Crítica: A ‘Élite’ le sienta bien mirar hacia el final del camino

Netflix ha estrenado la tercera temporada de la serie española adolescentes y estas son nuestras primeras impresiones

Álvaro Onieva
Fuera de Series
3 min readMar 13, 2020

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(Fuente: Manuel Fernández Valdés/Netflix)

Esta crítica se ha escrito tras ver los dos primeros episodios de la temporada 3 de ‘Élite’ y contiene spoilers.

Me decía Darío Madrona [cocreador] entre bromas que la tercera temporada de Élite a mí no me iba a gustar porque era más dramática y yo no busco eso en la serie. Pero, aunque tiene razón en que a mí me gusta más cuando se pone petarda que intensa, a esta tanda de episodios le permito que se dé de lleno al thriller y a las caras largas porque es lo que toca. Es complicado darse al jolgorio cuando tienes a un asesino en la pandilla, así que enfocarse en deshacer la madeja era la mejor opción.

Como ya es tradición en la serie, la temporada 3 abre con un misterio, una muerte en una discoteca de la que hay muchos posibles culpables, y al final del primer episodio descubrimos que es Polo quien ha amochado. Una sorpresa que, por suerte, a mí no me estropeó el tráiler porque pude ver el episodio antes. Y desde ahí todo se dispara a resolver quién lo hizo, con el clásico juego de las dos líneas temporales de Élite, vislumbrándose la luz al final del túnel.

Dicen que lo poco agrada y lo mucho cansa, y bajo esa premisa los responsables de la ficción eligieron no estirar demasiado el chicle. Todo un acierto que no se dejasen llevar por la codicia: ¿vamos a echar de menos a la marquesa de Caleruega y la diosa latina de las tiaras? Por supuesto, pero por otro lado tenemos la certeza de que esta temporada tiene una dirección marcada muy clara, que no va a serpentear ni dar tumbos, sino que va directa al grano (y te va a meter mano, que dirían Amistades Peligrosas).

Cuando todo termine en esta temporada las vidas de los chicos no serán las mismas y, probablemente, la mayoría sigan desarrollándose fuera de plano, pero confiamos plenamente en la capacidad regenerativa de Élite: ya en la segunda temporada los tres nuevos robaron el show, y los dos de este año, aunque lo tienen más difícil por entrar cuando está todo el pescado vendido, también se intuyen como buenas adquisiciones (sobre todo Yeray, que trae algo de júbilo frente a la gravedad generalizada).

De las nuevas tramas, por ahora, me quedo con Lucrecia y Valerio tocando fondo (al terminar mi entrevista en el junket le dije a Danna Paola: “Dicen en Twitter que si no te duele la espalda por llevar el peso de la serie sobre tus hombros” y ella se rió encantada), con Carla y Cayetana dispuestas a todo (mi apuesta es que la asesina es la segunda, veremos si tengo razón), Guzmán desquiciadísimo (tanto que no puede ser el asesino porque sería demasiado obvio) y con la Rebe con las hormonas locas. En el lado contrario de la balanza, se me hace muy cuesta arriba la trama de Ander y su ceño fruncido (NO PUEDO CONTIGO, TÍA).

Ahora solo estoy deseando que acabe mi jornada laboral para enchufarme los otros seis episodios de la temporada y gastar un paquete entero de clínex. Para limpiarme… las lágrimas, por supuesto.

La tercera temporada de ‘Élite’ está disponible en Netflix.

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