Crítica: ‘The Flash’ endereza al final su tercera temporada
Hablamos sobre el episodio 3x23, ‘Finish line’, tras su emisión en TNT
Hasta ahora, todos los grandes villanos a los que Barry Allen ha tenido que enfrentarse eran velocistas, como él. Y, además, tenían alguna conexión personal directa con él. Reverse Flash era su enemigo del futuro y Zoom, de una Tierra alternativa. En el caso de Zoom, además, la revelación de su identidad supuso un mazazo para Barry y los demás porque tenían una relación personal con esa persona.
Cuando la tercera temporada de The Flash, introdujo a Savitar, el dios de la velocidad, tenía que representar un paso más en esos grandes villanos. Sus poderes eran prácticamente ilimitados y siempre conseguía adelantarse a todos los esfuerzos de Team Flash por detenerlo porque, de alguna manera inexplicable, conocía todos sus secretos. Savitar debería haber sido el malo definitivo de la serie, y aunque ha funcionado bien, también ha puesto en evidencia los problemas que acarrea desde casi el principio.
Un tercer velocista como villano, por muy difícil que fuera el reto que presentaba (y por mucho que enfrentara a Barry con su tendencia a actuar impulsivamente y estropearlo todo), se veía como demasiado repetitivo. Ya hemos visto muchas veces a Flash querer ser más rápido para poder vencer al malo de turno; ni siquiera que sea Wally West el que se encuentre en esa situación ayuda a que no se sienta demasiado formulaica.
Y ese ímpetu de Barry por viajar al pasado para arreglar una equivocación suya, o para intentar evitarse un trauma personal, también empieza a verse un poco sobreutilizado. Forma parte de lo intrínseco del personaje, pero se ha llevado a extremos de los que puede resultar difícil rectificar el camino. Por suerte, los últimos tres o cuatro capítulos sí han sacado a The Flash de su bache.
A partir de aquí habrá spoilers del episodio 3x23 de ‘The Flash’
Descubrir que Savitar era un producto del Barry Allen del futuro, un doppelgänger que había creado para intentar salvar a Iris y que se había rebelado contra su creador, obligaba al superhéroe a afrontar todas las meteduras de pata que ha tenido en la tercera temporada.
Desde la creación de Flashpoint, Barry no ha hecho más que complicarse la vida con cada decisión que ha tomado. Incapaz de asumir más traumas personales tras la muerte de su padre, al final de la segunda entrega, Allen se equivoca en todos sus intentos de “arreglar” las cosas que le salen mal. Viaja al pasado (y al futuro) por motivaciones puramente egoístas y sin pararse a pensar en las consecuencias y, como resultado, su status quo como héroe ha quedado un poco dañado.
Ver el futuro que podría haberse creado tras la muerte de Iris, y cómo todas sus acciones tienen consecuencias que van más allá de sí mismo, lleva a Barry tomar una decisión muy drástica al final de la temporada. El empuje del enfrentamiento final contra Savitar ha dado a los últimos episodios una urgencia que la serie necesitaba como el respirar, y el sacrificio de HR pone la nota emocional, aunque eso signifique que The Flash no está tan dispuesta a tomar riesgos.
La idea detrás de Savitar, y su resolución final, han funcionado un poco mejor de lo que podríamos haber esperado, y han dado también oportunidad a explorar las dudas de Caitlin Snow al darse cuenta de que su transformación en Killer Frost es imparable. Es la culminación de un arco que la serie lleva desarrollando desde la segunda temporada, cuando descubrimos a la Caitlin alternativa de Tierra 2, y su conflicto interno es un poco más interesante que el de un Barry al que la tortura emocional no le sienta tan bien como a Oliver Queen.
Estos últimos capítulos de la temporada han presentado también el problema de que Wally West no salga de su caracterización como el otro Flash (o el otro West), pero el cliffhanger final abre una puerta que puede ser interesante para la cuarta entrega.
Se nota que Andrew Kreisberg, uno de sus responsables, estuvo en Fringe, porque The Flash opta por marcarse un Peter Bishop. Barry estaba tan obsesionado con acabar con Savitar, que no se da cuenta de que, al hacerlo, rompe el equilibrio necesario para que la Fuerza de la Velocidad no lo destruya todo a su paso. Hace falta alguien que restaure su estabilidad, y él se ofrece voluntario.
La intensidad emocional no es, precisamente, la mejor cualidad de una serie que empezó destacando por su ligereza y por el sentido de la diversión que aportaba su protagonista, pero este giro puede aportar un cambio de rumbo en la serie. Sus productores han afirmado que no habrá más villanos velocistas, y es probable que veamos, por fin, esa trama sobre la desaparición futura de Flash con la que terminaba el piloto.
The Flash es el superhéroe más popular de The CW, pero ha perdido un poco el equilibrio entre la seriedad de las tramas horizontales, las dinámicas familiares y el tono más divertido con el que empezó separándose de Arrow. La recta final de la tercera entrega, al menos, ha tenido una carrera contrarreloj, y una sensación de que los protagonistas tenían que superar un reto casi imposible, que le ha venido bien. Sin embargo, Barry Allen tiene que dejar de moverse por impulsos tan egocéntricos.
Las notas de Fuera de Series:
En Fuera de Series puntuamos nuestros análisis en una triple escala de 1 a 5, inspirada en la que usa Little White Lies, en función de lo deseosos que estábamos de ver la serie (“Antes”), lo que nos ha parecido viéndola (“Durante”) y las ganas de ver más y de comentarla con más gente tras hacerlo (“Después”).
Antes: 3
Que ‘The Flash’ fuera a adentrarse en Flashpoint, y en las realidades alternativas, parecía abrir un mundo de posibilidades en la temporada. Sin embargo, también dejaba ver algunos problemas en la caracterización de Barry que se han acentuado con el paso de los episodios.
Durante: 2,5
Que los grandes villanos sean también velocistas ya no aporta nada a ‘The Flash’. Savitar podía ser el enemigo definitivo, pero era inevitable pensar que todo esto ya lo habíamos visto antes en temporadas anteriores. Ni siquiera los crossovers con otras series de The CW salvaban la entrega.
Después: 3
El cliffhanger final, con el sacrificio de Barry, puede deparar algo entretenido en la cuarta temporada, pero vamos a afrontarla con algo de escepticismo. ‘The Flash’ necesita algo que le impida caer en su fórmula de relaciones entre sus personajes.