Crítica: ‘BoJack Horseman’ es demasiado buena para que pueda comentarla

Con su 5ª temporada, la serie de animación de Netflix deja el listón muy alto

Dani López
Fuera de Series
5 min readSep 17, 2018

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(Fuente: Netflix)

El 14 de septiembre de 2018, la quinta temporada de BoJack Horseman llegó a Netflix. El 15 de septiembre, después reposar la comida (penne alla vodka, delicioso), el sofá se convirtió en nuestra vida, una vez más, y dejamos que la nueva tanda de episodios, perdón, capítulos, de la serie creada por Raphael Bob-Waksberg se derramara sobre nosotros.

Al terminar el episodio 12 y ver que Netflix no me ofrecía el siguiente, sino que me sugería que continuara evitando la realidad con la ayuda de la segunda temporada de American Vandal, me giré a mi compañera de visionado, sofá y vida, y dije “¿Ya está? ¿Se acabó?”. No es que se me hubiera hecho corta (sí). No es que quisiera seguir en el mundo de Hollywoo (sí). No es que ansiara descubrir qué deparaba la vida a los personajes de la serie (sí). Es que la temporada me había gustado tanto, y me había ofrecido tanto sobre lo que reflexionar, que sabía que si era cierto que me quedaba un año para poder ver más, había llegado el momento de enfrentarme a la dura tarea de pelearme con todo lo que la serie había puesto sobre la mesa. Y no estaba preparado. Hoy es 16. Aún no estoy preparado.

BoJack Horseman se convirtió en una de las mayores sorpresas que he tenido con la ficción cuando, el año pasado, los susurros que hablaban de su brillantez se hacían cada vez más complicados de ignorar. Y esta es una serie que tiene mucho en su contra antes de verla: parece una comedia de animación “adulta” con animales antropomórficos del montón (aunque con un elenco de voces complicado de igualar: Will Arnett, Amy Sedaris, Alison Brie, Paul F. Tompkins, Aaron Paul…). Y, durante unos cuantos episodios, resulta complicado ver mucho más de lo que parecía.

Lo habréis leído y escuchado cientos de veces, pero “después de unos cuantos episodios de la primera temporada” la serie abraza su oscuridad y deja las cosas perfectamente preparadas para una serie de temporadas de calidad creciente. Y es cierto. Pero vamos a centrarnos en esta última.

Volviendo al mundo de la serie un poco después de donde lo dejamos, BoJack es el protagonista de una nueva serie policiaca y llena de giros en la que interpreta a un clásico “antihéroe” de comienzos de los 2000, que se “emitirá” en... Pero no voy a resumir la trama, porque supongo que ya habéis visto la serie. Lo que me ha llevado a escribir este artículo, básicamente, es, como decía antes, la sensación de que la serie es tan buena, que no puedo hablar de ella.

No tengo las herramientas necesarias para hablar del comentario de la serie sobre el feminismo en el mundo del espectáculo (y en general) y el papel de las mujeres dentro del sistema; la trama de Princess Carolyn y su búsqueda de la felicidad en un mundo que siempre intentó cortarle las alas; los intentos de Todd de buscar cómo sobrevivir en propia piel con su nueva e inexplorada identidad y encontrar dónde encajar en el mundo; el comentario sobre cuál es el problema real de Mr. Peanutbutter en sus relaciones de pareja y su incapacidad de abrazar el hecho de que, en ocasiones, no pasa nada por hacer sentir mal a los demás; el horriblemente maravilloso episodio Free Churro que demuestra, una vez más, que la serie se niega a hacernos sentir cómodos; el viaje de Diane tratando de encontrar sus raíces y cómo conseguir marcar una diferencia en el mundo…

Y, por supuesto, no tengo la suficiente cultura o referencias para hablar de lo que la serie comenta sobre las series de televisión o sobre ella misma, el papel que tienen en la normalización, o sus hipótesis sobre cómo escribir a los personajes “problemáticos” y si hacerlos más humanos lleva a la justificación o simplemente a una serie mejor escrita.

Princess Carolyn tiene una trama importante en la quinta temporada. (Fuente: Netflix)

No necesitamos más series de animación “adulta”. No necesitamos más series con animales antropomórficos. No nos hacen falta, necesariamente, más comedias sobre el mundo del espectáculo, ni siquiera más series existenciales que exploren la realidad del ser humano usando a los mejores personajes para hacerlo en serio (los que, en la superficie, lo tienen todo).

Lo que necesitamos son más series buenas y honestas. Y no me refiero a series de buena calidad, que es obvio, sino series que, por muy malas cosas que nos hagan ver o comportamientos horribles que nos hagan presenciar, tengan corazón, tengan compasión, empatía y hambre por la comprensión, porque esas cosas llevan a las reflexiones que nos ayudan de verdad como personas.

También me refiero a honesta porque el nivel “meta” de la serie no solo es una gracia. No solo es “gracioso” que el personaje protagonista de la serie de BoJack tenga una casa idéntica a la suya (aunque volver a mencionar el tour de “la casa de David Boreanaz” es bastante gracioso), o sirve para aumentar la confusión cuando las cosas enloquecen; también es perfecto para que la serie pueda comentar sobre sus propios problemas y reflexionar acerca de sus historias. Eso no solo nos dice que los guionistas son conscientes (eso ya lo hacen muchas otras series), también les da una oportunidad de demostrar cómo ser consciente no sirve de nada si no se actúa. Igual que a los personajes.

Bojack Horseman es demasiado genial para que yo la comente como se merece (gente más capaz ya lo hará, y muy bien), pero sé lo suficiente como para poder dejar por escrito mi admiración por todo lo que quiere hacer, por todo lo que consigue y por todo lo que pretende conseguir. Quiero más, y aún queda mucho. Demasiado.

La quinta temporada ‘BoJack Horseman’ está ya disponible en Netflix.

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Dani López
Fuera de Series

PhD, feminista, aliado y fan (tv, cine, cómic, anime…). En @DelSofaPodcast y @novenopodcast.