Crítica: ‘Gul’, espíritus demoníacos en una prisión secreta india

Netflix continúa con su apuesta por la India con esta serie de terror

Lorenzo Mejino
Fuera de Series
3 min readSep 19, 2018

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Fuente: Ishika Motawane/Netflix

La expansión mundial de Netflix en el terreno de las series originales se está produciendo por diversas fases; tras empezar en su sede central estadounidense, pasó a continuación a producir series europeas y latinoamericanas, para llegar a la tercera fase que representan sus primeras series originales asiáticas.

Este año se han estrenado las dos primeras producciones indias originales de la plataforma, Juegos sagrados y Gul, que es la que os vamos analizar en el presente artículo.

Su trama sigue los cánones del género terrorífico claustrofóbico, ubicada en un futuro distópico indefinido con un régimen dictatorial en guerra abierta con el terrorismo islámico. En esa lucha sin cuartel no dudan en utilizar prisiones secretas de alta seguridad para internar, torturar y asesinar a los terroristas capturados.

Tras un breve preámbulo para ponernos los pelos de punta, conocemos a nuestra protagonista, Nida Rahim (Radikha Apte), una joven oficial militar recién salida de la escuela que está especializada en técnicas de interrogación y que se incorpora al equipo represor que está a la espera de la llegada a la prisión del terrorista más buscado, Ali Saeed.

Pronto empieza a percatarse de fenómenos extraños en el interior de la cárcel, que empieza a relacionar con la presencia de un gul, un espíritu demoníaco preárabe que mora en los cuerpos de la gente que posee tras devorar su carne, cambiando de aspecto a medida que va aumentando su cuenta de victimas

Un espacio confinado con reclusos y guardas, incapaces de escapar y con un espíritu demoníaco campando a sus anchas es todo lo que podéis pedir los amantes del genero terrorífico, y más en este caso que parece más una película de apenas algo más de dos horas, en lugar de una miniserie de tres episodios de 40–45 minutos.

Gul ha sido producida por Blumhouse y escrita y dirigida por Patrick Graham, un director británico afincado en Bombay desde hace años, siendo uno de los pocos extranjeros que trabaja en Bollywood. Sustos, gore a raudales, sorpresas y revelaciones de los secretos más íntimos del pasado de todos los personajes principales componen una historia de terror clásico con esos toques de cultura hindú y preárabe que le dan un cierto toque diferencial.

Fuente: Ishika Motawane/Netflix

La producción es de nivel medio-alto, por lo que la recreación de esas atmósferas opresivas del interior de la prisión con tenues iluminaciones, goteras y suciedad por doquier, es la ideal para aumentar vuestro desasosiego, que al final es lo que buscan todas estas producciones.

Como suele ser habitual en este género, entre un inicio vigoroso y el excitante episodio final, el tramo central remolonea en exceso para mostrarnos historias y personajes secundarios, que ya sabemos que van a durar menos que las chicas desvalidas de los inicios de casi todas las películas de terror y que no aportan nada a la historia central. Por suerte, en el tramo final se redime completamente de todas estas dudas, cerrando la historia de una forma muy elegante y dejándose, por supuesto, un resquicio abierto para continuar con esa mitología si acaba siendo renovada.

Sin ser un gran fanático ni especialista en las series de terror, Gul me ha parecido una propuesta honesta y respetuosa con las reglas del género, ademas tener el toque exótico indio que, por lo menos en mi caso, siempre es un aliciente para conocer cosas diferentes a las habituales. Si os gusta el terror o sois curiosos, no dudéis en echarle un vistazo porque, para mí, ha valido la pena.

‘Gul’ está disponible completa en Netflix.

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