Columna

Cháchara y diseño: ¿por qué no?

En ‘Devs’, Alex Garland se pone muy… Alex Garland. Que es justo lo que queríamos

Alberto Rey
Fuera de Series

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(Fuente: FX)

No es ningún spoiler: el nivel de cháchara pseudo-trascendente de los dos primeros episodios (los que me han dejado ver) de Devs es casi paródico. Qué sorpresa: Alex Garland jugando a la mala filosofía bien decorada. Porque qué salas, señores, salen en Devs. Qué angulazos rectos, qué superficies impolutas, qué ganas de quemar Ikea. Cuánto gasto en limpiacristales y CGI de estudio de arquitectura japonés. Hasta el peinado de Alison Pill (una melenita semidescuidada muy de peluquería cara-pero-que-no-se-note) parece un nido de ratas en ese entorno. La barba de Nick Offerman en la serie lo es. Porque su personaje, un gurú más allá del bien y del mal, puede permitírselo.

Alex Garland puede permitirse Devs. El guionista y director (y novelista: La Playa de DiCaprio y Boyle está basada en una novela suya) de Ex_Machina, repite en Devs parte de los temas de su película más lograda (tampoco es difícil: Anihilation es espantosa). Como en Ex_Machina, en Devs la pedantería más rutilante se pone al servicio de un diseño de producción exquisito y ultracool. ¿O es al revés? De cualquier manera, la historia que quería contar Garland con esos elementos en Ex_Machina funcionaba. La de Devs no sabemos si lo hará. Lo que he visto de ella, desde luego, no es nada complicado. Otra cosa es que la envolvamos (que la envuelva su autor, se entiende) en filosofía de baratillo y frases profundas a medio terminar. No es que me moleste esa actitud, desde luego, pero entiendo a quien sí se sienta estafado por tanto presunto vacío vestido de epítetos. A mí me pones a alguien con buena postura en un plano simétrico y con unas gafas alucinantes y ya me has vendido la serie. Cómo sería Maniac de irritante que ni con esas.

La primera temporada de True Detective me sigue gustando mucho y es un poco eso mismo: tabarra profundoide y recursos de guion básicos. Una historia sencilla y ya conocida empaquetada en misticismo estéticamente sugerente. La derivada existencialista de la serie de Pizzolatto y Fukunaga es de garrafón, aparte de machocéntricamente agradecida (si este post va de cháchara y de señoros, permítanme sumarme a la fiesta): no es descabellado pensar que el espectador pueda asociar el castigo interno y autoimpuesto de Rust Cohle y Marty Hart con su fácil acceso a mujeres como las interpretadas por Michelle Monaghan y Alexandra Daddario. Por qué no. Igual compensa ser un brasas. La esencia, el ser y chúpasela a tu hombre torturado, cariño. No necesariamente por ese orden. Yo digo SÍ. La estética de True Detective es feísta, pero no barata. Esto es importante. Su tabarra sí lo es: barata y cansina. Repito: a mí me gusta.

Una frase intensa no suena igual si la dice Belén Esteban en Sálvame (y lo hace, vaya si lo hace) que alguien en Mr. Robot, Hannibal o Legión, vestido de Acronym, Brioni o Balenciaga y sentado en una silla de Marc Newson, Marc Newson o Marc Newson. El medio es el mensaje y el butacón de piel exótica, la excusa para decir tonterías como lo del tiempo circular o cualquier sandez sobre el destino. Esto último saldrá en Devs, me apuesto lo que queráis.

Como cuando en Hannibal se pasaban la vida entera hablando de que el mal habita en ti etc., etc., y mírame a los ojos, yo soy como tú, etc., etc., pero nunca se les ocurrió que sus personajes pudieran decir tales naderías vestidos de cualquier manera y en casas de esas que se ven en Idealista gritando “la hipoteca nos come, venga y libérenos, los peluches chungos van en el lote”. Precisamente, estando en el rodaje de Hannibal fui testigo de cómo un periodista le preguntaba al mefistofélico Bryan Fuller, autor (auteur) de la serie, por el personaje de Bedelia Du Maurier (Gillian Anderson), una psiquiatra de Baltimore que ni se viste ni se llama ni se comporta como ninguna psiquiatra de Baltimore. “Ninguna psiquiatra es así”, atacó el tipo. “La mía sí”, sentenció Fuller.

Me recordó al dibujante Nazario justificando el tamaño de las tetas y las pollas de sus personajes con un argumento irrebatible: a él le costaba lo mismo pintarlas grandes que pequeñas… y grandes molan más. Si es que para eso está la ficción, para hacer cosas que en la vida real no existen, cosas que molan más. Las tetas de Alexandra Daddario frente a la cara de tolai de Woody Harrelson, por ejemplo. Pollas más grandes, gente más guapa, casas más molonas, psiquiatras más Gillian, ropa más cara. Teniendo cosas así, con que le añadas a la mezcla un poco de, redoble de tambores, cháchara pseudo-trascendente, ya tienes una serie que, de entrada, parece buena.

Devs parece buena. De entrada.

‘Devs’ se estrena el 5 de marzo en HBO España.

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Alberto Rey
Fuera de Series

Redactor Guest Starring, Fuera de Series | @albertoenserie