Crítica: ‘The Flash’ deja atrás sus traumas en la cuarta temporada
TNT está emitiendo en España los nuevos episodios de la serie
The Flash siempre ha sido algo parecido reverso ligero y divertido de Arrow. Mientras Oliver Queen está siempre preocupado y ser Flecha Verde es para él una carga, Barry Allen es más optimista y disfruta de verdad con su supervelocidad. Su equipo de colaboradores lo pasa bien diseñando mejoras en su traje, por ejemplo, y se piden ayuda unos a otros. Transmiten buen rollo.
Barry, sin embargo, lleva a cuestas el trauma de haber visto morir asesinada a su madre delante de él, y de que Zoom matara a su padre como venganza. En la tercera temporada, sobre todo, se dejó llevar por el dolor para tomar unas cuantas decisiones estúpidas y para intentar enfrentarse solo a Savitar, el gran villano de la entrega, y la serie sufrió la consecuencias. Potenciar el drama no es su punto fuerte.
En la cuarta, los guionistas decidieron cambiar de rumbo. Se acabaron los villanos velocistas (la tónica de las tres temporadas anteriores) y The Flash recuperó el tono ligero con el que se había distinguido al principio, aunque en su arranque tenga que resolver un cliffhanger con bastante peso emocional.
Barry se sacrificó para salvar Central City al adentrarse en la Fuerza de la Velocidad. En su ausencia, Cisco, Iris y Wally han continuado con la tarea de detener a los metahumanos que se dedican a delinquir en la ciudad, pero todos ellos se sienten, de algún modo, abandonados por Barry. Iris, la que más; no hay que olvidar que estaban prometidos para casarse. Y cuando entre todos consiguen traer a Barry de vuelta, esos sentimientos tienen que ser procesados.
Por suerte, The Flash no carga demasiado las tintas en ello. El regreso de Barry tiene consecuencias que van más allá de cómo han seguido sus amigos con sus vidas, y la aparición de nuevos metahumanos apunta hacia un villano de un tipo diferente del que hemos visto hasta ahora.
La relación entre Barry y Iris impulsa buena parte de la historia de esta primera mitad de la temporada. Ella se siente abandonada, aunque tenerlo de vuelta a él es lo que más quería, y resolver esa fractura entre ellos es parte del conflicto inicial de la temporada. Además, Caitlin tiene sus propios problemas para integrar a Killer Frost en su persona (o mantenerla apartada todo lo que pueda), y eso la ha llevado a contactar con gente peligrosa.
Todos acaban reunidos para hacer frente a la nueva amenaza que presentan esos metahumanos y, sobre todo, ese villano futurista que parece tenerlo todo perfectamente planeado. Por lo poco que se ve de él en los primeros episodios, apunta a ser un bienvenido cambio en cuanto a las némesis a las que se enfrenta Flash.
La cuarta temporada quiere dejar atrás los traumas que lastraron la anterior y presentar, sobre todo, a un equipo de Laboratorios STAR que vuelve a trabajar en conjunto y a apoyarse. Barry ya no está tan empeñado en solucionarlo todo él solo y hay nuevos personajes que aportan bastante diversión a la nueva situación en la que se encuentran todos. Hasta se ha actualizado el traje de Flash.
El villano apunta buenas maneras, y el toque ligero de la temporada hace que la serie vuelva a ser bastante entretenida. El lado de drama familiar que siempre ha tenido también está manejado con menos intensidad, lo que se agradece. Veremos si The Flash consigue sostener la trama hasta el final de la temporada.
La cuarta temporada de ‘The Flash’ se emite los viernes, a las 21:35, en TNT.