Crítica: ‘Dinastía’, el culebrón en estado puro

Los Carrington y los Colby regresan. Los odiarás o los amarás, no hay término medio

Lorena Gil
Fuera de Series
3 min readOct 13, 2017

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Más de 30 años se cumplen desde el estreno de la Dinastía original, y The CW ha decidido resucitar a la familia con más enredos de la televisión americana. Nosotros ya la podemos ver en Netflix.

Pese al paso de los años, no hay mucho que cambie excepto los actores, la alteración del color del pelo en las protagonistas y la época pero, por cosas de la moda, hasta los vestidos parecen los mismos. Los enredos de los Carrington y los Colby, dos familias muy poderosas de la industria petrolífera, van a ser una copia de la original.

Dinastía 1981 y Dynasty 2017.

La historia comienza con su patriarca Blake Carrington. Separado de la mujer que le dio sus dos hijos, Fallon y Steven, ha decidido emprender un nuevo capítulo de su vida casándose con una empleada suya, Cristal Flores. Ya con ese nombre sabes que hay culebrón asegurado.

Cristal tiene un pasado oscuro que Blake no ha descubierto, pero su mayordomo sí. Su hija y ella ya son eternas enemigas desde el primer capítulo. Fallon está liada con su chófer y se ha ido a trabajar con el competidor del padre por poner a Cristal, y no a ella, al frente de la empresa, y al que se supone que ha sido el amor de la vida de Cristal le sucede una gran tragedia que no sabemos si ha sido a manos de su reciente y divino marido Blake. Con esta premisa, lo mejor es sacar las pipas y empezar a comer o apagar la televisión de inmediato antes de que te vuelvas adicto.

La serie original fue creada por Aaron Spelling (90210, Melrose Place) y lo que sí podemos decir es que el elenco femenino fue inolvidable. Ahí teníamos a una Joan Collins magnífica y a una rubísima Linda Evans, estupenda e impoluta siempre.

La que podemos decir que ha mejorado con el tiempo es Fallon. La actriz Elizabeth Gillies revive y mejora a este personaje en su día interpretado por Pamela Sue Martin. De hecho, es lo mejor de esta serie. En el otro extremo, Blake ahora es Grant Show, el queridísimo e inolvidable Jake de Melrose Place, con muchos años más y sin moto ni vaqueros. Esto es un fallo grande.

Y hay más problemas de base. Lo que le falta a esta pareja nueva que interpreta a los Carrington es química. Yo no recuerdo si la hubo entre Linda Evans y John Forsythe, pero entre Grant Show y Nathalie Kelley no hay ninguna.

Los grandes culebrones como Dinastía, Falcon Crest, Dallas o Flamingo Road son inolvidables y es difícil disfrutarlos de la misma manera que los originales pero, si te gusta el género, es cuestión de intentarlo y de no olvidar que los mayordomos lo saben todo.

Tirones de pelo, guantazos con la mano abierta (un clásico de la Dinastía original), accidentes que nunca lo son, intrigas, sexo sin mirar atrás, pelazos, vestidazos, taconazos y muchos más “azos” por doquier. Dinastía vuelve a estar de moda y, si te asomas a verla y decides quedarte, entretenimiento no te va a faltar.

‘Dinastía’ está disponible los miércoles en Netflix.

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