr 3, 2018

Àngels Barceló (Barcelona, 1963) lleva casi cuarenta años intercalando cámaras y micrófonos en su carrera profesional. No ha sido hasta 2017 cuando un Premio Ondas cayó en sus manos como mejor presentadora de informativos. En medio de una jornada un poco más relajada de lo habitual, porque hay Champions y Hora 25 empieza un poco más tarde, hablamos con ella de radio y periodismo en uno de los estudios de la Cadena Ser.

Àngels Barceló en uno de los estudios de la Cadena Ser en Madrid. Foto: Ricardo Ruiz.

¿Cuál es la rutina de la directora de Hora 25?

Una cosa es la rutina y otra cosa es a la hora que entro (risas). Entro a eso de las tres de la tarde, pero mi rutina empieza a las nueve de la mañana. Como salgo tarde de trabajar, y a veces me cuesta dormir, me pongo el despertador a las nueve menos cinco para escuchar el arranque de las nueve de Hoy por hoy de Pepa. Así voy viendo cómo va a estar el día. Por la mañana el subdirector del equipo, Pedro Blanco, viene a trabajar, me llama por teléfono y empezamos a organizar con los temas que él también ha ido recogiendo. Este es el problema de tener el programa a última hora, que estás todo el día estando pendiente hasta el final. A las cuatro de la tarde hacemos una reunión con todos los contenidos, con todos los jefes de sección, que nos cuentan lo que hay. En ese momento nosotros decidimos cómo hacemos el programa aunque ya tenemos algunas cosas pensadas de la mañana.

Empezaste a trabajar en los ochenta en Catalunya Ràdio, en TV3, también en Telecinco y ahora en la Cadena Ser… ¿qué te ha aportado cada una de esas etapas?

En Catalunya Ràdio y TV3, fue una etapa en la que estuve en algunos momentos simultáneamente en ambos sitios. Aquello me aportó la enseñanza. Yo salí de la universidad sin saber prácticamente nada y aquello para mí fue la verdadera universidad. Yo era muy joven, tenía diecinueve años cuando entré en Catalunya Ràdio. Me lo tomé como el máster, pero delante de las cámaras porque en TV3 empecé presentando los fines de semana. En Telecinco fue el descubrimiento de otra manera de hacer periodismo. Vine a Madrid, donde era diferente a trabajar en Cataluña. La política era diferente, la relaciones políticos-periodistas era diferente… y entre otras cosas porque por primera vez pude dirigir un informativo. Eso me aportó experiencia. Después la Cadena Ser me aportó mucho reto. Cuando ya llevaba trece años en TV3 y ocho en Telecinco, te vas haciendo mayor y piensas que ya nada te va a ilusionar. Y me llegó la posibilidad de entrar a trabajar en la Ser. Eso me ilusionó de nuevo, el volver a mis orígenes que era la radio, dejar la televisión La tele me gusta mucho pero se estaba convirtiendo en algo que yo no reconocía y por eso lo dejé. La Ser me aportó reencontrarme con el medio con el que me siento más tranquila, más segura, donde me gusta trabajar.

¿Volverías a la televisión?

Sí, volvería. No volvería solo a dedicarme a la televisión, pero hacer cosas en paralelo a la radio sí. De hecho estando en la Cadena Ser hice la Eurocopa para Cuatro, trabajé para Discovery Max, hice otro programa para Cuatro de entrevistas… ¡Si a mí la tele me encanta! Me gusta mucho. Y además me siento muy cómoda. Pero pienso que en la televisión de ahora es muy difícil encontrar un hueco. Un espacio para una persona como yo, que sé hacer lo que sé hacer, es complicado. Pero siempre escucho atentamente a quien tenga algo que ofrecerme, aunque afortunadamente puedo elegir si lo hago o no lo hago.

¿Qué significa trabajar como presentadora y directora del programa informativo más longevo de la radio?

Pues una responsabilidad, te lo digo en serio. Mira que ya llevaba tralla, pero cuando me ofrecieron dirigir y presentar Hora 25 me dio una ataque de responsabilidad como no me había dado nunca en otras cosas que había hecho. Entre otras cosas porque iba a sustituir a un personaje de la radio, como era Carlos Llamas, que además había muerto. Era ocupar una silla que no me pertenecía y que tenía que ganármela. Él era una persona muy respetada en la profesión, muy respetada entre los oyentes. Para mí fue complicado. Yo recuerdo el día antes de empezar a hacer Hora 25, que estaba haciendo A vivir que son dos días los fines de semana, y el día antes de empezar estaba muy nerviosa. Y eso que tenía experiencia, o eso creía. LLamé al periodista Santi Segurola y le dije: “Hosti, Santi. Estoy cagada”, y Santi me dijo: “Mira, Àngels. Sé tú misma porque nunca podrás ser como Charlie”. Y es verdad. Le cogí la palabra y me dije que tenía que hacer otro programa, porque yo soy diferente, soy otra persona. Supone una responsabilidad porque es un programa que es una marca, es una firma. Cuando la gente oye el boing boing sabe que está en Hora 25 y sabe lo que se va a encontrar. Y yo no quería defraudar a los oyentes.

¿Piensas que las figuras de director y presentador tiene que estar siempre unida?

No tiene porqué. Yo he trabajado en televisión dirigida por otra persona, he trabajado dirigiéndome a mí misma (en la radio solo he trabajado de esta manera). Me gusta más dirigirme, porque cuando estás tantas horas delante de un micro o delante de una cámara si tienes todo en la cabeza es mucho más fácil que si tienes que estar esperando a que te vayan diciendo qué hacer. Eso sí, intento rodearme de gente que les guste trabajar igual que a mí, gente de la que me fío.

¿Crees que la radio es el medio que mejor se adapta al paso del tiempo?

Sí, estoy convencida. En la radio nos beneficiamos de las nuevas tecnologías, así como el papel está teniendo un serio problema al igual que la televisión. La televisión convencional ahora se ve de otra manera. En la radio seguimos haciendo radio y la gente nos escucha ahora por cantidad de sitios, por cantidad de soportes, en horas en las que no estamos nosotros trabajando. Aunque todo esto también nos hace cambiar nuestros programas y nuestras estructuras para que a la gente le sea más fácil de escucharnos a posteriori. Pero en definitiva, creo que nos estamos beneficiando de las nuevas tecnologías, sin ninguna duda. Solo tenemos que adaptarnos, sobre todo los más viejos como yo.

¿Te inquieta el consumo de radio en las nuevas generaciones?

Me preocupa. Me preocupa que los jóvenes no escuchen la radio hablada. Pienso que se pierden mucho, se pierden estar informados. Es un medio que te forma, te informa, te entretiene. Me da pena que no lleguemos a ellos. Pero creo que nosotros también tenemos que hacer un esfuerzo para llegar. La prueba es que se hacen programas como La Vida Moderna o Nadie Sabe Nada de Berto y Buenafuente que llega a la gente joven y que es un contenido más difícil de escuchar en Hora 25. Pero creo que también tenemos que hacer un esfuerzo para que los jóvenes también quieran escuchar Hora 25.

¿Cómo se siente una al recibir el Premio Ondas a estas alturas de su carrera?

(Risas) ¡Me hizo ilusión! Aunque creo que ya me lo merecía. Que había tardado un poquitín. Solo por edad, me tocaba. (Risas). Te hace feliz. Sobre todo por la gente. Recuerdo la reacción de la redacción el día del anuncio de los premios que se emocionaron por mí y la reacción de mi familia. Solo por ellos vale mucho la pena.

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