Crítica: ‘Mr. Inbetween’, porque ser matón es un trabajo como otro cualquiera

La comedia negra australiana sobre un asesino a sueldo es una de las sorpresas de esta temporada

Lorenzo Mejino
Fuera de Series
4 min readOct 30, 2018

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Scott Ryan como Ray Shoesmith. (Fuente: FX)

Esta crítica se ha escrito tras ver la primera temporada completa de ‘Mr. Inbetween’. No contiene spoilers.

Mr. Inbetween es un magnífico y desconocido exponente de un subgénero televisivo cuyos protagonistas son matones o asesinos a sueldo, y se centra en los dilemas morales que se les plantean durante su trabajo y sobre todo con las implicaciones que tienen en su vida familiar y personal. Esa tendencia la hemos visto reflejada con ejemplos recientes en el terreno masculino como Ray Donovan o Barry o en el femenino con Hit and Miss o Killing Eve, compartiendo todas ellas los elogios de la crítica y el público, con bastantes nominaciones, e incluso victorias en los premios Emmy y Bafta. Y os puedo asegurar de entrada que Mr. Inbetween se encuentra a ese nivel, y de forma sobrada, como va a demostrar en los premios australianos de este año

El problema es que al ser una seria australiana, y que ha llegado sin apenas hacer ruido al catálogo de HBO de nuestro país, para muchos de vosotros es una absoluta desconocida, lo que vamos a remediar con el presente artículo para llamaros la atención sobre una comedia muy negra que se ha convertido en una de las grandes sorpresas del año.

Ray Shoesmith es un matón a sueldo muy profesional que trabaja para Freddy, un jefe mafioso de Sydney que opera desde un club del centro de la ciudad. Ray compagina su trabajo con intentar hacer de padre de su niña de ocho años, llevarse más o menos bien con su ex-mujer, mientras intenta consolidar una nueva relación con una paramédica de la capital del Estado de Nueva Gales del Sur.

(Fuente: FX)

Ray tiene unos códigos personales laborales muy estrictos, siendo amigo de sus amigos e implacable con los encargos de su jefe, obedeciendo sin rechistar sus ordenes por extrañas que le puedan parecer. Mr. Inbetween se centra en describir la vida de Ray, desde sus encargos que suelen mostrarnos en el cold opening de cada episodio, hasta sus problemas para conciliar la vida familiar, en especial con la relación con su hija, que hace lo que quiere con él.

La idea de la serie nace de la película The Magician, creada, escrita y protagonizada por Scott Ryan, que desarrollaba en forma de falso documental la vida del matón Ray Shoesmith y que tuvo un cierto éxito de crítica en su país natal. Diez años más tarde Ryan propuso a la filial australiana de FX retomar ese personaje para hacer la miniserie conjuntamente con Nash Edgerton (el hermano del actor Joel Edgerton) como director, dándoles una temporada de seis episodios con 25 minutos de duración, que se estrenó el pasado mes de septiembre en EEUU y Australia.

Scott Ryan ha planteado Mr. Inbetween como una comedia muy negra sobre una persona que tiene completamente asumido su trabajo de matón y no se plantea ningún dilema moral en romper la crisma a la gente o hacerlos desaparecer de forma expeditiva, pero siempre de un manera fría y sin encarnizarse, como si fuera un trabajo como otro cualquiera, como muestra en el trailer de la serie. No duda en hacerlo delante de sus seres queridos si la situación lo requiere, en especial si considera que alguien le ha faltado al respeto a él o a su familia, lo que le ha llevado a bastantes encontronazos con la ley, que le ha obligado a asistir a unos delirantes cursos de gestión de la ira que son de lo mejor de la serie.

Su tono es de comedia negra, con bastantes momentos divertidos por la poca traza o la inutilidad de muchas de sus víctimas o matones rivales con los que Ray tiene que tratar, con una gran interpretación de Scott Ryan, siempre frío y calculador, pero sin cargar la nota dramática en ningún momento.

Como curiosidad, destacar la presencia de un gran secundario como Damon Herriman (Quarry, Justified) como el jefe de Ray, disfrutando de lo lindo con su fuerte acento australiano natal en otro de los atractivos de la serie.

No me esperaba disfrutar tanto con la serie, que empecé a verla con ciertas reserva,s pero que me ganó desde la primera escena donde ya dejaba bien a las claras su tono cafre por encima de todo, que llega a su máxima expresión en el doble episodio final, una verdadera maravilla en todos los sentidos.

No suele ser habitual que una serie se me haga tan corta como me ha pasado con los escasos seis episodios de Mr. Inbetween, pero al haberse confirmado la renovación por una segunda temporada, ya me estoy relamiendo con la perspectiva de volver a encontrarme con Ray Shoesmith y su entorno el año que viene, por lo que os recomiendo que le echéis un vistazo, porque van a ser poco más de dos horas muy bien aprovechadas.

‘Mr. Inbetween’ está disponible en HBO España.

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