Crítica: ‘Intelligence’ apuesta por personajes absurdos en la Agencia de Inteligencia británica
David Schwimmer clava a un agente prepotente en un país ajeno
Esta crítica se ha escrito tras ver los dos primeros episodios de ‘Intelligence’ y no contiene spoilers.
Nunca hay demasiadas comedias y menos cuando se tratan de esas que nos ponen nerviosos por la vergüenza ajena que despiertan y que se basan en personajes desastrosos a los que no puedes dejar de mirar. En esa línea estaría Intelligence, la serie que hoy estrena COSMO y que supone el regreso de David Schwimmer (Friends) a la pequeña pantalla. Si Ross ya era el tipo más desagradable de su cuadrilla, algo parecido pasa con Jerry Bernstein, su alter ego aquí, que cae mal desde el inicio.
Pero no nos confundamos, este prepotente personaje tiene una de esas formas de caer mal que hacen que desees seguirle la pista y verle decir impertinencias, pues no deja de ser una caricatura del estadounidense urbanita y demasiado patriótico que se coloca en la oficina más seria del mundo a intentar meter dinámicas de grupo blanditas, siendo él un foráneo de visita. Intelligence trata sobre la Agencia de Inteligencia británica, la clase de organismo cuya labor se desarrolla en una oficina oscura y densa donde todo el mundo hace cosas muy importantes y donde nadie sabe exactamente para qué les han mandado a un agente de otro país.
Junto a Jerry vemos desde el primer momento a Joseph Harries (Nick Mohammed, al que conocemos de Ted Lasso), un técnico no demasiado eficiente que admira locamente todo lo que el americano representa. Prácticamente repite el papel que interpreta en la de Apple TV+, con la diferencia de que aquí no hay nadie para ponerlo en valor y rescatarlo. La pareja funciona bien y, aunque alguno de los personajes puede resultar demasiado caricaturizado, lo cierto es que la serie enseña las cartas rápidamente.
Con la comedia siempre hay que dejar un margen, los guiones deben amoldarse del todo a lo que se quiere decir y es importante que los títulos tengan tiempo de coger sus propias formas y manías, así que el arranque de una serie como esta siempre debe relativizarse y esperar a que se acomode. Pero aun contando con eso, Intelligence funciona bastante bien y resulta divertida. Hasta el momento quizás peca de ser algo inocentona y con falta de substancia pero insisto en la necesidad de dejar que la propuesta pueda crecer.
Su inicio es esperanzador y deja con ganas de más pese a no tener muy claro qué viene a contar más allá de la premisa inicial. Si por el camino descubrimos que tiene un discurso propio, puede convertirse en una comedia de cabecera con la que desconectar y ver el mundo arder. Bromas muy poco correctas, señores con americana que llegan a un nuevo país mirando por encima del hombro y líneas de guion que te hacen querer seguir escuchándolos. Un inicio prometedor.
‘Intelligence’ se emite los viernes a las 22:30h en COSMO.