Historias off the record
El peor sitio para ir si estás a dieta…
… es el rodaje de una serie norteamericana
Dos son las cosas que más me sorprenden (todavía hoy lo hacen) de los rodajes de series norteamericanas: lo delgadísimos que son, por regla general, los actores que las protagonizan y la abundancia (y deliciosidad) de la comida del catering. Uno es así de básico.
Hay rodajes en los que, literalmente, en cada esquina del estudio hay una mesa llena de chucherías. De chucherias De Las De América: barritas de chocolate, muffins gigantes, gominolas, de todo. El festival del azúcar, el hidrato y el (pronúnciese a lo Samantha Vallejo-Nájera) sab-borrrr. Una locura. Y para los que llevamos la vida entera sometidos a la esquizofrenia de los regímenes de adelgazamiento, también una tortura. Una que te rompe en 30 segundos y empiezas a hablar. A comer, más bien. Los que hablan son otros.
Súmale a eso las largas (y necesarias) esperas que vertebran cualquier rodaje: los actores esperan a entrar en acción, los técnicos esperan a que la escena termine para montar la siguiente y los periodistas esperamos a que haya un hueco entre todo lo anterior donde poder hacer nuestro trabajo, intentando estorbar lo menos posible. Con mesas llenas de bollos y sándwiches (¡Pastrami! ¡Crema de cacahuete y mermelada!) en cada esquina. Eso no lo resiste ni Carrie Mathison.
Y luego está la hora de la comida. La de la comida oficial. Todo lo demás que has estado engullendo hasta entones no lo era. “Picar entre horas”: ahora entiendes por qué no adelgazas. Y en la hora de la comida tampoco lo vas a lograr. Sobre todo si te sientas en la mesa de los técnicos.
La mesa de los técnicos: allí comen los equipos de iluminación, arte, sonido, efectos, intendencia, etc., etc., de la serie. Muchos son tíos enormes con trabajos físicos y con un potente sindicato vigilando sus condiciones de trabajo. Sin ellos no hay serie, así que darles de comer en condiciones es fundamental. Truco: si lo tuyo es comer a lo bestia, tu mesa es la suya. En una mesa de ésas descubrí yo el pollo Kiev. Copio directamente de Directo al paladar: “Se trata de una pechuga entera, sin filetear, que vamos a freír tras rellenarla de una mantequilla compuesta o mantequilla de finas hierbas, que impregnará de sabor cada bocado y que es el toque característico de esta receta. Tanto éxito tuvo desde su invención, que como curiosidad os diré que fue el primer plato preparado que comercializó la cadena de supermercados Marks & Spencer en el Reino Unido”.
Pollo. Relleno. De. Mantequilla. Rebozado. Y. Frito.
Mientras lo comía (creedme: es EL CIELO) en la cantina del rodaje de Empire entendí por qué casi siempre los actores evitan la mesa de los técnicos. Creía que era sólo porque, al contrario que ellos, los maquinistas, los conductores y las peluqueras y las especialistas de acción no tienen contratos de prensa tan restrictivos y HABLAN. Es decir: te pones hasta arriba de maravillas grasulientas mientras te cuentan todos los cotilleos QUE IMPORTAN. Y vuelves a casa gordo. Quejándote de lo mucho que trabajas y del jetlag. Y buscando sitios donde sirvan pollo Kiev.
