Crítica: ‘Vikingos’ 6x08 — ‘El Valhalla puede esperar’
No hay calma tras la gran tempestad de los últimos episodios
Después de la gran tragedia que ha supuesto la muerte de Lagertha, no hay demasiado tiempo para relajarse. Bjorn tiene que encontrar la manera de afrontar tantas derrotas seguidas y, además, decidir qué hacer con el asesino de su madre. Ante tal situación, encima se le avecina una gran invasión, salvo que no es de quien él más se lo espera. Pero por si esto no fuera poco, el único hermano que aún le es fiel, Ubbe, se marcha a explorar mundo rumbo a Islandia. No son buenos tiempos para el rey de Kattegat.
Lo más urgente es impartir justicia con Hvitserk, quien no tiene reparos en reconocer su culpa e incluso busca un argumento a su atroz acto. Piensa que, de los hijos de la difunta reina Aslog, él es el único que ha podido cumplir la promesa de vengar a la madre de los otros cuatro hijos de Ragnar. Algo que ni Ubbe, ni tan siquiera Ivar, pudieron realizar. Con este pensamiento, la idea de una muerte, en cierto modo gloriosa, que lo eleve hasta el mundo de los dioses no le causa ningún rechazo. No obstante, este no es el objetivo de Bjorn. Muy inteligentemente le hace creer al ingenuo de Hvitserk, y también a nosotros los espectadores, que así sería con una escena magistral en la hoguera, siendo salvado por Ubbe en contra de su voluntad. El furibundo “Piel de Hierro” prefiere verlo muerto en vida que camino del Valhalla. Piensa que es un castigo más acorde al crimen que ha cometido.
Tras librarse de una carga, Bjorn debe enfrentarse a otra más. Sabe que la sombra de Harald, rey de toda Noruega, se aproximará hasta su ciudad insurgente tarde o temprano. Como él quiere ser un monarca transparente y cercano a su pueblo, se lo hace saber a sus súbditos y estos no saben muy bien si la leyenda del primogénito de Ragnar les sigue amparando o ya no es más que eso, solo una leyenda.
Es en ese momento cuando surge la figura de Gunhild, su fiel esposa y feroz defensora, para recordar a Kattegat quién ha sido y sigue siendo su rey. Aunque Bjorn no siempre le devuelva esa gran fidelidad con la misma moneda, como vemos en la escena de la cabaña de Ingrid. Es un momento del episodio que nos muestra, una vez más, cómo la cultura vikinga ha sido históricamente una de las más avanzadas socialmente, cuando Gunhild dictamina que Bjorn e Ingrid deben casarse y así serán una familia polígama, ante el asombro de su propio marido. Sin embargo, no pierde la oportunidad tampoco de recriminarle que todos los hombres cometen errores, incluso él.
Ante tantos desasosiegos y la vuelta al trono de Kattegat, Ubbe ya puede retomar su idea de marchar rumbo al oeste a conocer Islandia, y lo que haya más lejos. Por lo que Bjorn ha de ver partir a su hermano y a Torvi con su hija. Y no es el único que está descontento con esta expedición a la isla volcánica. Kjetill aparenta estar muy tranquilo y conforme con la compañía, pero nada más pisar tierra nos deja bien claro que no los quiere allí. Quizá tema que uno de los hijos de Ragnar quiera reclamar un trono en esa nueva tierra ocupada inicialmente por “Nariz chata”.
Cada capítulo que pasa, la Rus de Kiev parece un poco más cercana. Oleg empieza a esbozar su plan de invasión de tierras escandinavas y Ivar no quiere quedarse al margen. Le pide que le tenga en cuenta para las incursiones que tiene en mente; pero “El Profeta” sigue inquieto por la actitud de su invitado y, además, ve cómo su pupilo Igor empieza a cometer ciertos actos de rebeldía que el líder ruso no tiene ninguna intención de tolerar. El escarmiento que recibe el niño va más dirigido a Ivar que al pobre chico. Sirve para recordarle quién es el que tiene los mandos y los ejércitos y que, por muchas estrategias que quiera emplear con el heredero al trono, él también sabe cómo hacer que Ivar se retuerza cuando le habla de su difunto hijo.
Finalmente, las primeras avanzadas del ejército invasor llegan hasta los nuevos dominios del rey Harald, quien se entera de la peor manera posible, cuando ya han arrasado una aldea cercana a su capital. Pero antes de que esto suceda, el nuevo soberano nos muestra otra de sus inquietudes. Teme que su recién adquirido pueblo no asuma su autoridad o que algún otro líder le traicione, como Torketol. Al discutirlo con su prisionero Olaf, este no entiende por qué no lo hace con él mismo. Sería lo más fácil de comprender; sin embargo, Harald no quiere ese final para su místico preso y prefiere tenerle cerca para que, con gusto o no, le sirva como consejero. Al mismo tiempo, nos desvela que en su punto de mira sigue estando Bjorn, pero que el suyo es un caso muy especial.
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Todas las críticas de ‘Vikingos’ T6
- 6x01 y 6x02 — ‘Nuevos comienzos’ y ‘El Profeta’.
- 6x03 — ‘Fantasmas, dioses y perros’.
- 6x04 — ‘ Todos los prisioneros’.
- 6x05 — ‘La llave’.
- 6x06 — ‘La muerte y la serpiente’.
- 6x07 — ‘La doncella de hielo’.
La sexta temporada de ‘Vikingos’ se emite los martes, a las 22:05 h., en TNT.