El ingreso bruto de la cerveza.
El nexo entre la venta clandestina de cerveza y la trata de mujeres en La Pampa. Un cuaderno de cuentas incautado por la Policía e incluido en el expediente fiscal de un caso de trata de personas revela sorprendentes conexiones entre la trata de personas y una de las empresas peruanas de bandera: Backus y Johnston. Casi el 75% de los ingresos brutos del Embassy´s –el prostibar en cuestión– provienen de la venta de cerveza mediante el empleo de una fuerza de impulsadoras explotada sexualmente y que, en muchos casos, es víctima de trabajo forzoso y trata de personas. Con un monopolio casi perfecto de la producción y la distribución de cerveza en el Perú, Backus, ahora propiedad del gigante belga AbInBev, ¿conoce esta compañía la cantidad de dinero que ingresa a sus cuentas por la venta de cerveza en prostibares que se valen de víctimas de trata de personas y explotación sexual?*
Escribe: Gabriel Arriarán
Es el 29 de noviembre de 2013 en el Km. 108 de la Carretera Interoceánica. La zona se conoce como la Pampa. Desde hace nueve años una fiebre del oro se ha apoderado de Madre de Dios y un rosario de precarios locales de madera pintados con vivos colores y llamativas figuras de mujeres en lencería se han apoderado de lo que, al parecer, es una plaza de armas, sólo que en ella, en vez de palacios municipales, bancos o iglesias, se encuentra con un conglomerado de prostibares: el Papillón, el Miss Sagitario, El California o, algo más modestamente, el Embassy´s.
Esta noche, el Embassy´s ha vendido 14 gaseosas, 12 botellas de agua, 2 bebidas energéticas (en el rudimentario cuaderno de cuentas aparecen consignadas bajo la marca Power), veintiocho fichas (la suma de todas estas bebidas) y 329 botellas de cerveza, que componen una venta total S/.3850, cuando aparecen la Policía y los fiscales e intervienen el local.
Sobre las 7.15 am del día siguiente terminan de levantar el acta. Encuentran a once mujeres trabajando como damas de compañía, entre ellas, a LMQC, una menor de edad.
Trata de personas.
La chica refiere ganar treinta soles diarios (hechas las cuentas, en realidad gana algo más: un promedio de S/.42.1 al día) por acompañar a los clientes a beber.
Al cajero del local se le decomisan 400 soles en los bolsillos.
Por último, se interviene a SQ, de 30 años, natural del Cusco. Grado de instrucción: segundo de secundaria. La lectura del acta de intervención no deja claro si es la encargada o la dueña del Embassy´s. El policía que redacta la declaración de SQ primero la describe como a la encargada, luego, agrega que es la dueña. Al final, la consigna como propietaria. Estas dudas, o estos errores en el levantamiento del acta y en la investigación fiscal, llevarán a SQ a pasar los siguientes 18 meses de su vida en prisión, sin condena. El documento también abunda: SQ conoció a la víctima en Juliaca, y ella le había referido ser mayor de edad.
La culpable.
Más allá de eso, se recogen los testimonios de algunas de las chicas que laboran en la Embajada y, sobre todo, se incauta el rudimentario cuaderno de cuentas del negocio, un cuaderno que abre a la comprensión pública la escala, los implicados y la dimensión económica de la explotación sexual y la trata de personas en la Pampa.
SQ, víctima y presunta victimaria
A SQ la conocí en el penal de San Francisco de la ciudad de Puerto Maldonado en marzo de 2014, unos cinco meses después de que fuese detenida y que, a pedido del fiscal Luis Alberto Sánchez, se le impusiera una primera orden de prisión preventiva de nueve meses. La prisión preventiva luego, se renovaría, y en total, SQ pasaría 18 meses de su vida en prisión acusada por el delito de trata de personas. Fue un encuentro de alguna manera fortuito, como otros varios de los que, al final, acabaron engendrando esta investigación. Rosario Yori, una periodista cursando una maestría en la Universidad de Nueva York escribía para su tesis el que posiblemente sea el mejor reportaje sobre la trata de personas en Madre de Dios escrito hasta el momento: Golden Girls. Mining and its Victims in the Peruvian Amazon, desafortunadamente todavía inédito. Ella había conseguido del director del penal el permiso para entrevistar a dos internas por trata de personas.
La pintura de las paredes del penal de San Francisco se descascaraba por el sol y la humedad en el camino de salida de Puerto Maldonado. Un guardia vigila la primera puerta de entrada. Un espacio vacío, algo parecido a una calle, circunvala a la pared que separa al recinto de la calle de los complejos en donde están las celdas. Para entrar propiamente a la cárcel es necesario pasar por lo que parece la aduana de un aeropuerto, en este caso, la aduana de un aeropuerto africano de provincias. Hay que mostrar el DNI, entregar el celular apagado a un custodio. La máquina de rayos X estaba arrimada en un rincón, inoperativa. Un último guardia, un hombre en mi caso, una mujer en el caso de Rosario, nos cateó. Lo único que pudimos ingresar con nosotros fue una libreta y un lapicero. Los guardias nos condujeron a Rosario y a mí a una salita. Si uno espera encontrarse con unas psicópatas horribles, historias de monstruos esclavistas que se comen a las niñas por las noches, en el penal de San Francisco se llevará una enorme decepción. Porque quiénes se presentaron tímidamente ante nosotros, acompañadas de un guardia de seguridad, fueron dos mujeres. A una se la veía contenta. Le quedaban pocos meses para salir en libertad, y se ilusionaba con el reencuentro con su familia. Era, entre los 37 internos por trata de personas en el penal, la única que tenía una sentencia firme. La otra, SQ, tenía recién 5 meses internada y desconocía que aún le quedarían otros trece para ser dejada en libertad por falta de pruebas.
Los cuadernos del Embassy´s
El encuentro con SQ resultó en una clave sustancial: el teléfono de la abogada que la defiende de la acusación fiscal. A través de ella, en una copia del expediente judicial completo del caso. Y en él, un pequeño tesoro: el cuaderno de cuentas del Embassy´s. Este cuaderno es la llave para la reconstrucción de las cadenas de suministros y el cálculo de la rentabilidad que las víctimas de trata suponen para un prostibar como el Embassy´s.
Desde hace dos años he venido volcando este cuaderno de cuentas, llevado a mano, a una hoja de cálculo. Esta es la primera vez que una investigación revela a los prostibares del Km. 108 como lo que son: los puntos de venta de personas y cerveza, dos cadenas de suministros que muestran a la esclavitud como “un negocio asqueroso, repugnante, pero un negocio al fin y al cabo”, dice el investigador norteamericano Wade Channel en su libro A Nasty Business.
A partir de esta base de datos se pudo determinar el monto de las ventas que este local produjo en los 16 días que aparecen consignados en los cuadernos. Un primer análisis simple de la caja llevada arroja que el Embassy´s, en esos 16 días, vendió un total bruto de S/.49 110 soles. De este monto, S/36 450 (74.22% del total) correspondieron a la venta de cerveza y S/.7 400 a servicios sexuales (15.07%). Los números apuntan hacia un resultado muy claro: la venta de cerveza es el negocio principal de prostibares como el Embassy´s en La Pampa.
El mercado de la cerveza en el Perú.
Durante el año 2013, año en que la Policía intervino y clausuró al Embassy´s, la Unión de Cervecerías Backus y Johnston, actualmente propiedad de la multinacional AbInBev, tenía copado el 96.5% del mercado de la cerveza en el Perú. Un monopolio casi perfecto. Según la memoria anual de la compañía, las ventas totales de Backus en cerveza el 2013 habían alcanzado los 3 201.6 millones de dólares, representando ellas el 93.3% de las ventas totales de la compañía. La región sur, que incluye a Madre de Dios, así como a Cusco, Arequipa, Tacna, Moquegua y Puno, había supuesto para ellos el 18% de sus ventas totales.
El actual presidente del Perú, Pedro Pablo Kuczynsky ha sido durante varios años director de Backus. Quien era su gerente general en aquel momento, el Sr. Fernando Zavala, fue hasta hace poco el primer ministro del Perú, y antes había sido ministro y viceministro de Economía, así como gerente general del Instituto Nacional de Defensa del Consumidor y la Propiedad Intelectual (INDECOPI).
Ahora bien, ¿cómo una parte de los miles de litros de cerveza que produce Backus anualmente habían ido a parar al Embassy´s, y siguen llegando todavía, a la Pampa.
La respuesta, en la segunda parte de esta investigación.
- [ACTUALIZACIÓN: 03/07/2018]: Este reportaje se realizó gracias a un financiamiento recibido de la Asociación Huarayo, en noviembre de 2016.